lunes, 14 de diciembre de 2009

El negocio de la política en el país más competitivo de AL

Probablemente para enero del próximo año tendremos el honor de presentar en la Universidad del Mar una investigación acerca de un país sudamericano, que ha sido pionero en cuestión de políticas económicas en toda la región latinoamericana.
Aquella república sudamericana, pese a estar aislada geográficamente por los Andes, es una de las naciones más abiertas a nivel comercial, tiene un sector exportador competitivo, diversificado, cuenta con altos estándares de calidad en sus productos y es uno de los mayores productores de cobre del mundo.
Aquel país, al momento en el que se escribe esta colaboración, está teniendo elecciones para elegir nada menos que a 18 de los 38 senadores de su Cámara alta, toda la cámara de diputados y la presidencia de la República.
Seguramente nuestros lectores ya saben a qué país nos referimos, efectivamente hablamos de la República de Chile.
Los pronósticos para las próximas elecciones son variados, se habla de que puede ser una elección histórica, donde por fin el aglomerado de partidos políticos denominados de la “Concertación” deje el poder después de haber gobernado por veinte años (cuatro periodos presidenciales), o sea desde la “caída” del gobierno dictatorial de Augusto Pinochet, el cual duró 17 largos años.
La elección presidencial, de acuerdo al 98% de los votos computados, tendrá una segunda vuelta el 17 de enero (balotaje) ante la ausencia de la mayoría absoluta por parte de los dos candidatos más fuertes: Eduardo Frei, quien obtuvo el 29,62% de los votos y Sebastián Piñera con 44,03%. El primero es un político de cuna en Chile, es hijo del ex presidente chileno Eduardo Frei Montalva (1964-1970), fue presidente de 1994 a 2000, y actualmente es Senador. El segundo, que de acuerdo a las estadísticas tiene la delantera, es candidato de la derecha, tiene el apoyo de viejos militares pinochetistas, es un empresario multimillonario, hermano del ex ministro de trabajo del gobierno militar, y favorito para ascender a la presidencia, gracias a la posible alianza que podría tener con el joven candidato Marco Enríquez-Ominami, quien dio la sorpresa al obtener el 20% de los votos.
Lo que podemos resaltar aquí de las personalidades y características de los dos candidatos es su estrecha relación con el gobierno y con el sector privado. Pareciera que es normal decir que existen cierto número de familias, que controlan la economía y polarizan el poder político, que aquella es una condición sine quanon de los países latinoamericanos, pero eso no lo hace una condición correcta.
En un país con casi 16 millones de habitantes, con buenos estándares de vida, una democracia que lleva 20 años de consolidarse, con un episodio de dictadura y revueltas, todavía existen clases, elites y agentes económicos que polarizan el poder y ven a la política como una herramienta para alcanzar sus fines económicos, en vez de verla como un deber patriótico. Ejemplo de ello lo observamos en los dos candidatos más fuertes, el primero que tiene un discurso anticuado, donde resalta su papel como “negociador” del regreso de la democracia chilena, y el segundo que no puede negar sus nexos con el “gobierno militar” de Pinochet, al ser su propio hermano el máximo baluarte de la Capitalización Individual del Fondo de Pensiones, José Piñera: él es culpable de que el Estado haya derogado su responsabilidad social con los jubilados, dejándole aquella tarea a los entes privados y de que haya aumentado la edad de jubilación en casi toda América Latina.
Otro ejemplo, que no figura en las actuales elecciones, pero que si lo hizo en las de 1993, es Arturo Alessandri, un político que perdió la elección contra Frei, y que desciende de dos presidentes chilenos: su abuelo Arturo Alessandri Palmas (1920-1924) y su padre Jorge Alessandri (1958-1964), así como de un gran numero de diputados, ministros y senadores en Chile.
Lo malo de que las “familias” vean a la política como un negocio es que muchas veces no buscan el bienestar del pueblo, el cual es la máxima exigencia que debe hacerse un gobierno democrático, además de que niegan o discriminan el ascenso de nuevas personalidades que seguramente cambiarían el rumbo del país, recordemos que uno de los principios de la democracia es la igualdad de oportunidades de forma que: “todos los ciudadanos de un Estado pueden aspirar a algún cargo público sin distinción de clases o apellidos”.
Lo que vemos en Chile es una batalla entre dinastías por alcanzar el poder, en el caso de estas elecciones, una dinastía política (encabezada por Frei) y otra económica (encabezada por Piñera).
Pese a ser un país dominado por “familias y elites políticas”, Chile es un Estado con buenos números: un PIB de 245 mil millones de dólares, un PIB per capita de 15 mil dólares, altos estándares de vida, una balanza comercial positiva por 8 mil millones de dólares, etc. De manera que podemos decir que el pueblo chileno se ha beneficiado del trabajo de sus gobernantes.
Aún así los chilenos tienen mucho en qué pensar, seguramente el candidato más fuerte, el multimillonario Sebastián Piñera, tendrá que replantear su estrategia para asegurarse de que Marco Enríquez-Ominami no apoyé a su ex compañero de partido Eduardo Frei, aquella será una negociación que verá frutos en enero. Esperemos que sea para el bien del pueblo chileno.
Reflexión 1:
En México no sé si podamos decir lo mismo respecto a nuestras “elites”, estas no han compartido lo suficiente para que este país se desarrolle. Al grado que muchos jóvenes perciben a la política o al crimen (que no son sinónimos) como los únicos canales para ascender estaños en la sociedad. No se dan cuenta de que la política no es un negocio, no debe ser considerada como un medio para alcanzar la riqueza, pues ser servidor público es eso, servir al pueblo, trabajar para el pueblo, no debe ser visto como una gloria personal o una empresa para la cual no hay que reinvertir ni un centavo.
Reflexión 2:
Está de “moda” que familias enteras ingresen a la política y lo vean como el “negocio familiar”, aquello sólo puede ser positivo si como en el caso de Chile encontramos resultados a favor del país, pero dudamos mucho que alguna vez veamos “arcas llenas” para los gobiernos electos, y que estas se retribuyan a la población en general, como seguramente ocurrirá en Chile después de las elecciones, donde el nuevo presidente tendrá casi 20 mil millones de dólares para su administración.

*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Información y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 15 de Diciembre, 2009

domingo, 13 de diciembre de 2009

El pueblo hondureño ha decidido.

Muchos nos hemos preguntado por qué ha sonado tanto la cuestión de la crisis política en nuestro país hermano Honduras. Y es que es difícil entender como un país tan pequeño, con una población de cerca de 8 millones de habitantes, un PIB per capita de 4.400 dólares, haya puesto a los reflectores internacionales en su suelo. Es complicado dimensionarlo, pero la crisis política de Honduras logró consensos en varios foros internacionales, de ellos los más importantes como la Asamblea General de Naciones Unidas, y la Organización de Estados Americanos. También en su momento logró opiniones similares entre los representantes de naciones rivales como Colombia y Venezuela, o este último y EE.UU.
Esto tiene gran lógica. El golpe de Estado del que fue victima el presidente Manuel Zelaya, nos recuerda a los latinoamericanos los periodos de inestabilidad política que vivimos en el siglo pasado, hace alusión a la violación de garantías y libertades que sufrieron casi todos los pueblos de nuestra región.
Es un hecho que la defensa de valores comunes como la democracia, la libertad de prensa y los derechos humanos, siempre encontraran consenso, son elementos universales que compartimos todos sin distinción de nacionalidades o creencias.
Donde no se ha encontrado consenso es en el medio para ponerle fin a la crisis política que afecta, al pobre Honduras. Algunos países como Venezuela, Brasil y Ecuador están en contra de la solución del conflicto mediante el reconocimiento del triunfo del candidato conservador Porfirio Lobo, otros como Estados Unidos y Canadá ven con buenos ojos este “primer” paso para devolver la estabilidad al país istmeño.
No sabemos que acontecerá, pero podemos decir que con la venia del coloso del norte todo se puede, así que podemos esperar que el ganadero LOBO esté tomando posesión en enero del año próximo.
De lo que no se ha hablado mucho es de la estrategia de Roberto Micheletti para devolver la estabilidad al país.
Recordemos la razón por la cual fue depuesto Zelaya. Para el 28 de Mayo del presente año el Tribunal Electoral de Honduras convocó a elecciones a los ciudadanos de aquel país, para votar a finales de noviembre por varios cargos públicos, dentro de los que se encontraban la presidencia. Manuel Zelaya hizo pública su idea de convocar a un “referendo nacional” para “reformar” la constitución y hacer posible la figura de la reelección presidencial.
Los miembros del Congreso hondureño, uno de los poderes donde se deposita las voluntades del pueblo, decidieron expulsar al presidente Zelaya, ante su intensión de mantenerse en el poder, nombrando a Micheletti como interino. De ahí en adelante viene la historia que conocemos; con acusaciones, intentos fallidos por volver al poder, protestas pro gobierno y en contra de este, todo un aparato mediático que en pocas palabras nos decía que algo no andaba bien.
Micheletti, quien desde un principio sabía que no podía dejar que volviera Zelaya hasta la celebración de nuevas elecciones, utilizó diversas herramientas como el acercamiento diplomático, el dialogo con mediadores e incluso el desconocimiento de acuerdos previos, para cumplir con su objetivo, y es que seguramente de volver Zelaya “con todo el apoyo del mundo”, éste tendría suficiente poder para borrarlo del mapa, no se podía dar el lujo de dar un paso atrás.
Hoy en día el escenario político le favorece a Micheletti, la gran popularidad de Zelaya se ve ahora como una obstrucción al relajamiento de las tensiones, es una piedra en el camino que debe ser removida para dar paso a la reconciliación nacional. Honduras tiene por cuenta propia un nuevo presidente, una oportunidad para limar viejas asperezas y volver al rumbo de la democracia.
Lo que llama la atención es el consenso de los propios hondureños, (los únicos con derecho de remover a sus autoridades) para desconocer a Zelaya. Recordemos que fue el Congreso, donde hay representantes del partido del presidente de jure, el que mandó la orden para expulsar al mandatario.
Hace algunos de días que se publicó el resultado de las elecciones, el mismo Elvin Santos (contendiente a la presidencia) reconoció el triunfo de Lobo. Ni se diga de los demás sectores del país. Pareciera que Zelaya es el único que no quiere la estabilidad, ya pasó mucho tiempo como para intentar sostener su ambición personal, como dijo Jacques Rousseau “La soberanía reside en el pueblo” y parece que la voluntad de los hondureños ha manifestado.

