Las
estadísticas son una herramienta sumamente útil para identificar retos
demográficos, necesidades, áreas de oportunidad o focos rojos donde poner mayor
atención. Quienes tratamos de ver al mundo como observadores de segundo grado,
como dijera el pensador francés Edgar Morín, solemos guiarnos por aquella
máxima que dice: “Lo que no se mide, no se conoce y lo que no se conoce, no se
puede resolver”.
Esto
ocurre con los NINIS, un grupo que es definido como la población joven que no
estudia, ni trabaja. Un concepto que aunque parezca simple guarda cierta
complejidad, ya que cada país, institución y organismo tienen una acepción
distinta de qué significa ser NINI o NEET -Not
in Employment, Education or Training- (no trabaja, no estudia ni recibe
capacitación).
En
este sentido vale la pena resaltar el último dato publicado por la Organización
para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), organismo internacional que
presentó el informe “Panorama de la educación 2013” donde se establece que
México es el tercer país con mayor porcentaje de jóvenes de 15 a 29 años que no
estudian ni trabajan, de manera que 1 de cada 4 jóvenes en el país es NINI.
Este
dato sin lugar a dudas pone especial atención sobre una problemática que ya
desde hace algunos años se percibía como una cuestión estructural, sin embargo,
desde este reflector mundial decidimos indagar más allá de la cifra, al
cuestionar no el resultado que arroja la misma, sino su fuente primaria.
De
esta manera nos preguntamos: ¿Cuál es la fuente básica?, ¿De dónde obtuvo dicha
información la OCDE al ser éste un organismo que más que producir insumos
estadísticos, es un procesador de los mismos?
Así,
nos dimos cuenta que la fuente probable fue el XIII Censo de Población y
Vivienda que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
en 2010, único organismo con las capacidades y cualidades materiales y legales
para levantar un ejercicio de esta naturaleza.
Teniendo
en cuenta que el INEGI ha presidido la Comisión de Estadística de la ONU, y que
el diseño de sus cuestionarios está alineado con los estándares
internacionales, podemos ver en el organismo una fuente confiable para el cálculo
de la población que no estudia y que no trabaja.
Usted
puede preguntarse; si el INEGI es una fuente confiable y la OCDE un procesador
de información serio ¿en dónde está el error estadístico para el tema de los
NINIS?
El
error no está en la fuente, sino en la interpretación de la misma. El dato que
se utiliza para identificar a la población joven que no estudia ni trabaja se
obtiene del cruce de información entre la Población No Económicamente Activa
(PNEA) con la Población que no Asiste a la Escuela en un rango de edad de 15 a
29 años.
Con
base en esta información sabríamos que en 2010 en México hubo 6,657,990
personas de 15 a 29 años que no asiste a la escuela y que no es económicamente
activa. De forma que el 22.4% de los jóvenes era NINI.
En
el párrafo anterior encontramos el error estadístico, porque no se toma en
cuenta que la Población No Económicamente Activa se divide a su vez en personas
jubiladas o pensionadas (que aplica en menor medida para los jóvenes),
estudiantes (que no aplicaría en el cruce de datos), personas dedicadas a los
quehaceres del hogar, personas con alguna limitación física o mental que les
impide trabajar y personas en otras actividades no económicas.
En
términos prácticos, la PNEA es aquella que no participa en actividades
económicas por una cuestión voluntaria o por tener alguna discapacidad. Dicha población no manifiesta una intención
para insertarse a algún esquema laboral (sino formarían parte de la Población
Económicamente Activa PEA).
Un
cruce de datos más cercano a la realidad estadística sería conocer la PEA
desocupada que no asiste a la escuela, dato que nos indica que hubo 947,507 jóvenes
de 15 a 29 años en esta condición en 2010, lo que significa que sólo 3.2% de
los jóvenes desocupados no asisten a la escuela.
Este
indicador puede traducirse como la población que especificó estar en búsqueda
de trabajo y que no asiste a la escuela, sin embargo, también deja cabos
sueltos, en este caso en referencia a la demanda insatisfecha de educación
media superior y superior para este grupo de edad.
Haciendo
eco a lo anterior la propuesta es básica: Es necesario contar con un
instrumento estadístico específico para medir de forma adecuada el fenómeno de
los NINIS, con el objetivo de brindarles correcta atención, el mismo podría
incluirse en la próxima Encuesta Nacional de Juventud.
Como
comunicadores y constructores de opinión tenemos la responsabilidad de indagar
en temas tan sensibles como éste, para brindar una mejor información a nuestros
lectores. Es muy fácil hablar en negativo de México y culpar al gobierno de
todos los males de la sociedad, pero ello no suma al desarrollo del país, sino
que nos condena a tener Estados reaccionarios, que acaten como urgente lo que
les marca la agenda mediática, descuidando lo importante que se construye con
base en la planeación dentro de la agenda nacional.
©
Ignacio Pareja Amador, publicado en diversos periódicos y medios informativos
en Latinoamérica. Julio 2013
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