martes, 27 de julio de 2010

En nombre de la libertad

No hay gloria más grande para un idealista que ver sus sueños hacerse realidad, no hay mejor premio, medalla, condecoración que el reconocimiento de todo un pueblo; de una nación por la incansable lucha por cumplir nuestros objetivos de vida.
Son pocos los hombres que verdaderamente se preocupan por los pesares de un pueblo, son un número sumamente reducido las personas que aprenden de la experiencia internacional y vislumbran cambios con una esperanza inquebrantable, incluso cuando no gozan de la principal garantía del hombre: la libertad. Porque de que sirve la vida si no se es libre.
Quienes observamos los cambios en las costumbres de la sociedad nos hemos dado cuenta que es gracias a los hombres y mujeres vanguardistas (aquellos que reman contra la corriente con argumentos sólidos, lógicos y bien razonados), que la evolución de una sociedad se hace posible.
Justamente el domingo pasado celebramos el cumpleaños número 92 de un hombre que anheló la libertad de su pueblo incluso cuando estuvo preso 27 años por creer en la igualdad, la equidad y el derecho ciudadano para todos los sudafricanos sin distinción de razas o posición económica, porque al final del cuentas el derecho y la justicia aspiran a la aplicación de la normatividad para todos los habitantes de un país.
Nelson Mandela es un hombre vanguardista; un ciudadano que observó el entorno internacional contantemente, que peleó contra la discriminación racial; un hombre a favor del orgullo africano, que no dudo en tomar las armas y organizar a un sector de la población para levantarse en contra de un régimen que mantenía la segregación racial como una “estrategia de desarrollo”, bajo la lógica de que los de “color” eran ciudadanos de segunda clase con distintos derechos, obligaciones y por lo tanto con menos privilegios.
Mandela o Madiba como le conocen los sudafricanos sabía que cuando un movimiento se radicaliza y su idea no es correcta, se corre el riesgo de caer en el dogma para abandonar por siempre el dialogo y profundizar en el conflicto, de ahí la importancia de mantener una postura flexible acorde a las creencias y valores de la sociedad internacional.
El concepto de libertad hace referencia a la “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos” así como a la falta de sujeción y subordinación”. No fue sino hasta hace diecisiete años cuando los sudafricanos pudieron ejercer la libertad de elección, en un país donde la minoría blanca (10%) dominaba en todos los aspectos a la mayoría negra que representaba el 80% de la población.

Como promotor de estos cambios en Sudáfrica, Mandela compartió el Premio Nobel de la Paz en 1993 con Frederik De Klerk, el último eslabón de la política del Apartheid y quien posibilitó los cambios para que las leyes discriminatorias fueran derogadas.
Un año más tarde, a la edad de 76 años, Madiba fue el primer presidente sudafricano elegido de forma democrática. Gracias a él se implementó un sistema de democracia multirracial, en el único país verdaderamente prospero del continente africano.
Hoy en día Sudáfrica es considerado un país emergente, tiene un PIB de 495 mil millones de dólares, que lo coloca como el Estado número 25 más rico del mundo, su población de 49 millones habitantes goza de un ingreso per capita de 10,100 dólares (muy por encima de la media africana). Es un importante polo de atracción de migrantes provenientes de sus vecinos africanos e incluso de asiáticos como los pakistaníes e hindúes.
Es un país en proceso de equilibrio, aún sus estadísticas lo ubican como subdesarrollado, pues existen regiones que no cuentan con todos los servicios y recursos tecnológicos, la esperanza de vida es de 49 años, es el cuarto país con mayor porcentaje de infectados de VIH-SIDA (18.1%), el cincuenta por ciento de la población vive bajo la línea de la pobreza, donde la minoría blanca mantiene el poder económico, sin embargo en materia de política el sufragio es por fin universal.
Mandela celebró un año más de vida con su familia, mientras el pueblo de Sudáfrica y los ciudadanos del mundo lo hicimos como una fiesta nacional. Aquel hombre de 92 años sabe que pese a que el tiempo muchas veces se lleva parte de lo que fuimos, su legado ocupará el espacio que pertenecía al autoritarismo, a la discriminación, a las ideas retrogradas de la segregación racial. Sabe que ha contribuido a hacer efectivos los principios de la tolerancia, la pluralidad, la igualdad y la voluntad de las mayorías, los pilares más importantes de la democracia, un elemento imprescindible para el desarrollo ciudadano de cualquier nación.

Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 20 de julio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 20 de julio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 20 de julio de 2010
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 19 de julio de 2010.

lunes, 19 de julio de 2010

Todos contamos

El domingo 11 de Julio celebramos el “Día Mundial de la Población”, una fecha que escogió la ONU en 1989 como una conmemoración por el nacimiento del habitante número cinco mil millones en el planeta.
El lema de esta celebración es “Todos Contamos”, ya que el objetivo principal del mismo es la concientización tanto para sociedad como para los gobiernos acerca de la importancia de las estadísticas sociodemográficas como una información imprescindible para la generación de planes, programas y estrategias a favor de la mejora de la calidad de vida a nivel mundial, en el sentido del combate a los retos del subdesarrollo, la adaptación a los cambios tecnológicos, a los fenómenos sociales (como la migración), etc.
Esta iniciativa busca penetrar el núcleo más importante de la sociedad: la familia, de manera que se fomenta el derecho a la planificación sobre el número y los intervalos de tiempo de los hijos. Además de animar a las familias a consensar en temas prioritarios para su desarrollo como la educación, salud, vivienda, economía e incluso derechos civiles.
Podemos preguntarnos ¿por qué son tan importantes las estadísticas de la población? Por la sencilla razón de que sirven para que el gobierno tenga la información necesaria para conocer de manera más clara la realidad de sus naciones y con ello poder desarrollar estrategias y programas de políticas públicas en concordancia a las necesidades del país. Además nos ayudan a conocer la realidad nacional desde una óptica distinta, nos apoyan en la contextualización de nuestro país en conjunto, con ello podemos saber el lugar que jugamos en la arena internacional.
Valdría la pena citar algunos datos globales de la población. De acuerdo con la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) se estima que la población mundial para julio de 2010 es de 6,830 millones, la cual crece a una tasa del 1.13%; la edad promedio de los habitantes del planeta es de 28.4 años; tiene una esperanza de vida de 66 años; la mitad de la población vive en zonas urbanas.
Las aglomeraciones urbanas más representativas son: Tokio (36.6 millones), Delhi (22.15), Sao Pablo (20.26), Mumbai (20.04) y la ciudad de México (19.4).
El idioma que más se habla es el chino mandarín (13.22%), después está el español (4.8%), el inglés (4.6%), el árabe (3.2%), entre otros. El 33% de los habitantes del planeta son cristianos (incluyendo católicos, protestantes y ortodoxos), 21% musulmanes, 13% hindúes, 5% budistas, etc.
Para el caso de México sabemos por estimaciones que hay poco más de 112.4 millones de habitantes, cuya edad promedio es de 26.7 años. La esperanza de vida es de 76.26 años, el 77% de la población vive en zonas urbanas y el 91% sabe leer y escribir.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre 1900 y 2009 la población del país se multiplicó 7.9 veces, la tasa de crecimiento de la población de 2005-2009 fue de 0.86 (inferior a la media mundial), además por cada 100 mujeres hay 95 hombres.
En 2009 ocho estados concentraron poco más del cincuenta por ciento de la población: el Estado de México (14.8 millones), el Distrito Federal (8.8 millones), Veracruz (7.3 millones), Jalisco (7 millones), Puebla (5.6 millones), Guanajuato (5 millones), Chiapas (4.5 millones) y Nuevo León (4.4 millones).
Hemos visto avances en la evolución de ciertos rubros como la esperanza de vida, la cual era en 1950 de 48 años para las mujeres y 45 para los hombres. Hoy en día gracias a los avances en materia de salud los hombres tienen una esperanza de vida de 72.9 y las mujeres 77.6 años.
Sin lugar a dudas podemos apreciar la mejora de ciertas estadísticas derivada del progreso tecnológico, pero aún quedan responsabilidades pendientes. Podemos decir que el Día Mundial de la Población representa un recordatorio para los gobiernos del mundo respecto a las necesidades y a los compromisos que se han asumido. De estos el más importante, que ya hemos comentado en este espacio informativo, son los Objetivos de Desarrollo del Milenio; nuestra asignatura global pendiente. Ésta expira en cinco años y puede significar un gran triunfo para la humanidad o la derrota más abrupta en materia de consenso internacional, siendo que las estadísticas no sirven de nada sino vienen acompañadas por acciones vinculantes, que transformen de manera visible las condiciones de vida de aquellos habitantes que se encuentran atrapados por los yugos del subdesarrollo.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. 3B. Opinión. Oaxaca, Oaxaca. 13 de julio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 13 de julio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 13 de julio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 13 de julio de 2010