*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 8 de Diciembre, 2009

Semana de las Culturas, un polo de desarrollo para la región

El domingo pasado tuvimos la fortuna de ser invitados a un evento cultural de suma importancia, pero de poca difusión. Seguramente existe una infinidad de sucesos de este tipo que se desconocen a nivel estatal, ni se diga si llegan a oídos nacionales o internacionales. Lo sorprendente del caso es que no aconteció en la capital de nuestro Estado, si no que ocurrió a una hora y media de la ciudad de Oaxaca. Esto es bastante entendible, porque aquel evento era para el deleite de una población en particular, para los habitantes de la Sierra Juárez.
El evento se llama “la Semana de las Culturas” y es organizado por la Universidad de la Sierra Sur, la cual no sólo cuenta con hermosas instalaciones, si no que poco a poco se convierte en un polo de desarrollo para la región de la Sierra Norte de nuestro Estado.
Los organizadores llevaron múltiples muestras de lo que se labora en aquella región, desde trajes típicos -de ceda por supuesto-, hasta cerámica de barro virgen, utensilios de ornato, mascaras multicolor, etc. No sólo hay artesanías en aquella exhibición, si no que hubo un concierto de música regional en el auditorio de la Universidad, donde niños de los poblados aledaños dieron fiel testimonio de su talento como músicos, una virtud de la cual gozan los habitantes de aquellos rumbos.
Con el fin de expandir el margen regional hacia lo nacional se montó una exposición de fotografías de las diferentes zonas naturales del país, donde resaltan las enormes diferencias que existen, por ejemplo entre la vegetación y el clima en la Selva Lacandona en contraste con lo que se aprecia en Sierra Norte de Baja California. Siguiendo este mismo fin, se montaron piezas de papel, óleo y hierro de dos excelentes artistas oaxaqueños: Alejandro Santiago y Amador Montes.
Todo conocedor del arte sabe que ver a estos grandes artistas en un mismo recinto no es nada sencillo, más de una Galería en Monterrey, Guadalajara o el D.F desearían albergar una exposición de este tipo en sus escenarios.
Alejandro Santiago expone una serie de trabajos en papel, tela y otras superficies, donde resalta su pasión por la pintura, esa emoción propia de autores expresivos como Jean-Michel Basquiat, pero que guarda la singularidad de su pueblo y su región.
Amador Montes presentó una serie de esculturas de hierro tituladas “Volver al Origen”. Esta consistió en la intervención de 12 cubos de hierro, que eran antiguos moldes metálicos utilizados para la elaboración de barras de hielo en el siglo XIX y que llegaron a la ciudad de Oaxaca hace aproximadamente cien años.
El artista oaxaqueño se dio a la tarea de tratarlos, para detener la descomposición del metal, pero conservando las cicatrices del tiempo. Después las intervino con su trabajo más reciente, en un intento por darles contemporaneidad y volverlas útiles no el sentido del trabajo manual, si no de la apreciación visual y deleite espiritual. De eta manera aquellos moldes, que bien podrían ser considerados como chatarra, hoy en día se han convertido en magnificas obras de arte.
Nietzsche afirmaba que el arte es un digno canal de transmisión que rebasa los límites del lenguaje y que promueve el espíritu creativo entre las personas. Eventos como “la semana de las culturas” cumplen con estos elementos, por un lado transmiten el mensaje de la tradición y dan significado de sus componentes, mientras que por otro lado dan a conocer manifestaciones artísticas que se inspiran en componentes propios de la región, pero que expresan un mensaje universal que se entiende en todas las lenguas.
La semana cultural tendrá una vigencia del domingo 29 de noviembre al viernes 4 de diciembre, es una invitación para todos aquellos que creen que la cultura es el mejor medio para alcanzar el desarrollo no de forma numérica o exponencial, si no cualitativamente.
En hora buena, honor a quien honor merece. Una felicitación a la Universidad de la Sierra Juárez.
*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto:
ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 1 de Diciembre, 2009

¿Dónde quedó la idea de la nación latinoamericana?

Sin lugar a dudas América Latina es una de las regiones con mayor similitud entre los países que conforman este subcontinente. Somos una región que comparte un pasado indígena (en la mayoría de países), una historia de conquista europea, costumbres, tradiciones, religión y lenguaje. Nos atrevemos decir que América Latina es la región que más rasgos comparte en el mundo. Incluso podríamos decir que nuestro subcontinente es una nación unida por vínculos históricos y separada por una geografía política que fue delimitada por intereses individuales de gobernantes que pensaron que la división era la clave para su permanencia en el poder.
Bien lo sabía Napoleón II, cuando, en un intento por ocupar el lugar que había dejado el yugo español a mediados del siglo diecinueve, llamó a nuestra región “Latinoamérica” haciendo alusión al origen latino de nuestra lengua, el cual compartimos con los franceses e italianos en el viejo continente.
Pese a nuestras similitudes los latinoamericanos también tenemos diferencias, por ejemplo en Cuba “todos dicen que vienen de África”, los viejos argentinos anhelan a su Europa, los jóvenes latinoamericanos sueñan con alcanzar el sueño americano y se educan con el cine Hollywoodense.
Qué pensaría el gran Simón Bolívar si pudiera apreciar lo que es hoy “Latinoamérica”, aquella gran nación con la que soñaba y por la que peleó hasta el último día de su vida. Qué haría el general San Martín si sus ojos observaran lo distante que está Uruguay de Argentina, o lo lejos que políticamente están su nación (Argentina) con Chile, país al que ayudó a independizar de la mano de aquel acaudalado O’Higgins.
Hoy en día el mapa latinoamericano “aparenta” integración de JURE, pero vive una separación que parecería irreconciliable de FACTO. Si bien es cierto existen intentos de una integración formal tanto en Centro América como en Sudamérica, lo que observamos es que ningún movimiento de regionalización tiene la fuerza suficiente para cumplir con el sueño de una “nación latinoamericana”.
Los movimientos de integración más importantes en América Latina son La Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Mercado Común Centroamericano (MCCA), La Alternativa Bolivariana (ALBA), La Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur.
De las anteriores la más “grande”, por territorio y población es la CSN, es paradójico, pues en está no encontramos como miembro pleno al país más representativo de los hispanoamericanos, aquel Estado al que Morelos llamó “la puerta de América Latina”, nos referimos a México, país que sólo es observador en aquella Organización Internacional.
También podríamos mencionar a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero a muchos nos queda claro que, el hecho de que los gigantes anglosajones dominen los temas más importantes del continente hace imposible una integración latinoamericana.
Lo que acontece realmente en nuestro subcontinente es la individualidad y el alejamiento, en palabras coloquiales “cada quien le hace como puede”. Por un lado México ha preferido mirar al norte en vez de comandar a sus hermanos del sur, Brasil está enajenado con los chinos, Chile busca socios comerciales en todas partes, hasta en la lejana Oceanía, Colombia sólo responde al mandato norteamericano, Argentina sólo sigue a Brasil y Venezuela que se arraiga en su papel de izquierda radical, en fin, cada país ve por sus intereses.
Las últimas noticias que tenemos en la región no son positivas, en primer lugar están los roces de los peruanos con los chilenos por la cuestión del espionaje, también está el caso de Honduras que no termina por resolverse y por último los problemas fronterizos entre Colombia y Venezuela, dos países que conformaban un solo virreinato, cuna de Bolívar, que mantienen sus relaciones diplomáticas en niveles bajos.
¿Qué ocurrirá cuando se celebré la próxima cumbre de jefes de Estado de la CSN y se introduzca el tema de los roces fronterizos entre Colombia y Venezuela? Seguramente se emitirán una serie de recomendaciones que poco serán tomas en cuenta por los países en cuestión, ¿Qué pasará cuando Colombia haga su reclamo ante Naciones Unidas? Poco, la razón, aún hoy en día no existe una Organización Internacional capaz de influir en las decisiones de un país de mediano peso.
Todavía no existe una Organización que represente los intereses de “la nación latinoamericana”. Para superar los retos como nación hay que tener en claro que los latinoamericanos somos hijos de la madre patria europea y del humilde padre indígena. Somos nacidos de una España y una Mesoamérica multiétnica. Pero también somos hijos de una cultura prehispánica, de hombres oprimidos, de naciones heridas de muerte, de indios esclavizados que no terminan de ser sometidos. Somos fruto del desprecio y opresión de a quienes nuestros antepasados arrebataron sus tierras, somos presas y opresores en nuestra historia, el ejemplo más claro de una pareja antagónica, el fruto de la negación de lo que fuimos y somos.
Herederos de un brebaje histórico muy particular los latinoamericanos nos separamos cada día más de la idea de “la nación latinoamericana”. Las diferencias entre nosotros han madurado más rápido que nuestras instituciones. Sin duda alguna las guerras del siglo XIX en Sudamérica (como la triple alianza contra Paraguay, la guerra del Caucho, etc.) fueron las primeras muestras de la incompatibilidad de los latinoamericanos, de la nulidad el sueño de Bolívar, de gestar la nación latinoamericana.
La idea de América Latina debe partir de un respeto a las diferencias entre los países y a las múltiples naciones que habitan nuestra región. América Latina no es más una abstracción para localizarnos en el mapa del mundo, es el recuerdo de un pasado común, un presente inconforme y un futuro todavía difuso.

*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 25 de Noviembre, 2009

Corea del Norte, ¿el teatrito bélico de los chinos?

Que delicado es hablar de delimitaciones geográficas, sobre todo cuando existen zonas que no se delimitan por barreras naturales como montañas y ríos, sino que están marcadas por la geografía política, por la mano directa del hombre y sus naciones.
La semana pasada hablamos de la penosa cuestión de los “muros” que existen a lo largo del mundo, de aquellas barreras que limitan la libertad de circulación de las personas, y que al final de cuentas son un obstáculo para alcanzar el objetivo de la “aldea global”.
El tema que nos reúne tiene grandes similitudes con el de la semana anterior, pero el final de esta historia no ha podido culminar en una gran fiesta como la que celebramos con jubilo los ciudadanos del mundo el pasado lunes 9 de noviembre, si no que por el contrario ha vuelto a los reflectores mundiales a raíz de un pequeño choque entre los dos Estados que hace seis décadas eran una misma nación.
Efectivamente estamos hablando de las Coreas, de lo acontecido el pasado martes cuando una embarcación norcoreana fue impactada por varios disparos provenientes de una embarcación sudcoreana, ambas patrullas fronterizas.
Existen dos versiones de los hechos, una que defienden los del NORTE, donde según ellos fueron agredidos en territorio norcoreano y otra que defienden los del SUR, en la que arguyen haber atacado a la embarcación norteña debido a que “cruzó” la frontera marítima hacia territorio sudcoreano, haciendo caso omiso a cinco advertencias.
Es cierto que casi todos los países del mundo son celosos de sus distintas fronteras. Hoy en día con tantos acuerdos, tratados y tecnología podríamos pensar que no deberían existir choques de este tipo entre las naciones. Desafortunadamente el mar amarillo (área marítima que comparten ambas coreas) es una zona geoestratégica de suma complejidad, pues comunica a ambos países con nada menos que CHINA, Japón y Rusia, imaginemos lo transitado de esta zona para el comercio de todo tipo de bienes.
También es cierto que existe gran ambigüedad en referencia a la delimitación fronteriza de esta zona, puesto que Corea del Norte no reconoce la frontera marítima que fue establecida por Naciones Unidas al finalizar de la Guerra de Corea en 1953.
A primera vista podríamos pensar que el altercado entre las embarcaciones es un problema simple, algo que puede ocurrir entre un par de países que tienen problemas en su relación y que se caracterizan por un pragmatismo en sus tratos bilaterales, pero la lectura de este acontecimiento es un poco más profunda.
Resulta que este altercado (y la lucha de declaraciones entre ambos países) ocurre durante la visita de Barack Obama al continente asiático, en especifico a Japón, China y Corea del Sur, misma que tiene como principal objetivo la economía, sobre todo lo que concierne en reducir el déficit gigantesco que tiene EE.UU. con el “Gran Dragón Asiático”. Temas como el cambio climático, la energía, el terrorismo o las amenazas nucleares de Irán y Corea del Norte son secundarios.
Reflexionemos acerca de la manera de operar de los estrategas norcoreanos. En primer lugar Corea del Norte no cuenta con recursos suficientes para enfrentar a Corea del Sur, es un país aislado, en decadencia que sobrevive gracias a la ayuda humanitaria que le envían aliados como China y enemigos como EE.UU. y su vecino del sur. Su gobierno antidemocrático se sostiene gracias a la idea del enemigo austral, debido a la fragmentación y sometimiento del pueblo al que gobierna. Es una amenaza para la paz de la región puesto que ya cuenta con armamento nuclear “rudimentario”, pero que por su cercanía con Corea del Sur y Japón puede ser peligroso, mismo que le ayudó a obtener su gran aliado y tutor, China.
Ahora podemos ver de manera más clara la razón que llevo a Pyongyang (capital de Corea del Norte) a hacer fuertes declaraciones como la de instaurar "medidas sin piedad" contra Corea del Sur. Lo que buscan es volver los reflectores internacionales, pero ¿Para qué hacerlo?
Acaso buscan negociar ayuda de EE.UU. a cambio de “tranquilidad” en la zona, o quieren enfriar la relación que se consideraba como “menos mal” después de la negociación de Clinton para liberar a las dos periodistas norteamericanas.
Con ojos de economista y estratega político podríamos aventurarnos a decir que buscan DISTRAER al mundo sobre todo a EE.UU. Pretenden blofear para que la “seguridad nacional” vuelva a ser el tema de prioridad en aquella región, donde hoy por hoy la economía es el tópico por excelencia, ¿qué tanto distraerá a Obama esta nueva “crisis de las Coreas” en su objetivo de persuadir al gobierno chino para abrir más su mercado, para evitar la devaluación excesiva de su moneda (el yuan), para negociar un nuevo orden mundial sin confrontaciones entre las dos economías más grandes del mundo?
Seguramente hay “otras” cuestiones bajo la mesa, lo que vale la pena preguntarnos es hasta cuando le servirá a China el “teatrito bélico” de Corea del Norte como herramienta de negociación o distracción. Quizá cuando dejen de serle útiles los norcoreanos podremos presenciar la reunificación de la península. Ojalá seamos afortunados de presenciarlo.

* Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx


© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 18 de Noviembre, 2009



lunes, 16 de noviembre de 2009

Atravesar el muro

Los muros te acompañan toda la vida, te atrapan, te someten, te brindan protección, te ocultan del mundo e impiden que el mundo te absorba. Se nutren de polvo, huellas, roturas, grafitis, humedad, contextos, cicatrices y paisajes que sólo pueden ser creados por el tiempo.
Esta es una introducción poco usual (romántica) que hemos escuchado sobre una temática que genera gran polémica a nivel internacional: la cuestión de las barreras, las fronteras y los muros que dividen a las naciones. Sobretodo porque esta temática denota la importancia de las decisiones políticas (tanto nacionales como internacionales) y sus efectos en la sociedad, en la manera de vivir de un pueblo, en las costumbres, tradiciones e incluso en su historia.
Para cuando esta colaboración llegué a sus manos, habremos celebrado el veinte aniversario de la caída del muro de Berlín, aquella cortina de acero como decía Winston Churchill, que separaba al mundo en dos ideologías aglomeradoras y envidiosas: el socialismo y el capitalismo.
Habremos conmemorado el derrumbamiento de cerca de 45 Km de concreto, alambre, vayas, torres de vigilancia, etc., que no sólo separaba a Berlín Oriental del Occidental, si no que era un símbolo de la férrea lucha antagónica en la que estuvieron inmersos casi todos los países del mundo: la Guerra Fría.
Una fecha como la que ahora celebramos es una gran fiesta nacional para los alemanes, para aquel país que hoy en día es el quinto más rico del mundo, el motor financiero e industrial de la Unión Europea, el más poblado de esta integración. Aunque también es un evento que aplaudimos a lo largo del globo como el fin de una era.
Los principales actores de aquel acontecimiento, EE.UU. y Rusia elogian el fin de una época marcada por la hostilidad política y la carrera armamentista, lo hacen en el marco de un acercamiento sin precedentes, pero que no ha visto el alivio total de las tensiones entre estos gigantes militares, sobre todo porque la política exterior de aquellos países depende en gran medida de los lideres que han llegado al poder, por ello no observamos grandes avances en la relación bilateral cuando gobernaba Bush Jr. y Putin.
Hace veinte años, la humanidad reconoció que los muros sirven para detener el progreso, segregan naciones con fines políticos, separan con fines económicos, aíslan con fines raciales. Que en la construcción de cualquier barrera fronteriza ambas partes son culpables por bastas razones: inequidad social, discriminación racial o religiosa, falta de oportunidades de desarrollo, pobreza, corrupción, desempleo, injusticia, etc., pero también nos dimos cuenta que la única victima es la sociedad, el pueblo, quienes huyen por causas propias y se encuentran con barreras materiales y sociales que les impiden ejercer su libertad en cualquier territorio.
La idea de un muro entre dos naciones es en si misma negativa, hace evidente que tenemos razones para protegernos de nuestros vecinos, que preferimos la prevención antes de la propuesta, que la humanidad es de lento aprendizaje o que éste sólo puede venir acompañado de la calamidad.
Pese a esta lección, los ciudadanos del mundo observamos con pena y pesar que estamos lejos de aprender de nuestros errores pasados, que existen grandes barreras que separan a las naciones de aquella idea utópica de la aldea global. Hoy en día hay decenas de muros y barreras en el mundo, separan territorios en casi todos los continentes. Existen en Marruecos, Chipre, Israel, Cisjordania, Irak, Kuwait, la península de Corea e incluso en EE.UU., donde el proyecto de muro fronterizo avanza sigilosamente pese a la crisis económica, contrariando lo dicho por su Secretaria de Estado, Hilary Clinton, en Berlín: “no hay muros que no podamos derribar”.
Ante este diagnostico, tengamos presente que lo que aconteció hace dos décadas en Alemania fue una re-integración inédita, que no tiene comparativos, que no ocurrirá por ejemplo a corto plazo en las Coreas. Aquella fue una reconciliación nacional que rebasó la barrera ideológica, la cual no pudo mermar la identidad nacional del pueblo teutón, de la nación alemana que asumió los costos de volver productivo y democrático al territorio de oriente.
Aquel acontecimiento nos recuerda de manera individual que todos tenemos nuestras barreras, nuestros muros cotidianos, aquello que adorna nuestra vida con complicaciones y es a la vez el sazón de la misma. Porque se cree que el hombre de hoy no sabe qué hacer cuando está frente a un muro. Piensa en escalarlo, saltarlo, superarlo a toda costa, y no se da cuenta de que lo mejor es pasar a través de él, para derribarlo, para dejar huella, y así tener un testimonio del tránsito de su vida en la historia. Sólo así se pudo unificar Alemania; derribando el muro. Celebremos un triunfo más de la humanidad.

*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
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© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 10 de Noviembre, 2009

viernes, 6 de noviembre de 2009

NO ESTÁ OCURRIENDO EN TODO EL MUNDO

Cuando pensamos en algún fenómeno o hecho que afecta a nuestro país, muchas veces especulamos que fue consecuencia de algún factor internacional. Podemos creer que aquel fenómeno es resultado de una serie de variables que fueron alimentadas desde el exterior y que debido a los niveles de globalización actual, nos está afectando de manera particular a los mexicanos.
Existen un sinfín de ejemplos que pueden sostener el argumento anterior. Actualmente tenemos la crisis económica mundial, que les está pegando a casi todos los países y de la que sólo se han salvado algunos asiáticos como China. También tenemos el fenómeno del calentamiento global, el cual nos afecta a todos los ciudadanos del mundo, pero donde la mayor responsabilidad se encuentra en los países más industrializados. Hablando de estos últimos, -para muchos-, de ellos es la culpa de que exista la pobreza, debido a la histórica explotación y dependencia que han ejercido hacia los países que se consideran en vías de un desarrollo cada vez más lejano.
El tema que hoy nos reúne también tiene sus raíces en lo internacional, es un fenómeno cuyas razones de ser son inmensas y complejas, donde se entrelazan variables como el alto poder adquisitivo de nuestro vecino del norte, la falta de oportunidades para el desarrollo individual en nuestro país y en las naciones del sur de América, lo redituable de negociar con el miedo y la extorsión, etc., etc.
Seguro que ya saben a lo que nos referimos. Efectivamente estamos hablando del crimen organizado. Aquel fenómeno no sólo ocurre en México, si no que está presente en todo el mundo, es mas, seria menos fuerte sin el apoyo de las redes delictivas trasnacionales.
Lo que no está ocurriendo en todo el mundo es la manera en la que se manifiesta o se sufre este fenómeno en nuestro país. Lo notamos todos los días en las ya habituales noticias sobre sanguinarias ejecuciones, secuestros, inseguridad y la violencia mediática que sufrimos todos los mexicanos (y que puede compararse con lo que ocurre en países políticamente “inestables” como Irak, Afganistán o Pakistán). Así es, el crimen organizado no es tan violento en otras partes del mundo, como lo es en México.
Lo curioso del caso mexicano es que es un crimen organizado nacional y lo decimos así, porque en sus actividades delictivas aglomera vastos recursos financieros, da trabajo a miles de personas, se localiza en todos los estados del país, tuvo y tiene la venia de gobiernos corruptos y seguramente aún hoy en día apoya y es apoyado por uno que otro funcionario de gobierno y de forma voluntaria e involuntaria por el sector empresarial y productivo del país. Es incluso para muchas familias mexicanas la actividad que lleva a su mesa el pan de cada día.
Gracias a la “lucha” que ha emprendido el gobierno federal contra el crimen organizado nos hemos dado cuenta de lo poderosos que son las mafias y las organizaciones delictivas mexicanas. Lo malo es que reconocemos este poder sobre la base de los hechos violentos: siete personas mueren al día en una de las ciudades más peligrosas del mundo: Cd. Juárez a causa del crimen organizado; México es uno de los países más peligrosos para el periodismo, sobretodo en la zona norte del país, donde es preferible omitir nombres que encarar la furia del narco; nuestras “Mafias o Carteles” son más violentos que la Camorra napolitana o que la Cosa Nostra italiana, que la Mafia rusa o que los Yakuza japoneses; a los carteles mexicanos les han cedido el control de rutas y mercados los colombianos, puesto que en su país se están haciendo grandes esfuerzos para mejorar su situación, pero han requerido del apoyo/intervención de Washington para efectuar esta tarea. Nuestro país es más violento que algunos Estados como Angola, el Congo, o Serbia y Albania (que vivieron robustos episodios de violencia en el pasado) de acuerdo con el Índice Global de Paz. .
El crimen organizado en México efectúa un sinfín de actividades (secuestro, extorsión, lavado de dinero, narcotráfico, trata de personas, trafico de órganos, etc., etc.) podemos decir que estas organizaciones se han profesionalizado, han aprendido que la diversificación de actividades reduce el riesgo de colapso, puesto que si el gobierno federal ataca uno de sus sectores “in-productivos” tienen otra actividad que les permite seguir creciendo, eso si, aumentando los niveles de violencia que tanta rentabilidad les generan.
Al tenor de este diagnostico vale la pena cuestionarnos ¿qué tan lejos estamos de hacer de México un país más pacifico o seguro? El concepto de seguridad nacional hace alusión a “[…] aquellos aspectos que ponen en riesgo las condiciones y bases de existencia, funcionamiento y continuidad de una nación”. La nación mexicana, que no sólo comparte elementos de raza y cultura, sino que tiene un destino común, está representada por todos los componentes de la población: empresarios, políticos, civiles, estudiantes, campesinos, migrantes, asociaciones civiles, etc. Podemos responder orgullosamente que hasta ahora hemos superado a los elementos entrópicos que buscan el desequilibrio del país, sin embargo, debemos cuestionarnos como nación ¿quién es el culpable de la violenta manifestación del crimen organizado en el país?, ¿será una coincidencia de hechos históricos y coyunturas específicas, el pueblo ignorante, el gobierno corrupto y dividido, las elites envidiosas o el territorio maldito? La pregunta tiene más de ciento once millones de respuestas y todas son correctas, todos somos México y pocos hacemos algo por mejorar realmente al país.

