Hay
principios que los tomadores de decisión no pueden pasar por alto, porque son
tan básicos que omitirlos pone en riesgo la estabilidad del país. Sin embargo,
ante la emoción de ser un nuevo gobierno se cometen errores que reflejan la
falta de experiencia de un equipo que, si bien gobernó al Estado más poblado
del país, no concentra la complejidad que es lidiar con toda una nación plural,
diversa, e inmensa en intereses.
En
una entidad federativa el ejecutivo es amo y señor del poder, pues ejerce una
especie de "presidencialismo" local que le permite dominar al
legislativo y al judicial, pero que también lo convierte en el gran "líder
moral" de su partido político, de forma que este mecanismo de control le
garantiza que sus decisiones sean vinculantes y que sus iniciativas cuenten con
el apoyo popular.
Nos
queda claro que el actual gobierno de la República, ante los ojos de la
sociedad, ha cometido errores en sus primeros meses de gobierno, para muchos de
forma inconsciente, pero para otros cada movimiento ha tenido un singular
propósito que intencionalmente ha sido planeado esperando una reacción popular
que permita mostrar y legitimar el músculo del Estado.
A
la fecha, cada acción de esta administración ha venido acompañada de una
omisión a cuatro principios sustanciales, los cuales enunciáremos a
continuación:
1.
El gobierno deber ser en esencia
administración, implica llegar a resultados a corto, mediano y largo plazo,
para tener la posibilidad de presentarlos y generar certidumbre. El primer Informe
de Gobierno y sus pobres resultados tangibles nos demuestra la falta de una
perspectiva administrativa, donde apremiaron los acuerdos políticos, frente a
una carencia de logros, que se demuestra en el subejercicio del gasto, elemento
que por supuesto ha afectado el crecimiento del PIB, bajando las expectativas a
un 1.8%, un incremento que impedirá “transformar a México”.
2.
La virtud del cálculo: a toda acción
corresponde una reacción, de la misma intensidad. En política esta regla se
cumple con distinta forma y es un tema que no han entendido las elites
políticas, aquello podemos ilustrarlo con un ejemplo práctico, con la reforma
educativa, una iniciativa que era predecible que generaría una serie de
manifestaciones que afectarían a la capital del país y que culminaría con el
uso de la fuerza del Estado. En este tenor, se pudieron tomar medidas
preventivas como identificar las fuentes de posible financiamiento de la CNTE,
o en su defecto instituir una normativa que impida que la manifestación de unos
afecte a una inmensa mayoría. La peor derrota para el Gobierno de la República
en el tema la podremos ver en Michoacán, donde los docentes han apostado por
cambiar el sentido de la educación, privilegiando los acuerdos con los padres
de familia para dejar de lado el modelo educativo oficial, un golpe de
conciencia más certero que la simple movilización que sólo afecta los intereses
políticos.
3.
El razonamiento del Estado: el papel
primordial de los gobiernos es generar los escenarios de oportunidad donde
puedan desarrollarse los individuos en libertad y justicia. En este orden de
ideas, el Estado debe tener un razonamiento que atienda este principio, debe
transformarse para ganar y asegurar su capacidad como generador de escenarios,
no debe en ningún momento perder frente a terceros, porque ello le impedirá ser
un agente de cambio imprescindible.
El
ejemplo que puede hacer tangible la idea anterior lo ubicamos en la iniciativa
de Reforma Energética, la cual, en materia de hidrocarburos, no toca el problema de PEMEX, que es en el
fondo la estructura de toma de decisiones (sindicato), ni se enfoca en el grave
problema fiscal de la paraestatal, sino que se centra en hacer más
exploraciones, compartiendo las ganancias por la extracción de crudo.
Esta
es una gran contradicción, porque de acuerdo con los propios datos de Gobierno
de la República la venta de petróleo es una actividad realmente atractiva, con
amplias ganancias para PEMEX: "Extraer un barril de petróleo hoy en día
nos cuesta $5.6 dólares y lo vendemos en alrededor de $100 dólares; es decir,
tenemos una ganancia que ronda los $95 dólares por cada barril de petróleo que
extraemos y vendemos", esto es sin duda sinónimo de productividad; o sea
que por dólar invertido hay una ganancia de poco más de 17 dólares ¿Por qué
compartir ganancias en el orden de 1 a 17 USD? El razonamiento de Estado nos
dice que la reforma tendría que ir en el sentido de cambiar la estructura
decisoria de la paraestatal, así como el régimen fiscal que condena a PEMEX a
dejar de invertir en su modernización. ¿Vender gasolina?, Para qué si de
acuerdo con datos oficiales "la ganancia de vender gasolinas es solamente
de $1.2 dólares por barril de petróleo refinado".
El
último principio es el pragmatismo,
esto significa, actuar de acuerdo a las oportunidades y beneficios que el
gobierno encuentre derivado del contexto nacional e internacional. En este
orden de ideas tomemos como ejemplo la polémica Reforma Hacendaria, la cual le
pega directamente en los bolsillos de la clase media y la clase alta (en todos
los niveles de su desagregación), cargando el incremento presupuestal a quienes
cumplen con sus obligaciones fiscales, en vez de ampliar la base tributaria y
eficientar la estructura burocrática del país. ¿Por qué es errónea la visión "pragmática"
de la actual administración? Porque está
en contra de una clase social que lo ha estado apoyando desde el inicio de su
gestión; los empresarios. ¿A qué juega el ejecutivo nacional? ¿A perder a todos
los aliados que tiene? ¿A volverse impredecible? ¿A matar las certezas?
Esta
es una crítica construida sobre la base de los argumentos y la propuesta, léase
como una preocupación que comparten miles de mexicanos, al final de cuentas, a
todos nos conviene que nuestro país avance, que se transforme, que se anteponga
el interés nacional sobre los intereses
de grupo, buscamos certezas independientemente del modelo económico que se
decida aplicar, queremos que todas las reformas se planeen, se discutan, se
enriquezcan y se piensen con un razonamiento de estado, y no con una intención
meramente política.
©
Ignacio Pareja Amador, publicado en diversos periódicos y medios informativos
en Latinoamérica. Septiembre 2013.
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