Ampliar la democracia

El domingo pasado celebramos una fiesta democrática en México; hubo elecciones en casi la mitad de estados del país, donde se eligieron gobernadores, diputados y miembros del ayuntamiento, pero también, dentro de esta fiebre electoral festejamos el inicio de la independencia de la democracia moderna más poderosa del mundo.
Hace 234 años que de la mano de George Washington, Tomas Jefferson, Benjamin Franklin, John Adams, entre otros, las Trece Colonias comenzaron su proceso de independencia de Reino Unido para formar lo que hoy conocemos como Estados Unidos de América. Lo que debemos resaltar de esta subversión es que fue un evento cuya Declaración designa los tres principios que serían el lema de la revolución francesa (1789 y 1799): libertad, igualdad y fraternidad, además de que dota de derechos al pueblo para elegir a sus autoridades; para gobernarse o para emprender una revolución si fuese necesario.
Podemos preguntarnos ¿qué le deparó el destino a ese nuevo país que se fundó sobre las ideas de grandes pensadores, de hombres ilustres de diversas naciones que se encontraron en la que creían era la tierra prometida?
Hoy en día, EE.UU. es el país más rico del mundo ya que posee un PIB de 14.26 billones de dólares, diez veces lo que tenemos en México (1.4 billones). Es el tercer país más grande del mundo (gracias a nuestra aportación), el tercero más poblado (también contribuimos), además de que tiene un ingreso per capita de 46,400 dólares, lo cual lo coloca como el mercado nacional más atractivo del planeta.
Cuenta con un sistema de elección político afianzado, donde se emplea la tecnología para facilitar el ejercicio electoral, por lo que se autodenominan la democracia más consolidada del mundo, pero ¿qué es en sí la democracia y cuál es su alcance? De acuerdo con el diccionario, este concepto se define como una “Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno” y al “Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”.
Por predominio entendemos el poder, la superioridad o el mando que se tiene sobre algo, en este caso sobre el gobierno. En México y en muchas otras partes confundimos esta definición con la posibilidad de elegir a nuestros gobernantes, lo cual es correcto, mas no representa en su totalidad el concepto de democracia, éste va más allá de una elección.
La democracia tiene que ver con un sistema de rendición de cuentas, con un aparato que avale la trasparencia y con la plena autonomía de las autoridades electorales de cualquier nivel. Va más allá del voto, pues éste nos permite participar en un momento dado, pero no garantiza que nuestro “representante” trabajará en pro de sus propuestas, mucho menos que cumplirá sus promesas.
En este sentido es importante volver nuestra atención al mundo, hacia aquellos países que han avanzado en su “democratización”, haciendo del ciudadano un actor más relevante en las decisiones del gobierno.
Ciertos Estados como Japón, Canadá, Australia, Reino Unido, Países Bajos, etc., cuentan con Sistemas Parlamentarios en los cuales es indispensable que el Primer Ministro tenga la aprobación de las Cámaras y de los ciudadanos para mantenerse en el poder. Por ello, sus gobernantes deben de cumplir con las promesas y objetivos trazados, así como tener un alto grado de aceptación de la población ya que de otra manera quedan fuera del poder.
Ejemplos de facto hay muchos. Apenas el mes pasado tuvieron que dejar el poder el que fuera Primer Ministro de Japón Yukio Hatoyama y de Australia Kevin Rudd. El primero por una controversia respecto al traslado de bases militares de EE.UU, y el segundo por perder liderazgo en su partido, además de incumplir con una promesa electoral respecto a su política ambiental.
También está el ejemplo del ex Primer Ministro británico Gordon Brown quien dimitió en mayo por falta de liderazgo, pues fue necesaria su renuncia para permitir un acuerdo entre su partido (Laborista) y el de los liberales demócratas, con el fin de dar fluidez a las reformas pendientes.
Se dice que en México comenzamos a practicar la democracia hace diez años. Los mexicanos ejercemos la libertad de elección con responsabilidad y muchas veces con pasión. Somos ciudadanos con cualidades y aptitudes políticas lo cual es sumamente favorable para nuestro sistema de elecciones, mas no es en su totalidad la solución para tener un país más democrático; donde los ciudadanos tengamos mayor peso en las decisiones gubernamentales, pero sobre todo donde poseamos el poder, dentro de los márgenes del consenso, para mantener o depurar a aquellas autoridades que no cuenten con la venia del pueblo debido a su ineficiencia, y por lo tanto no cumplan con las expectativas de la nación.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 6 de julio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 6 de julio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 6 de julio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 6 de julio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 07 de julio de 2010
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lunes, 12 de julio de 2010