Para la reflexión.
¿La política cultural exterior de México debe manifestar la violencia del crimen organizado y lo ineficaz del gobierno para combatirlo? Sería igual que hablar mal de uno mismo, no lo creen.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 3 de Noviembre, 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

El país más poderoso de América Latina

Si hace tres o cuatro décadas alguien preguntara ¿cuál es el país más poderoso de América Latina? La respuesta hubiera variado en tan sólo dos países de la Región: México y Brasil. El primero no sólo se distinguía por el tamaño de su economía, si no que era el referente más fuerte de la región, al haber sido la principal colonia española (Nueva España), por ser el país con el mayor número de hispanoparlantes, por ser un país mestizo, rico en recursos naturales, un país diplomáticamente activo, respetuoso, pero sobretodo que cuidaba las normas de transición política, lo cual daba muestra de su independencia ante el coloso del norte (EE.UU.). Del segundo podemos decir que en aquellos años (70’s-80’s) tenía de igual manera una economía mediana, fue la mayor colonia de Portugal, era y es un país étnicamente diverso, vasto en recursos naturales, pero tenía ciertos rezagos a nivel internacional, producto de la mala imagen de la dictadura que gobernó aquel país por 21 años (1964-1985).
La variable política es por demás importante, por ello podríamos decir que la respuesta a la pregunta inicial se habría orientado en mayor medida a nuestro país, México: ¡éramos los líderes de América Latina!
Hoy en día la respuesta es sesgada y ha cambiado. El país más poderoso e influyente de América Latina ya no es México, es Brasil. Aquel es el noveno país más rico del mundo con un PIB de 1.9 billones de dólares, crece al 5.1% gracias a su diversificación económica (sobretodo a sus relaciones con el continente asiático), es el quinto país más poblado del mundo (198 millones), el quinto más grande (en territorio). Tiene una diplomacia activa y propositiva que lo ha llevado a integrar importantes bloques alternos como la iniciativa de países emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Además es el actual líder de la integración más consolidada de América del Sur, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Es el principal protagonista de la Comunidad Sudamericana de Naciones, una iniciativa que alberga a más de 500 millones de habitantes (la UE tiene 491 millones). Ni hablar de sus recursos naturales. Aquel país alberga la mayor parte de la selva amazonas, tiene un río de 6,626 km (el río más grande del mundo) con el mismo nombre, cuenta con el 20% de recursos hídricos mundiales, maderas tropicales, petróleo, vasto territorio. Tiene representación en la estación espacial internacional, además de contar con uno de los programas de energías alternativas más ambicioso y rentable del mundo.
Aquel país es el más poderoso de América Latina, comparte varios rasgos con la región: la historia colonial, la dependencia hacia naciones extranjeras (Reino Unido y EE.UU.), la diversidad cultural, la raíces europeas, africanas e indígenas, la histórica inestabilidad económica, la mala distribución del ingreso e incluso el acérrimo amor por el futbol.
Brasil es un buen ejemplo para contextualizar lo que ocurre en América Latina: pese a sus vastos recursos naturales, a los años de abolengo post segunda guerra mundial (donde se crearon ciudades administrativas como Brasilia con grandes expectativas de vida), pese al sostenido crecimiento económico, al gran tamaño de su economía, en aquel país el 31% de la población se encuentra bajo la línea de la pobreza, existe una pésima distribución del ingreso: “los ricos son tan ricos como los acaudalados europeos y los pobres tan pobres como los africanos”. Aquellos viven en las ya famosas favelas; aglomerados urbanos, círculos de pobreza, incubadoras de crimen, canales de circulación de drogas, pero también lugares de samba y capoeira.
Brasil es un país de dilemas, de ricos y pobres, de comunidades de negros, blancos, mestizos, asiáticos e indígenas, de atropellos a los aborígenes del amazonas, de explotación, corrupción, cacicazgos. Brasil ejemplifica perfectamente el rol social que se vive en las naciones emergentes: con un bajo porcentaje de población que se beneficia del crecimiento económico y un alto porcentaje de personas que no disfrutan de la derrama económica.
Pese a lo negativo de la situación social que se vive en aquel país, debemos estar conscientes que no se puede esperar que un país se desarrolle sin generar riquezas de manera sesgada hacia ciertos sectores, en un primer momento. Lo que pretendemos resaltar aquí, es la forma en la que un país “similar” al nuestro está avanzando en el entorno internacional, se está haciendo notar en el mundo (no por nada Río de Janeiro le ganó la elección olímpica a nada menos que a Chicago, Madrid y Tokio), incluso está invirtiendo esfuerzos y dólares para ser integrante (de forma permanente) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, bajo el argumento de que es la nación que puede velar por los casi 700 millones de habitantes que viven en la región latinoamericana.
Al tenor de estas consideraciones, el primer cuestionamiento se convierte en una serie de preguntas que debemos hacernos todos los mexicanos (gobierno, población y empresa): ¿Hemos seguido el rumbo correcto?, ¿Acaso no fuimos advertidos de la dependencia económica que generaría la orientación hacia mercado estadunidense?, ¿Debemos seguir mirando hacia América del Norte y olvidar al sur que ya es más próspero que nosotros? Tenemos mucho que reflexionar, sobretodo pensando en que poco a poco la riqueza del mundo se ha trasladado a los países asiáticos y que los países de América del Sur forman bloques económicos sin tomar a México en cuenta. Habrá que poner más atención en aquellas regiones, es una de nuestras principales tareas a nivel internacional.

Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 20 de Octubre, 2009

¿Por qué ganó el Nobel Obama?

Existe la creencia (entre los medios de comunicación) de que las malas noticias son más atractivas que las buenas. Que informar acerca de alguna calamidad es más rentable, o que puede polemizarse una buena noticia para darle manufactura o un cierto valor agregado informativo.
Cuando Barack Obama llegó a la presidencia del país más poderoso del mundo, aquella fue la noticia del momento: por fin un candidato afroamericano llegaría a la Casa Blanca, algo que incluso entre los círculos intelectuales se comentó como muy difícil.
Obama rompió con grandes barreras, primero al vencer a Hilary Clinton por la candidatura demócrata, quien contaba con un buen capital financiero y político para contender por la presidencia y posteriormente al ganar las elecciones presidenciales a John McClain.
Aquel tecnócrata egresado de Harvard llegó a la presidencia del país con grandes tareas. La economía norteamericana se había mermado por la guerra, la imagen de Estados Unidos estaba por los suelos gracias a la administración Bush; aquello alimentaba los “movimientos” anti-yankees alrededor del mundo, el objetivo de la seguridad nacional se volvió una prioridad y se usó a la milicia como medio para alcanzar este fin, etc., etc.
Sin embargo Obama llegó a la Casa Blanca con promesas solidas: mejorar la imagen de Estados Unidos, las relaciones con Rusia, cerrar Guantánamo en un año, retirar tropas norteamericanas de Irak y Afganistán, mejorar las condiciones económicas de aquel 10% de la población que se encuentra “below the poverty line” (bajo la línea de la pobreza), en pocas palabras terminar con la hostilidad de la política estadunidense en pro de una nueva perspectiva en las políticas internacionales.
Aquellos que son enemigos de EE.UU., hoy en día ya no cuentan con una de las mejores herramientas que tenían: desacreditar al gobierno estadunidense. Cómo poder hacerlo cuando la cabeza de aquel gobierno tiene una popularidad inmensa, cuando la imagen de EE.UU., atrofiada por los años se está limpiando poco a poco. Cómo ganar simpatizantes anti estadunidenses cuando las señales norteamericanas ya no conducen al conflicto bélico. Sin duda alguna, muchos de los regímenes vs americanos deberán replantear sus estrategias para combatir a Obama, Corea del Norte ya lo está haciendo.
Este optimismo pro-Obama lo vivimos aquí en México, en la primera visita que hizo a nuestro país: todos querían salir en la foto con Obama, no hubo indicios de manifestaciones en su contra, si no una cálida bienvenida del gobierno y el pueblo mexicano.
En el mundo ha ocurrido algo parecido. Pese a que Obama no ha cumplido de manera satisfactoria con todos los retos a los que se ha enfrentado y ha perdido popularidad a nivel internacional, al momento en el que se dan las cumbres de los “G” (G8, G20), los globalifóbicos no han reaccionado de manera tan enérgica como antes. ¿Cómo hacerlo? Si aquel presidente es un hombre sensato, inteligente, democrático y de raza negra, porque incluso aquella condición impide que la sátira política haga complemente de las suyas con aquel mandatario por cuestiones raciales. ¿Irónico no?
La administración Obama no ha cumplido todavía con las vastas exigencias del pueblo norteamericano y del mundo entero, con aquellas promesas de esperanza, entonces: ¿Por qué ganó el viernes pasado el premio Nobel de la paz?
Si nos situamos desde dos ópticas, una de meritos personales y otra de actores principales, podemos argumentar las siguientes dos posibilidades:
La primera es porque lo MERECE. Su llegada al poder significó un giro de 180 grados en la política exterior estadunidense, la cual era agresiva y hostil desde 2001 hasta 2008. Todos recordamos los ataques terroristas que derivaron de la misma, los ejercicios militares en Medio Oriente, las guerras civiles en Irak y Afganistán (las cuales siguen vigentes), las tensiones de EE.UU. con la Rusia de Putin, el uso del concepto de seguridad nacional como tema prioritario para los Estados Unidos.
Obama ha archivado el proyecto del escudo antimisiles en Europa del Este, ha acercado a los máximos rivales del siglo pasado (los más poderosos en términos militares) a favor de la reducción del arsenal nuclear, un gesto en pro de la humanidad. En Obama, los países alejados de EE.UU. han visto una posibilidad de acercamiento, una esperanza para mejorar la relación (si no pregúntenle a Cuba, Venezuela o Corea del Norte). Aquellos que no tienen intensiones de acercamiento como Irán, poco a poco perderán el apoyo “anti-yankee” que tenían en el mundo, de manera que tarde o temprano se quedaran aislados por la opinión pública internacional.
La segunda es para COMPROMETERLO. Ya que Obama ha manejado un discurso esperanzador, de paz, de multilateralismo, de cooperación y de cambio. El hecho de otorgarle el premio nobel lo compromete a encaminar sus esfuerzos y los recursos de su administración en pro de una política exterior más tolerante, que respete valores internacionales como los Derechos Humanos, el cuidado del Medio Ambiente, el libre comercio justo, etc.
Hasta ahora la administración Obama ha tenido una digna participación en el escenario internacional, pero ¿acaso podrá mantenerse así durante todo su mandato? Los países no “guerrean” sólo por odios raciales o choques culturales e históricos, lo hacen por intereses geopolíticos. Los estadunidenses conocen mejor que nadie las ganancias de la guerra; fue el triunfo de la segunda guerra mundial lo que les dio el estatus que hoy tienen en el mundo, saben que en esta operación aritmética (costo-beneficio) hay mucho que ganar: recursos naturales, contratos millonarios de reconstrucción y fomento, alianzas políticas, contención a enemigos, etc., etc.
“La guerra es costosa, pero genera cuantiosas ganancias”, aquella será una máxima que deberá falsar Obama si quiere mantener su buena imagen. Lo debe hacer al interior de su propio país derogando el “establishment” que ha imperado en la política norteamericana durante casi toda su historia, debe convencer a viejos y nuevos realistas que tienen mucho poder en EE.UU., en sus empresas y en el gobierno, vaya reto.

