lunes, 5 de octubre de 2009

GLOBALIZACIÓN… ¿TAMBIÉN EN EL ARTE?

La globalización ha sido uno de los fenómenos multidisciplinarios que más ha afectado al hombre en toda su historia. Gracias a los avances de la tecnología lo constatamos cotidianamente en diversas áreas de nuestra vida: en la estandarización de conceptos como la amistad, el amor; en los derechos humanos; en la masificación de movimientos sociales donde la sociedad civil se organiza para hacer reclamos a sus gobiernos, por eventos que no ocurren en su nación, pero que afecta a otros humanos en el planeta como en el caso de la cuestión del Tíbet, el cambio climático (que a finales de este año veremos masivos en Copenhague), las elecciones en Irán, el golpe de Estado en Honduras, etc., etc.
La globalización tiende a estandarizar, absorber, desaparecer, extinguir, varios aspectos propios de la cultura de una región, lo cual es lógico y razonable pues en el tiempo antiguo, la mayoría de civilizaciones del mundo tenían poco contacto entre ellas, por lo tanto debían organizarse de forma distinta para recolectar alimentos, cazar, vestir, etc., el entorno era fundamental para sus vidas.
Globalización significa en pocas palabras que los seres humanos poco a poco nos acercamos más y que este mundo cada vez se hace más pequeño en cuestión de comunicación y más grande en cuestión de complejidad.
Sin lugar a dudas existen ejemplos donde este fenómeno ha afectado de manera negativa a algunos Estados, sobretodo en el ramo económico: en el subdesarrollo, el libre comercio, en aquella condición de dependencia que impide a los países a competir en entornos iguales en un mercado abierto y justo. La brecha tecnológica cada vez es más grande, por ello ninguna región, bloque, país, provincia o ciudad puede estar pasiva de los avances que acontecen en el mundo.
La globalización es inevitable, ocurre incluso en el arte, en aquello que se define como “una expresión del espíritu humano mismo, una ostensión que llega a rebasar ideologías, colores, creencias, pero sobre todo que relata un suceso muy personal de un artista por distintos medios (pintura, escultura, literatura, música, arquitectura, etc.) que puede interpretarse de mil maneras ante los ojos del espectador, pero que manda un mensaje sencillo y claro al ente más recóndito de nuestro ser”.
La gran mayoría de países desarrollados gozan de las condiciones necesarias para explotar las capacidades creativas de sus habitantes, otros como los subdesarrollados sólo ven florecer a algunos magnates de la creación, pues es una realidad que en un país donde la prioridad es la supervivencia, el arte pasa al segundo término.
La globalización en el arte es inminente, aparece como correspondencia ante la raíz de ambos conceptos, uno como manifestación universal (arte) y el otro como fenómeno global. Ésta se puede definir como un acontecimiento donde la masificación de la información ha permitido la creación de nuevas técnicas, la exploración de métodos poco conocidos y la propensión a afectar al arte local, que puede verse influenciado por tendencias del exterior o puede arraigarse de manera ortodoxa.
Un ejemplo de un país que ha alcanzado el desarrollo poniendo basta atención al progreso del arte y la cultura (y que ya se ha mencionado por su extraordinaria condición en colaboraciones anteriores) es Corea del Sur. Aquel Estado asiático, que hoy en día ya cuenta con una economía madura, un ingreso de $26,000 dólares y es la decimo cuarta economía del mundo, conoce perfectamente el fenómeno de la globalización del arte.
Hace aproximadamente un mes presencie una Conferencia acerca de “La globalización del arte en Corea” realizada por Rebeca Pareja. En esta se habló acerca de la última edición del World Artist Festival, un festival de arte que se celebra en Seúl Corea, gracias al patrocinio de empresas como LG, AJU, KITA y los distintos ministerios de aquel país (Cultura, deportes y Turismo, Asuntos internacionales y comercio), con la participación de artistas de veinte países del mundo. Después de la Conferencia se cuestionó a la ponente: ¿Cuál sería el objetivo del festival: 1. Hacer una muestra internacional para favorecer a los artistas del mundo/ 2. brindar una exposición para atraer turistas a Corea/ 3. Llevar una muestra de arte internacional para el pueblo coreano? La respuesta fue que en realidad todos esos eran objetivos secundarios. El principal propósito de aquel festival fue llevar el arte del mundo a Corea para que los artistas coreanos se retroalimentaran, se codearan con los artistas del mundo, y se posicionaran como artistas internacionales, favoreciendo al Estado coreano al mostrar la pluralidad artística de aquel país y dejando en claro que es un país productor de arte fino a nivel global. Esto como una señal a las capitales del arte (París, New York, Londres) de que Seúl se posicionaba como un buen proveedor de arte en una región que poco a poco ha traslado la riqueza del mundo a su territorio: el este asiático.
En este ejemplo observamos una correspondencia entre las empresas y el gobierno, una estrategia conjunta para mitigar algo inevitable (la globalización) y convertirlo en una herramienta, simplemente para hacerlo algo positivo que genere y no reste. En nuestro país (de manera más modesta) se gestan las relaciones necesarias para afrontar la internacionalización a este respecto, sin embargo debe haber una apuesta más fuerte a la difusión de la cultura, pues hoy en día es un tema “secundario” o “terciario”, en esta agenda cegada por la seguridad y la crisis económica, no debemos olvidar que “la cultura puede beneficiar a los pueblos en tiempos de crisis no de forma numérica o exponencial, sino cualitativamente.”
COMO CONSEJO:
El martes pasado se inauguró la galería del nuevo Complejo Cultural de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) con una Magna exposición, nada menos que Cerámicas de Pablo PICASSO y pinturas de Carlos LUNA. Del primer autor todos tenemos claro que es uno de los pintores más reconocidos del siglo pasado, un referente sin duda. Del segundo les puedo comentar que es un pintor nacido en Cuba, adoptado por México y madurado en Estados Unidos. Sin intensión de ser específico les puedo adelantar que su obra maneja un discurso plenamente claro, con la ocurrencia cubana, el mensaje de dichos latinos, una técnica única y la universalidad del sentimiento, que es al final de cuentas la gasolina del aparato creador de los artistas. Es una buena oportunidad de ver a dos grandes; uno perpetuado y otro que seguramente será un referente histórico en el arte de nuestro país. La exposición está a tres horas de la ciudad de Oaxaca, no todos los días se puede ver una exhibición de esta envergadura sin pagar un céntimo, esta es una invitación abierta a todos los amantes del arte internacional.
Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.

Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 25 de Agosto, 2009

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