Estamos hablando de la World Wide Web (www). Este es un “mecanismo proveedor de información electrónica para usuarios conectados a Internet”. Este mecanismo permite que el usuario tenga acceso a un sinfín de información, misma que se acumula con el paso del tiempo y que–era- provista en general por las empresas productoras más importantes.
La web 2.0 es simplemente la evolución de la plataforma web. Esta evolución consiste en varias innovaciones que han cambiado la forma de interacción del individuo-consumidor con el servicio que proporciona la web.
Los mecanismos de interacción más famosos de la web 2.0 son: wikipedia, blog, Hi5, youTube, My Space, Twitter, etc. Estos portales permiten al usuario “subir” información a la página, los filtros son laxos y queda a responsabilidad de cada usuario descargar la información a su conveniencia y riesgo.
Podríamos decir que el objetivo de la mayoría de los portales de la web 2.0 es generar espacios para que los consumidores se conviertan en proveedores y dejen de ser simples receptores de información. La orientación que pueden tener estas páginas web es variada y va desde compartir fotografías, videos e información personal, pasando por la formación de sitios de interés y expresión como en el caso de los “blog”, hasta la generación de conocimiento por medio de la interacción entre los usuarios en un marco que se denomina
Como casi todas las actividades humanas, la web también sufre de los males del capitalismo: las empresas buscan obtener beneficios de todas las acciones, movimientos, actualizaciones, etc. La web, que se concibe como el fenómeno comunicacional más importante de la humanidad, es dominada por unas cuantas empresas norteamericanas, las cuales generan la mayor cantidad de servicios, software, fuentes de información, etc. Paradójicamente también generan la mayor cantidad de candados, restricciones y virus.
Estamos hablando de Adobe, Microsoft y Apple. Estas unidades económicas de cualidad monopólica serían la pesadilla de grandes economistas como Adam Smith ya que aglomeran en su seno la mayoría de los servicios brindado actualizaciones poco funcionales, pero obligatorias. Aquel economista escocés conocía la naturaleza humana, plagada de egoísmo e individualismo, pero creía que el mercado sería ajeno a las intensiones del hombre y sería el mejor regulador. La historia se ha cansado de contradecir esta máxima, así que, como en la mayoría de actividades del hombre, la web también sufre la presencia de entes económicos con intereses particulares (financieros) que especulan a costa de los usuarios.
En términos sociales la web (y su evolución 2.0) ha logrado insertarse en la vida de millones de personas a lo largo del planeta y la tendencia se mantiene a la alza. Incluso la política ha comenzado a incursionar en ella, ya que poco a poco se le considera un buen canal de difusión política (lo notamos en las elecciones del pasado 5 de Julio, donde el proselitismo virtual escapó a la mayoría de restricciones del IFE).
La web poco a poco se convierte en una herramienta de mayor utilidad para los usuarios, los cuales crecen día a día al igual que el número de contenidos y software disponibles. Una última reflexión que sería prudente abordar es lo referente a la normalización de los contenidos de la web y a la mercantilización de los mismos. Estos dos conceptos (normalización y mercantilización) no sólo romperían con los principios fundamentales de la web 2.0: lo gratuito del servicio y la libertad para subir información, sino que obstruirían el ciclo de evolución de las sociedades de la información, el cual se enriquece por los flujos constantes de ideas originales o innovaciones a las ideas existentes. Sin embargo son temas que deben debatirse. Lo complicado está en que al ser la web una plataforma global, requiere de acuerdos globales conjuntos y estos cuestan mucho dinero, toman mucho tiempo, y casi siempre carecen del consenso de la mayoría de países.
Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 8 de Septiembre, 2009
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