Internacionalista, idealista activo y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto:
ipa_newton@hotmail.com

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 13 de Octubre, 2009

miércoles, 7 de octubre de 2009

Sputnik I: recordando el comienzo de una nueva era.

Hace poco más de cinco décadas, el hombre rompió las barreras terrestres y logró poner en orbita el primer satélite artificial en la historia, el Sputnik I. Aquel hecho aconteció en uno de los periodos de máxima tensión política a nivel internacional, en un episodio que denominaron los historiadores como “la guerra fría”, refiriéndose a la batalla indirecta que libraron las dos potencias ganadoras del la Segunda Guerra Mundial: EE.UU. y la URSS.
Ambos países aglutinaban en sus bloques a una serie de Estados “aliados” por voluntad y por fuerza. Eran también los principales proveedores y consumidores del mundo, los más armados, los más avanzados tecnológicamente, los más hostiles (políticamente). Eran dos gigantes con ideas contrarias compitiendo por imponer lo que creían era “el orden adecuado” para las políticas mundiales.
Al momento en el que se escribe la presente colaboración (4 de Octubre) se cumplen cincuenta y dos años del lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, el cual representa el primer éxito del programa Sputnik, que daría ventaja a la URSS sobre su adversario en cuestión de exploración espacial.
Hoy en día celebramos que este hecho fue el inicio de la carrera espacial entre dos grandes colosos, el cual no sólo trajo beneficios en forma de externalidades a la sociedad civil, si no que amplió nuestro margen de asimilación respecto al papel del hombre en el universo, en palabras del historiador David Thomson “con el hombre en el espacio comenzó una nueva era”.
No se sabe a ciencia cierta cual era el objetivo final de ambas potencias en materia espacial (URSS y USA), pero se puede intuir que la adquisición de conocimiento sobre el espacio, era sinónimo de ventajas para combatir al bando contrario: el conocimiento es poder y puede utilizarse para cuestiones buenas o malas.
Además, el desarrollo espacial era sinónimo de desarrollo bélico, ya que “la iniciativa de viajes espaciales significaba superioridad en tecnología, particularmente de misiles”. Sin embargo la carrera espacial no fue sólo una carrera tecnológica, si no que tuvo gran influencia a nivel económico, social y militar.
En el primer nivel podemos mencionar las externalidades generadas a partir de los desarrollos tecnológicos que dieron vida a las agencias espaciales de la URSS y de EE.UU., y más delante de otros países como Japón, Reino Unido, Francia (sede de la Agencia Espacial Europea), Canadá, Brasil y China. Además de productos derivados de la experimentación como el teflón, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), los alimentos deshidratados, los detectores de humo, el código de barras, los pañales desechables, el cierre de velcro, etc., etc. Los ejemplos son inmensos, algunos como los anteriores ya son de uso público, pero existen otros que llegaran a los hogares del mundo a mediano y largo plazo.
A nivel social la carrera espacial significó una herramienta del gobierno (estadunidense y soviético) para convencer a sus ciudadanos de que su sistema económico (capitalismo y comunismo) era el más adecuado, puesto que la población se identificaba con los éxitos de las misiones, en un ambiente donde la “competencia” acontecía en casi todos los ámbitos.
En cuestión militar, los avances en materia espacial se complementaron con el desarrollo de áreas bélicas como las mejoras de los misiles, la experimentación con las fusiones nucleares, la optimización del uso de la energía, etc. Mejoras que demostraban la superioridad bélica de los antagónicos sobre el resto del mundo.
En aquellos años de Guerra Fría la carrera espacial fue eso: una competencia por saber quien era el mejor país, qué sistema económico era el indicado, qué filosofía debía prevalecer. Hoy en día, en este mundo multipolar las cosas han cambiado: ya no existe una carrera espacial como tal, la competencia ha sido sustituida por la cooperación, de manera que los distintos países con agencias espaciales colaboran en pro de un desarrollo espacial mundial. El mejor ejemplo de esto es la Estación Espacial Internacional, un centro de investigación construido en la orbita terrestre, donde participan las agencias espaciales de EE.UU., Rusia, la Unión Europea, Japón, Canadá y Brasil e Italia bajo un estatus especial. Gracias a los esfuerzos de estos países, desde hace nueve años hay presencia humana permanente en el espacio.
La conmemoración del Sputnik I es un hecho que no debe ser recordado como un triunfo nacional, porque fue el primer lanzamiento de un objeto creado con materiales terrestres por la mano del hombre, por su ingenio, por sus cálculos, el cual debe ser recordado como un elemento de unión para la humanidad. Estamos celebrando que logramos cruzar la barrera terrestre, la primera limitación material, para hacer posible la ampliación de nuestro sistema natural (el planeta tierra) y nos permite conocer, poco a poco, la inmensidad del universo.
Hemos superado lo que se creía imposible, hemos hecho mucho como especie para adaptarnos, para cumplir con el gran objetivo de la supervivencia. Hemos logrado retos que parecían imposibles y seguramente seguiremos haciendo más. El ser humano no es una especie estática, el ser humano es una especie en constante movimiento. Podemos crecer con base en nuestro esfuerzo, cooperación y constancia, dejar de competir por el triunfo individual-nacional, bajo la idea de un objetivo común, en este caso la exploración espacial. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero los primeros pasos ya se han dado.

Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
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ipa_newton@hotmail.com

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 6 de Octubre, 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Vivir así…

Como nos ha costado a los mexicanos acostumbrarnos a las noticias (casi siempre malas) referentes a la in-seguridad que se vive en el país. Escuchamos cotidianamente sobre secuestros, balaceras, detención de criminales (ex policías), extorsiones telefónicas desde las cárceles o fuera de ellas, impunidad, etc., etc. Sin duda es difícil vivir así, sobre todo cuando recordamos que hace algunos años esta clase de noticias eran los estelares, las primeras páginas de los periódicos, pero hoy son el pan de cada día.
Aquello es triste y desafortunado, puesto que refleja que algunos de los elementos que componen al Estado (población, empresa y gobierno) no están haciendo bien su trabajo o han dejado de funcionar bajo las estrictas normas de la ley y la moral cívica.
Cuando escuchamos, leemos, comentamos, o nos enteramos de voz a voz de algún caso de delictivo local, pareciera que es para nosotros algo normal. Lo dijo hace algunos años el italiano Giovanni Sartori en su libro Homo videns, cuando mencionó, con más o menos palabras, que existe una tendencia por parte del espectador a interesarse en mayor medida por las noticias locales o regionales, ya que se siente ajeno a lo internacional o a los eventos que acontecen en las lejanas regiones del mundo.
En colaboraciones anteriores hemos intentado falsar aquel argumento, mediante el acercamiento del lector con temáticas internacionales, algunas acontecidas en países muy lejanos, otras donde nuestro país es uno de los principales actores, pero en esta ocasión vale la pena enfocarnos a lo nacional, ya que el complejo problema de la “seguridad”, está ayudando a los GIGANTES de la crisis económica y la influenza, a llevar al país a un hoyo cada vez más profundo, de donde será difícil salir incluso a largo plazo.
¿Por qué la seguridad se convirtió en uno de los temas más importantes de la agenda nacional? Quizás fue porque el ejecutivo se dio cuenta del gran poder de las mafias o porque necesitaba afianzarse en el poder “defendiendo a los mexicanos” o por seguir la tendencia que se vivía en EE.UU., aquello no se sabe con exactitud.
Hasta hace algunos días no me cansaba de externar mi apoyo a la lucha contra la delincuencia organizada, pensaba que verdaderamente el Estado mexicano tenía la capacidad y una buena estrategia para ganar “la estabilidad del país”, una variable por demás indispensable para lograr el bendito crecimiento económico (elemento que puede llevarnos al desarrollo si se alcanza y si encuentra una buena distribución).
Desafortunadamente me di cuenta de que no es tan sencillo vencer al monstruo de la delincuencia, pues no es lo mismo opinar acerca de un tema cuando este nos afecta indirectamente, que hacerlo después de vivir una mala experiencia, de sentir en carne propia esa incertidumbre paralizadora, esa impotencia por no poder hacer nada contra el delito.
Muchos mexicanos hemos sido victimas del crimen, algunos creyentes en el papel del Estado denuncian, otros que desconfían de la efectividad del mismo prefieren callar y hacer uso de sus “métodos” para resolver sus problemas, unos pocos reflexionan y proponen, porque al igual que en las crisis, la inseguridad nos lleva a las mismas tres etapas de miedo, prevención y propuesta.
Como un afán personal, después de reflexionar sobre la manera en la que la delincuencia afecta al país, decidí hacer una mesa de debate sobre el tema con algunos colaboradores, pregunte: ¿Cuál es el gran problema de la inseguridad y si existe alguna solución? En una respuesta más vivencial que científica llegamos al consenso de que la inseguridad no sólo afecta a la economía (que es la variable que más influye hoy en día en nuestra vida diaria) en materia de estabilidad, si no que genera un “retardo” que se deriva de las medidas de prevención, producto del miedo y la inseguridad. Aquel retardo se ve reflejado en nuestros bolsillos, vía el tiempo que destinamos para idear una estrategia de prevención, y en nuestra productividad laboral, vía la incertidumbre y el temor por vivir una experiencia de este tipo.
Lo cierto es que las mafias y la delincuencia han estado y seguirán presentes en nuestro país, el grave problema no es su existencia, si no que concentren tantos recursos y poderío, en pocas palabras que le quiten al Estado el monopolio de la fuerza, la cual es usada (idealmente) para brindar estabilidad y certidumbre a los mexicanos.
Hasta hoy no se sabe a ciencia cierta cuanto poder ha restado el gobierno mexicano a las mafias, lo que hemos notamos es una fuerte respuesta del crimen organizado a las acciones gubernamentales y constatamos que funciona con recursos inmensos: nos ha salido cara esta lucha, sin duda era necesaria aunque no estamos seguros de que la estrategia sea la correcta, muchos mexicanos aun nos preguntamos ¿Cuándo llegará el día en el que el gobierno ponga las cartas sobre la mesa y recupere el control de esta situación?
Reflexión 1.
Y si aislamos a los criminales y las empresas les dejaran de vender grandes camionetas y autos de lujo, chip de celulares de forma indiscriminada, relojes ostentosos, cotizadas prendas de vestir… y si el gobierno les cobrara impuestos para el Estado, identificará sus grandes mansiones, sus negocios lícitos… y si los bancos colaboraran con el Estado para cerrarle las puertas a los capitales mal ganados y dejara de existir el secreto bancario…y si los ciudadanos confiáramos en las autoridades y denunciáramos todos los crímenes… y si en verdad todos deseáramos esta utopía.
Reflexión 2.
El número de extorsiones telefónicas ha aumentado en nuestro Estado, debería haber una campaña de prevención para que la ciudadanía tenga conocimiento de qué hacer en caso de ser victima de aquella actividad.
Alguien comentó: ¿Por qué si quiero que mi número telefónico sea privado (que no aparezca en el directorio) me cobran una mensualidad, no debería ser al revés? Parece ser que en la “prevención” si gana alguien, le pagamos todos los que queremos un “servicio adicional”.

Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 1 de Octubre, 2009

Septiembre, Mes de la… ¿avalancha mediática?

Precisamente este septiembre ha sido para México un mes de gran efervescencia política, económica y social. No sólo porque es una fecha de celebración histórica o por la conmemoración de aquel siniestro que azotó a la nación en 1985, si no porque es un mes que puede caracterizar lo que ha ocurrido en el territorio nacional durante el presente año.
Si citamos los acontecimientos más importantes de los últimos días, nos daremos cuenta de que los distintos medios de comunicación han tenido más trabajo que en meses pasados, o por lo menos más responsabilidad en cuestión de manejo de información.
En este mes hemos visto inundaciones, cambios en el gabinete presidencial, un paquete económico en tela de juicio, la crisis económica, deslealtades políticas, un “perfecto” desfile militar, algunos hechos “aislados” como aquel secuestro al avión o la balacera en el metro Balderas, y por si fuera poco nos enteramos del tercer rebrote de influeza AH1N1 sin vacunas suficientes.
Esta avalancha mediática puede llegar a confundir al espectador distraído, y es que, hay tantas noticias de gran transcendencia por conocer, que voltear a las prioridades, a aquellos temas que no sólo son informativos, si no que nos son útiles para nuestra vida diaria, parece una tarea sumamente complicada. Por ello, algunos hemos llegado al consenso de que hay tres temáticas que por su trascendencia deben ser tomadas en cuenta, dejando de lado la información que no es tan útil para nuestra vida diaria, (como los desplantes de juanito, o las declaraciones de aquel “fanático” religioso que vivía a 15 min de nuestra ciudad).
En primer lugar debemos tomar en cuenta la crisis económica, la cual estará con nosotros por lo menos un semestre más, pues el FMI nota una luz al final del túnel, pero aquella irradiación es pulsante, parpadea como un foco a punto de fundirse.
Gracias a la teoría económica sabemos que el mercado, que es el conductor de la economía neoliberal, se nutre de las señales de sus tres participantes: los consumidores, las empresas y el gobierno. Las señales que envíen al mercado estos tres elementos demarcaran el futuro de la económica, sea que este devenga en una recuperación o en una crisis. Por ello es tan importante que exista un consenso en “un” paquete económico, donde no se afecte a alguno de los tres elementos para privilegiar a otro, lo cual casi nunca ocurre, ya que desafortunadamente en el juego de –estira y afloja- en cuestión tributaria sólo la masa puede asumir (en mayor medida) los aumentos de los impuestos, ya que por la crisis, el capital será escaso y nadie desea que otros como México (países latinoamericanos) convenzan al capital de trasladarse a sus naciones.
En segundo lugar está la crisis sanitaria de la influenza, que repercute en el sector económico y educativo del país. Ésta no sólo ha afectado al turismo, si no que perturba a la economía individual, así como a los servicios o al sector de la producción. Ni se diga de los días que restará a los alumnos del país, quienes en su mayoría verán la prolongación de sus vacaciones en casa, sin una recuperación del valioso tiempo perdido.
En tercer lugar tenemos el problema de la inseguridad. Es bien sabido que en momentos de crisis económica ésta aumenta por la cuestión del desempleo, la pobreza, la falta de demanda, etc. En México podemos sumarle la lucha contra el narco, los secuestros, las extorsiones, etc., etc., temas que estaban presentes antes de la crisis y que seguramente seguiremos viendo en los reflectores nacionales.
Para ser realistas, podemos decir que el escenario a corto plazo es bastante malo, que hoy en día existen formulas para el combate de la crisis, pero no representan una solución probada. De lo que tenemos certeza es que –las crisis no duran para siempre-, y que quienes sobreviven a ellas con base en su inventiva, creatividad, y aprovechamiento de sus recursos, se ven fortalecidos cuando esta termina.
Para hacerlo más entendible podemos decir, que así como la economía tiene un ciclo de estabilidad, descenso, recesión/crisis, reactivación y auge, la sociedad civil, que somos quienes vivimos en carne propia los efectos de las crisis, tenemos tres etapas de asimilación de la misma. La primera es el miedo (la peor de todas), aquello que nos detiene a actuar por falta de certidumbre en nuestra economía individual. La segunda es la prevención, la cual ubicamos como las acciones que tomamos para no vernos tan afectados por las crisis, como el ahorro excesivo o la especulación, y la tercera es la propuesta, donde efectuamos acciones acordes a la crisis, donde creamos, innovamos, o simplemente enfocamos nuestra energía al trabajo diario, al trabajo productivo, a la observación de nuevas actividades, con el fin de mantener el empleo o autoemplearnos en nuevas actividades.
Esta crisis es superable tanto en México como en el mundo, así como llegó se ira, no ocurrirán grandes catástrofes a causa de ella, estamos en un buen momento para brindarle las señales correctas al mercado: los consumidores debemos consumir (valga la redundancia) de acuerdo a nuestras necesidades y mucho mejor si nuestro consumo es nacional, los productores y comerciantes deben seguir vendiendo sin adoptar posturas contrarias a la tasa de inflación prevista, o sea, no hay que inflar los precios sin una base sólida. Y por último, el gobierno debe mejorar la labor burocrática, recortar los trámites para abrir empresas, ser más transparente, capacitar a su personal, en pocas palabras debe exigirse ser más eficiente desde los altos mandos hasta los mandos más bajos. Como consejo a la federación: El que mucho abarca (con pocos recursos), menos aprieta, es momento de replantear prioridades.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 22 de septiembre, 2009

LO QUE NO VEMOS, LO QUE NO SABEMOS DE LA WEB 2.0

Hoy en día, en un momento en el cual la globalización se impulsa con fuerzas extraordinarias hacia casi todos los rincones del planeta, en un momento en el cual la tecnología poco a poco nos rebasa, y son pocas las personas que cuestionan o hacen un breve análisis acerca del origen de la tecnología, de cómo esta ha modificado su forma de vivir, sus gustos, tradiciones, etc., es un buen momento para hablar de una herramienta que nos ha facilitado la vida a estudiantes, investigadores, amas de casa, empresarios, etc., etc.
Estamos hablando de la World Wide Web (www). Este es un “mecanismo proveedor de información electrónica para usuarios conectados a Internet”. Este mecanismo permite que el usuario tenga acceso a un sinfín de información, misma que se acumula con el paso del tiempo y que–era- provista en general por las empresas productoras más importantes.
La web 2.0 es simplemente la evolución de la plataforma web. Esta evolución consiste en varias innovaciones que han cambiado la forma de interacción del individuo-consumidor con el servicio que proporciona la web.
Los mecanismos de interacción más famosos de la web 2.0 son: wikipedia, blog, Hi5, youTube, My Space, Twitter, etc. Estos portales permiten al usuario “subir” información a la página, los filtros son laxos y queda a responsabilidad de cada usuario descargar la información a su conveniencia y riesgo.
Podríamos decir que el objetivo de la mayoría de los portales de la web 2.0 es generar espacios para que los consumidores se conviertan en proveedores y dejen de ser simples receptores de información. La orientación que pueden tener estas páginas web es variada y va desde compartir fotografías, videos e información personal, pasando por la formación de sitios de interés y expresión como en el caso de los “blog”, hasta la generación de conocimiento por medio de la interacción entre los usuarios en un marco que se denomina , como en el caso de Wikipedia.
Como casi todas las actividades humanas, la web también sufre de los males del capitalismo: las empresas buscan obtener beneficios de todas las acciones, movimientos, actualizaciones, etc. La web, que se concibe como el fenómeno comunicacional más importante de la humanidad, es dominada por unas cuantas empresas norteamericanas, las cuales generan la mayor cantidad de servicios, software, fuentes de información, etc. Paradójicamente también generan la mayor cantidad de candados, restricciones y virus.
Estamos hablando de Adobe, Microsoft y Apple. Estas unidades económicas de cualidad monopólica serían la pesadilla de grandes economistas como Adam Smith ya que aglomeran en su seno la mayoría de los servicios brindado actualizaciones poco funcionales, pero obligatorias. Aquel economista escocés conocía la naturaleza humana, plagada de egoísmo e individualismo, pero creía que el mercado sería ajeno a las intensiones del hombre y sería el mejor regulador. La historia se ha cansado de contradecir esta máxima, así que, como en la mayoría de actividades del hombre, la web también sufre la presencia de entes económicos con intereses particulares (financieros) que especulan a costa de los usuarios.
En términos sociales la web (y su evolución 2.0) ha logrado insertarse en la vida de millones de personas a lo largo del planeta y la tendencia se mantiene a la alza. Incluso la política ha comenzado a incursionar en ella, ya que poco a poco se le considera un buen canal de difusión política (lo notamos en las elecciones del pasado 5 de Julio, donde el proselitismo virtual escapó a la mayoría de restricciones del IFE).
La web poco a poco se convierte en una herramienta de mayor utilidad para los usuarios, los cuales crecen día a día al igual que el número de contenidos y software disponibles. Una última reflexión que sería prudente abordar es lo referente a la normalización de los contenidos de la web y a la mercantilización de los mismos. Estos dos conceptos (normalización y mercantilización) no sólo romperían con los principios fundamentales de la web 2.0: lo gratuito del servicio y la libertad para subir información, sino que obstruirían el ciclo de evolución de las sociedades de la información, el cual se enriquece por los flujos constantes de ideas originales o innovaciones a las ideas existentes. Sin embargo son temas que deben debatirse. Lo complicado está en que al ser la web una plataforma global, requiere de acuerdos globales conjuntos y estos cuestan mucho dinero, toman mucho tiempo, y casi siempre carecen del consenso de la mayoría de países.

Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 8 de Septiembre, 2009

UNA ANÉCDOTA HOY: UN HECHO QUE CAMBIO LA HISTORIA DE UN PAÍS

Este mes que comienza ha sido uno de los más importantes y dinámicos en materia de acontecimientos que han sido el punto de inflexión para el rumbo que han tomado tanto las políticas mundiales como para las políticas de algunos países.
Un ejemplo de un hecho nacional que ha repercutido en las políticas hemisféricas ocurrió aquí, en América Latina. Hasta antes del 11 de septiembre de 1973 (vaya fecha), no se había pensado que un país con gobierno de corte socialista, sería el primero en recibir un Modelo experimental de la mano de Milton Friedman, el cual venía a promover un cambio, una transformación del Modelo de Estado de Bienestar keynesiano, o el de sustitución de importaciones, por uno que más tarde se denominó “NEOLIBERALISMO”.
Muchos ya sabrán de que país se trata, sobretodo aquellos que fueron obligados a dejar su nación debido a sus ideas políticas, o a las sospechas del gobierno golpista en referencia a sus nexos con el comunismo. Exactamente estoy hablando de la República de Chile.
Hace casi 36 años, aquel país vivió un golpe de Estado, uno de verdad, donde la milicia no escatimó en recursos para bombardear “el palacio de la moneda” la sede del gobierno electo que estaba por cumplir tres años en el poder y que encabezaba el socialista Salvador Allende.
Allende se postuló en tres ocasiones a la máxima elección de Chile (1952, 1958, 1964) antes de alcanzar la presidencia de aquel país en 1970. Ganó incluso con un porcentaje menor al que había tenido en las elecciones anteriores, por lo tanto no tuvo la mayoría absoluta de los votos, pero fue acreditado por el Congreso Chileno.
Fuera de Chile la reacción más notoria fue la de Estados Unidos donde el presidente Richard Nixon, previendo el programa de nacionalizaciones de Allende, reunió a su gabinete de seguridad; nada menos que al director de la CIA Richard Helms y el director del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) Henry Kissinger para establecer la estrategia de hostigamiento al gobierno chileno (de Allende) mediante la influencia de su gobierno en los flujos de capital privado y en los prestamos internacionales.
Durante su primer año de gobierno Allende dio los primeros pasos de lo que sería su proyecto para el desarrollo. De esta forma nacionalizó los bancos, algunos servicios públicos y las industrias básicas, dentro de las que sobresalen las norteamericanas.
Empresas como la Anaconda Mining Copper Company y la Kennecott Copper Co. (explotadoras del cobre) y ITT (International Telephone and Telegraph) (Ahora ATT*) fueron nacionalizadas.
La estrategia para sabotear al nuevo gobierno por parte de EE.UU. fue el llamado “bloqueo invisible” que consistió en negar créditos a Chile mediante las instituciones financieras mundiales (FMI, BM y BID) donde el país de Norteamérica tenía el mayor número de votos para decidir el destino de los prestamos. Otra medida fue la liberalización de las reservas del cobre, por parte del presidente Nixon, lo cual provocó un desplome en el precio del mismo.
Entre 1972 y 1973 la escasez en Chile se hizo notar, grandes facciones de la población reclamaron al gobierno atribuyéndole la crisis económica (altas tasas de inflación, caída de la inversión extranjera aumento del desempleo) a la ineficiencia gubernamental. El gobierno de Allende perdió el control de la economía arguyendo que la crisis era resultado de la transición hacia el socialismo.
La situación caótica hizo notar una verdad a voces: varios sectores de la población querían la destitución del gobierno de Allende. En junio de 1973 un intento de golpe de Estado fue detenido por el jefe del estado mayor, el general Prats, los golpistas revelaron otra verdad; el ejército estaba divido, había que reconocer a quienes estaban con los golpistas para realinearlos a la institución legal o quitarlos del camino.
Allende atado de manos por el Congreso no purgó al ejército. El golpe de Estado se gestó justo frente a sus ojos. Los militares, que eran independientes del ejecutivo purgaron a los izquierdistas de sus filas, incluso el mismo Prats dimitió por órdenes de “oficiales mayores”. Augusto Pinochet ocupó su puesto.
El 11 de septiembre de 1973, a una semana de la celebración del aniversario de la llegada de Allende a la presidencia, las fuerzas armadas comenzaron sus operaciones para efectuar el golpe militar.
El presidente, con el objetivo de dar conciencia al pueblo chileno de los hechos, se comunicó mediante una de las pocas estaciones de radio pública que quedaban en pie diciendo: “Estoy dispuesto a resistir por todos los medios, incluso al precio de mi propia vida, de modo que esto servirá como una lección en la historia ignominiosa de aquellos que tienen la fuerza, mas no la razón”.
El golpe se efectuó con éxito, no hubo resistencia alguna más que la del propio presidente y un puñado de colaboradores. En pocas horas Chile dio un giro de 180 grados, el futuro sería el único testigo de los cambios consecuencia del nuevo régimen. Queda por de más mencionar las persecuciones, las desapariciones, la tortura; todos los horrores que desencadenan las guerras por las ideologías. Chile ya no sería el mismo.
Para Gonzalo Vial Correa, un reconocido historiador chileno, el 11 de septiembre fue la consecuencia de la crisis del sistema político chileno, una crisis que se venía gestando desde finales del siglo XIX. El papel de los militares es muy importante ya que ellos condicionan la fase de la transición de la democracia en Chile.
Desde el exterior, el golpe se percibió de dos maneras. Hubo quien aplaudió la caída de Allende, quien lastimaba los intereses de las trasnacionales norteamericanas. Esta por demás mencionar la posición de las dictaduras latinoamericanas hacia el golpe de Estado como la argentina o la brasileña, las cuales eran típicos baluartes del intervencionismo político y económico estadunidense en América Latina en contra del comunismo. Otros países como México desconocieron el régimen militar y brindaron asilo político a los chilenos sospechosos de ser comunistas o de izquierda.
El golpe militar fue el acontecimiento que delineó los cambios en la vida política, económica y social del Chile contemporáneo. En lo político se puede resaltar el abandono total de las prácticas democráticas y la intolerancia partidaria. En lo económico la instauración de un modelo de libre mercado, donde la participación del sector privado sería preponderante y los capitales internacionales se concebirían como el motor para el crecimiento económico. En lo social se observa la perdida de las libertades civiles por parte de la sociedad en general. El pueblo chileno, que vivió por diecisiete años esta dictadura, asume las consecuencias de los vertiginosos acontecimientos, son ellos quienes guardan la memoria histórica de su país y por ello los únicos capaces para evaluar moralmente los hechos.
Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto:
ipa_newton@hotmail.com

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 1 de Septiembre, 2009

GLOBALIZACIÓN… ¿TAMBIÉN EN EL ARTE?

La globalización ha sido uno de los fenómenos multidisciplinarios que más ha afectado al hombre en toda su historia. Gracias a los avances de la tecnología lo constatamos cotidianamente en diversas áreas de nuestra vida: en la estandarización de conceptos como la amistad, el amor; en los derechos humanos; en la masificación de movimientos sociales donde la sociedad civil se organiza para hacer reclamos a sus gobiernos, por eventos que no ocurren en su nación, pero que afecta a otros humanos en el planeta como en el caso de la cuestión del Tíbet, el cambio climático (que a finales de este año veremos masivos en Copenhague), las elecciones en Irán, el golpe de Estado en Honduras, etc., etc.
La globalización tiende a estandarizar, absorber, desaparecer, extinguir, varios aspectos propios de la cultura de una región, lo cual es lógico y razonable pues en el tiempo antiguo, la mayoría de civilizaciones del mundo tenían poco contacto entre ellas, por lo tanto debían organizarse de forma distinta para recolectar alimentos, cazar, vestir, etc., el entorno era fundamental para sus vidas.
Globalización significa en pocas palabras que los seres humanos poco a poco nos acercamos más y que este mundo cada vez se hace más pequeño en cuestión de comunicación y más grande en cuestión de complejidad.
Sin lugar a dudas existen ejemplos donde este fenómeno ha afectado de manera negativa a algunos Estados, sobretodo en el ramo económico: en el subdesarrollo, el libre comercio, en aquella condición de dependencia que impide a los países a competir en entornos iguales en un mercado abierto y justo. La brecha tecnológica cada vez es más grande, por ello ninguna región, bloque, país, provincia o ciudad puede estar pasiva de los avances que acontecen en el mundo.
La globalización es inevitable, ocurre incluso en el arte, en aquello que se define como “una expresión del espíritu humano mismo, una ostensión que llega a rebasar ideologías, colores, creencias, pero sobre todo que relata un suceso muy personal de un artista por distintos medios (pintura, escultura, literatura, música, arquitectura, etc.) que puede interpretarse de mil maneras ante los ojos del espectador, pero que manda un mensaje sencillo y claro al ente más recóndito de nuestro ser”.
La gran mayoría de países desarrollados gozan de las condiciones necesarias para explotar las capacidades creativas de sus habitantes, otros como los subdesarrollados sólo ven florecer a algunos magnates de la creación, pues es una realidad que en un país donde la prioridad es la supervivencia, el arte pasa al segundo término.
La globalización en el arte es inminente, aparece como correspondencia ante la raíz de ambos conceptos, uno como manifestación universal (arte) y el otro como fenómeno global. Ésta se puede definir como un acontecimiento donde la masificación de la información ha permitido la creación de nuevas técnicas, la exploración de métodos poco conocidos y la propensión a afectar al arte local, que puede verse influenciado por tendencias del exterior o puede arraigarse de manera ortodoxa.
Un ejemplo de un país que ha alcanzado el desarrollo poniendo basta atención al progreso del arte y la cultura (y que ya se ha mencionado por su extraordinaria condición en colaboraciones anteriores) es Corea del Sur. Aquel Estado asiático, que hoy en día ya cuenta con una economía madura, un ingreso de $26,000 dólares y es la decimo cuarta economía del mundo, conoce perfectamente el fenómeno de la globalización del arte.
Hace aproximadamente un mes presencie una Conferencia acerca de “La globalización del arte en Corea” realizada por Rebeca Pareja. En esta se habló acerca de la última edición del World Artist Festival, un festival de arte que se celebra en Seúl Corea, gracias al patrocinio de empresas como LG, AJU, KITA y los distintos ministerios de aquel país (Cultura, deportes y Turismo, Asuntos internacionales y comercio), con la participación de artistas de veinte países del mundo. Después de la Conferencia se cuestionó a la ponente: ¿Cuál sería el objetivo del festival: 1. Hacer una muestra internacional para favorecer a los artistas del mundo/ 2. brindar una exposición para atraer turistas a Corea/ 3. Llevar una muestra de arte internacional para el pueblo coreano? La respuesta fue que en realidad todos esos eran objetivos secundarios. El principal propósito de aquel festival fue llevar el arte del mundo a Corea para que los artistas coreanos se retroalimentaran, se codearan con los artistas del mundo, y se posicionaran como artistas internacionales, favoreciendo al Estado coreano al mostrar la pluralidad artística de aquel país y dejando en claro que es un país productor de arte fino a nivel global. Esto como una señal a las capitales del arte (París, New York, Londres) de que Seúl se posicionaba como un buen proveedor de arte en una región que poco a poco ha traslado la riqueza del mundo a su territorio: el este asiático.
En este ejemplo observamos una correspondencia entre las empresas y el gobierno, una estrategia conjunta para mitigar algo inevitable (la globalización) y convertirlo en una herramienta, simplemente para hacerlo algo positivo que genere y no reste. En nuestro país (de manera más modesta) se gestan las relaciones necesarias para afrontar la internacionalización a este respecto, sin embargo debe haber una apuesta más fuerte a la difusión de la cultura, pues hoy en día es un tema “secundario” o “terciario”, en esta agenda cegada por la seguridad y la crisis económica, no debemos olvidar que “la cultura puede beneficiar a los pueblos en tiempos de crisis no de forma numérica o exponencial, sino cualitativamente.”
COMO CONSEJO:
El martes pasado se inauguró la galería del nuevo Complejo Cultural de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) con una Magna exposición, nada menos que Cerámicas de Pablo PICASSO y pinturas de Carlos LUNA. Del primer autor todos tenemos claro que es uno de los pintores más reconocidos del siglo pasado, un referente sin duda. Del segundo les puedo comentar que es un pintor nacido en Cuba, adoptado por México y madurado en Estados Unidos. Sin intensión de ser específico les puedo adelantar que su obra maneja un discurso plenamente claro, con la ocurrencia cubana, el mensaje de dichos latinos, una técnica única y la universalidad del sentimiento, que es al final de cuentas la gasolina del aparato creador de los artistas. Es una buena oportunidad de ver a dos grandes; uno perpetuado y otro que seguramente será un referente histórico en el arte de nuestro país. La exposición está a tres horas de la ciudad de Oaxaca, no todos los días se puede ver una exhibición de esta envergadura sin pagar un céntimo, esta es una invitación abierta a todos los amantes del arte internacional.
Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.

Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 25 de Agosto, 2009

lunes, 24 de agosto de 2009

¿El fin del Neoliberalismo?

Hace algunos días el que ahora escribe tuvo un debate inesperado, de esos súbitos que son consecuencia de un encuentro con un viejo conocido, en donde no se puede hablar a fondo y reinan las opiniones de café a falta de tiempo. Se habló acerca de un tema por demás importante de la arena internacional: el Modelo económico neoliberal.
Durante la discusión, gracias a la contraparte debatiente salió a la luz una afirmación, que en estos momentos, en esta época específica vale la pena falsar: “el Modelo neoliberal ha caducado, ya no existe más en las políticas económicas de los países, ese es un tema del pasado”. Sin tiempo a la replica, hice un gesto –como en señal de aprobación dudosa- dejando en claro que no compartía la misma opinión, pero que el tiempo se había agotado para desmentir aquella afirmación, era hora de partir.
Siempre he sostenido que el conocimiento debe ser libre, que todo aquel que busque tener algún aprendizaje real debe investigar, documentarse y exponer su idea ante los que han abundado en el tema. De ahí que surgiera el siguiente cuestionamiento: ¿El Modelo Neoliberal ha dejado de tener vigencia en las políticas económicas internacionales? Para resolver esta pregunta es necesario examinar la teoría y la forma en que ésta se ha llevado a la práctica.
Primero que nada vale pena resaltar qué entendemos por neoliberalismo y quiénes son sus principales teóricos. Con el fin no hacer totalmente académica esta colaboración se puede decir que el neoliberalismo es una corriente de la economía que se gestó en el siglo pasado y cuyos principales exponentes son los austriacos Von Mises, F.A. Hayek y el estadunidense Milton Friedman. Para los que no están familiarizados con la ciencia económica podemos decir que estos autores, dos de los cuales fueron ganadores del premio nobel, fueron los diseñadores del Modelo Económico que imperó en el mundo desde mediados de los ochenta hasta nuestros días. Podemos decir que le debemos a sus postulados diversas políticas económicas como: la desestatización del sector público (de empresas paraestatales), la liberalización del comercio y la reducción de aranceles, la disminución de políticas sociales, la implementación de impuestos al consumo (a la ciudadanía) en vez de a la producción, la disminución del aparato estatal, la implementación de una autoridad monetaria autónoma (el Banco central) que estabiliza a la economía y controla las reservas de un país, entre otras más.
Pocos saben que el primer Modelo Neoliberal que se implementó en América Latina fue en Chile en 1975, como consecuencia del golpe de Estado en aquel país y de la imposición de una Junta militar que gobernaría diecisiete años.
El neoliberalismo se exportó al mundo en la década de los ochenta gracias al mandatario estadunidense Ronald Reagan y a la británica Margaret Thatcher. En América Latina llegó bajo el nombre de “el consenso de Washington”, a México lo trajeron los tecnócratas y lo aplicaron los presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas.
Tanto en México como en el mundo este modelo ha sido severamente criticado, los distintos grupos de izquierda lo culpan de la pésima distribución de los ingresos, del masivo asenso de los grupos empresariales, de la generación de carteles internacionales que manipulan el mercado a su beneficio, de la masa de pobres que se reúnen en las periferias de las grandes ciudades, de la sobreexplotación del medio ambiente, etc., etc.
Lo que no se toma en cuenta es que como modelo teórico, el neoliberalismo no contempló los males anteriores, sin embargo se le atribuyen todos ellos, pese a que algunos son consecuencias de otros factores como los demográficos, los culturales y el más importante: el factor político.
Este último tiene un alto porcentaje de culpa, ya que los políticos son los ejecutores de la teoría, en pocas palabras son quienes hacen práctica la idea, bajo la condicionante del contexto, porque eso son los modelos, son estructuras que se adaptan a las dinámicas, en este caso de los Estados, de manera que no se aplican totalmente a un caso en específico, si no que son tomados como referencia.
Volvamos al caso de México. Hoy en día no podemos decir que hemos dejado de lado el Modelo Neoliberal en nuestro país, ya que tenemos un Estado a favor del libre comercio (lo constatan los múltiples tratados y acuerdos de libre comercio y asociación que hemos firmado), no tenemos una política para re-estatizar las empresas nacionales como TELMEX o el Banco Nacional de México, pero aun así tenemos grandes paraestatales como CFE y PEMEX. Nuestra política monetaria es controlada por una institución autónoma: el Banco Central, que como decía Friedman cada cierto periodo de tiempo ajusta algunas variables como el tipo de cambio, la tasa de interés, las reservas federales, con el fin de evitar los desequilibrios económicos. Además somos un país en contra del proteccionismo como lo arguyó el presidente Calderón hace un par de días en Uruguay y a favor del libre comercio hemisférico
Empero hay cuestiones que se ajustan a los postulados, otras que definitivamente no, ¿entonces? Ocurre que el modelo tiene vigencia en algunas cuestiones y en otras no. Ese es un tema por demás complejo, lo que nos ha quedado claro es que el neoliberalismo sigue vigente, incluso en Estados Unidos, donde el gobierno se ofreció rescatar a las empresas con más de 750 mil millones de dólares, debido a que el apoyo se dirigió a la clase empresarial y no a la población. Podrán decir que el sistema económico es abierto y complejo, difícil de equilibrar desde el lado del consumo, lo que es cierto aquí es que no se ha seguido la advertencia del pionero de toda la ciencia económica liberal: Adam Smith, quien señalaba que el egoísmo (el motor y el aceite del aparato económico), la acumulación, la formación de carteles empresariales (antónimo de la competencia) y la ambición desmesurada serían los peores enemigos del sistema, derogarían el orden natural, beneficiando a unos cuantos y generando grandes distorsiones en el mercado (crisis), el garante del crecimiento nacional.
El papel del Estado era y sigue siendo brindar seguridad y certeza para que esta advertencia no se cumpla. Desafortunadamente muchas veces el ESTADO y la EMPRESA son entes dirigidos por un MISMO grupo de individuos o por individuos afines, así recordando aquella “mano invisible” de Smith donde la naturaleza egoísta del hombre conlleva a un orden natural podemos cuestionarnos: ¿cómo regular las fusiones, los carteles, los monopolios, cuando esa generación de riqueza nos favorece y ante el panorama de que la ambición del hombre es infinita? Ahora tenemos una idea de donde puede haber otra falla en la aplicación del modelo, ese es el cuestionamiento que debe seguirse si en verdad queremos vislumbrar el fin del neoliberalismo.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 18 de Agosto, 2009.

ODM: La asignatura global pendiente

Entrando el milenio, como consecuencia de una basta transformación del Sistema Internacional, que por cierto es bien descrita por el diplomático mexicano José Juan de Olloqui, los líderes del mundo se comprometieron a trabajar de manera individual y conjunta para mitigar los males cada vez más profundos y difíciles de este planeta. En palabras del Secretario General de la ONU Ban ki-moon aquellos líderes “[…] aprobaron un plan para un mundo mejor y prometieron no escatimar esfuerzos en la materialización de esa visión”. De esa manera se propusieron cumplir con una serie de fines comunes a los que llamaron: Los objetivos de Desarrollo del Milenio.
Estos objetivos se plantearon en septiembre de 2000, con la venia de 189 países que firmaron “La Declaración del Milenio”. Se dispuso entonces que para el 2015 se cumplirían las siguientes metas: Erradicar la pobreza extrema y el hambre, Lograr la enseñanza primaria universal, Promover la igualdad de géneros y el empoderamiento de la mujer, Reducir la mortalidad infantil, Mejorar la salud materna, Combatir el VIH y SIDA, el paludismo y otras enfermedades, Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
El informe de los ODM presentado por la Naciones Unidas en este año muestra que los resultados son poco alentadores, pero mantienen un elemento esperanzador sobretodo en la cuestión de los logros. De esta forma, a nueve años de la “Declaración del milenio” podemos clasificar los resultados en dos rubros: los de poco desarrollo y los de gran avance.
En los primeros tenemos que la crisis económica y alimentaria ha afectado a la mayoría de personas que estaban en extrema pobreza, de forma que para este año entre 55 y 90 millones cruzaran el umbral de la misma. Además el alto precio de los alimentos ha detenido la lucha contra el hambre, por lo que cerca de 1200 millones de personas sufren esta condición. Aunado a esto se tienen datos de que un cuarto de los niños que viven en los países menos desarrollados sufren de desnutrición, la cual los limita en sus perspectivas de aprendizaje y supervivencia (este es uno de los objetivos que quizá no se alcance para 2015). En este tenor, la crisis financiera afectó también la cartera de donaciones de los países desarrollados a los distintos programas y planes como los destinados a mejorar la salud materna, que es donde se registran menores avances. Aunado al recorte de donaciones, los países menos desarrollados han visto la contracción de sus economías como consecuencia de la caída de sus exportaciones, y la baja en el precio de las materias primas (su principal exportación), de forma que la brecha del subdesarrollo se hace cada vez más grande. En este aspecto la economía se vuelve condicionante del Medio Ambiente, el cual se ve afectado por la deforestación, la disminución de la biodiversidad, pero sobretodo por la previsión de una crisis futura: la de los recursos hídricos.
No todo son malas noticias, los resultados también exponen que la lucha contra la pobreza poco a poco se va ganando, de forma que el número de pobres en el mundo se ha reducido: para 1990 casi la mitad de la población mundial vivía en la pobreza extrema, quince años más tarde era poco más de un cuarto.
En cuestión de educación la matricula de enseñanza primaria alcanzó el 88% en 2007 en los países en vías de desarrollo. En cuanto a la mortalidad infantil se logró disminuir el número de infantes menores de cinco años muertos por desnutrición o enfermedades como el paludismo de 12.6 millones en 1990 a 9 millones en 2007.
En referencia al medio ambiente el logro más importante fue la reducción de un 97% del consumo de sustancias que deterioran la capa de ozono, por lo que se prevé una mayor recuperación de la misma en años posteriores.
Aún quedan varios tópicos pendientes, como la igualdad de géneros, el saneamiento universal, la implementación en las políticas nacionales del desarrollo sustentable, pero para ello se requieren de cambios estructurales y compromisos políticos sólidos. Estamos a seis años para que se cumpla el plazo y las percepciones son poco alentadoras, por ejemplo en México estaremos celebrando “La Cumbre de Líderes de América del Norte”. Como era de esperarse los temas a abordar serán los referentes a la seguridad, la frontera, el comercio, el transporte, la energía, la influenza A(H1N1), no encontramos alguno de los ODM. Todos ellos pueden analizarse de manera mundial, pero su solución se aplicará sólo a nuestra región, ¡vaya voluntad global!.
Los cancilleres del Exterior de los tres Estados de América del Norte suenan sumamente positivos al expresar de manera conjunta la voluntad de “hacer de América del Norte la región más prospera, segura y competitiva del mundo”, Es un objetivo ambicioso mas no imposible, pero requiere de tomar en cuenta los nuevos y viejos problemas como las trabas al transporte, a la movilidad ciudadana, la discriminación laboral, el trafico de estupefacientes, de armas, el aislamiento fronterizo, etc., que dejan en claro lo frágil de una América del Norte “Unida”, y sólo vislumbran a tres países con buenas intensiones. No tendría incluso cavidad hablar a este respecto si se abordaran las temáticas de los ODM, no es tema para el reflector mundial ahora, “quizás para el 2014”.
Son ejemplos como el anterior los que alimentarán comentarios pesimistas, y que dejan en segundo plano los objetivos mundiales. Debemos tener en claro que el primer paso se ha dado, los Objetivos de Desarrollo del Milenio plantearon una alianza mundial, algo nunca antes visto. Países como el nuestro sufren los estragos del subdesarrollo, de una pobreza inminente mas no absoluta. Y aunque suene idealista depende de cada uno de nosotros, CIUDADANOS DEL MUNDO expresar el mensaje de esta iniciativa a nuestros gobiernos, para que haciendo de México un país mejor, más activo en su cooperación multilateral, éste contribuya a hacer del mundo un lugar más justo, digno, igualitario, prospero y seguro que de libertad a aquellos que se encuentran atrapados por los demonios de la pobreza, la desigualdad, la injusticia y el hambre.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 11 de Agosto, 2009.