Desde la Tierra del Vudú

Paradójicamente fue a principios del año del bicentenario de la independencia, mismo que celebraremos la mayoría de países de América Latina, cuando una catástrofe natural afectó al primer país de la región que logró liberarse de una colonia europea, lo cual aconteció en 1804, casi diecisiete años antes de lo sucedido en las naciones iberoamericanas.
El terremoto que tuvo como epicentro una zona a 15 km de Puerto Príncipe, la capital de Haití, uno de los países más pobres del mundo, llamó la atención de los distintos medios de comunicación y la población en general, quien mostró su buena voluntad para enviar ayuda, alimentos, y distintos bienes de subsistencia que esperábamos fueran entregados con eficiencia a las personas más afectadas por el fenómeno natural.
Esta circunstancia imprevista puso a la isla “La española” en los reflectores internacionales, después de algunos años en los que la nota habitual de la zona era: la pobreza, la corrupción, la inseguridad social, la inestabilidad política, etc.
Hace seis meses de la tragedia, no podemos decir que la situación ha mejorado. Hablamos de un mediano plazo que no ha acarreado buenos resultados, mucha de la ayuda que se comprometió no ha llegado; 1.3 millones de habitantes no cuentan con una vivienda; hay frustración y desesperanza, problemas en cuestión de salud, educación, pero sobre todo alimentación, por lo que el Programa Mundial de Alimentos ha almacenado insumos suficientes para 1.1 millones de personas como consecuencia de la temporada de huracanes que ya dio muestras de sus terribles efectos en México.
Por si fuera poco, habrá elecciones el próximo 28 de noviembre sin condiciones básicas de supervivencia, ni hablar de las garantías jurídicas de los habitantes, quienes en lo que menos piensan es en su derecho ciudadano a la libre elección. Creemos que hay momentos en los que se debe dar prioridad a la reconstrucción; al regreso de las actividades ordinarias de la población, antes de convocar a elecciones.
Está claro que una situación como la ocurrida en aquella nación del Caribe podría desequilibrar a cualquier país del mundo, pero en un momento como el que vivimos los latinoamericanos, donde el orgullo por la independencia es inminente, vale la pena apoyar al país que nos demostró que era posible aquel ideal, que hoy en día es uno de los más pobres en cuestión de ingreso per capita con $1,300 dólares, similar al ingreso de países africanos como Kenia, Chad y Costa de Marfil.
Aquel país de emigrantes africanos; de esclavos, pese a su condición de libertad, no pudo resolver una de las problemáticas que afectan a todo nuestro subcontinente: la cuestión de la distribución del ingreso, puesto que en Haití una clase económica y racial, descendiente de los “dueños” europeos , ha dominado al país a lo largo de su historia, podemos decir que algo similar ha ocurrido en Brasil, Argentina, Colombia, Guatemala, Honduras, Bolivia e incluso en México, es más, en casi toda América Latina, claro que con ciertas diferencias, producto del mestizaje y de la escalada de estaños sociales por parte de algunos personajes que han logrado ubicarse en puestos políticos y empresariales de importancia como en el caso de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, etc.
Lo que pretendemos resaltar en esta colaboración es la manera en la que una circunstancia inesperada (el sismo) y otra esperada o histórica (el bicentenario de la independencia), nos pueden ayudar a reflexionar sobre la actitud y planes que han tenido nuestros distintos gobiernos, para alcanzar el que debería ser el principal objetivo de toda nación libre y democrática: el desarrollo generalizado para su población.
La diferencia que tenemos los países latinoamericanos con los países desarrollados, sean estos de Europa, Asia o de la propia Norteamérica no es en cuestión de un objetivo común, es en cuestión de cómo gestionan los recursos nuestros gobiernos, qué políticas se aplican y a qué plazo para alcanzar el objetivo.
Seguramente Haití está muy lejos de contar con un Modelo o estrategia de desarrollo a largo plazo. En su momento muchas manos se alzaron para ayudar al país caribeño, pero no hemos visto grandes avances. Los gobiernos del mundo, sobre todo los latinoamericanos, estamos dejando ir una oportunidad insólita para poner a prueba nuestra unión y consenso, lo cual podría derivar en un modelo operativo para situaciones de emergencia que sería útil para resolver catástrofes tanto en las naciones latinoamericanas como en el mundo entero.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 10 de julio 2010.

Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 10 de julio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 10 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

Reconciliación nacional pendiente

Hace aproximadamente un año desde que Honduras atrajo los reflectores internacionales a su suelo, esto como consecuencia del golpe de Estado del que fue víctima el ex presidente Manuel Zelaya.
Hoy a doce meses de aquel hecho que dividió a toda América es imprescindible preguntarnos, ¿cómo están las cosas ahora en Honduras?, ¿logró el presidente Porfirio Lobo resolver el problema de la inestabilidad política, convencer a las elites y al pueblo sobre la legalidad de su mandato o simplemente empeoró las cosas en aquel país de Centroamérica?
Recordemos la razón por la cual fue depuesto Zelaya. Para el 28 de Mayo del 2009 el Tribunal Electoral de Honduras convocó a elecciones a los ciudadanos para votar a finales de noviembre por varios cargos públicos, dentro de los que se encontraban la presidencia. Manuel Zelaya hizo pública su idea de convocar a un “referendo nacional” para “reformar” la constitución y hacer posible la figura de la reelección presidencial.
Los miembros del Congreso hondureño, uno de los poderes donde se deposita las voluntades del pueblo, decidieron expulsar al presidente Zelaya, ante su intensión de mantenerse en el poder, nombrando a Roberto Micheletti como interino. De ahí en adelante viene la historia que conocemos: con acusaciones, intentos fallidos por volver al poder, protestas pro gobierno y en contra de éste, todo un aparato mediático que en pocas palabras nos decía que algo no andaba bien.
Justamente en junio del año pasado, muchos nos preguntamos por qué sonó tanto la cuestión de la crisis política en Honduras, y es que es difícil entender como un país tan pequeño, con una población de cerca de 8 millones de habitantes, un PIB per capita de 4.200 dólares, haya puesto a la atención del mundo en su suelo. Es complicado dimensionarlo, pero la crisis política de Honduras logró consensos en varios foros internacionales. También en su momento logró opiniones similares entre los representantes de naciones rivales como Colombia y Venezuela, o este último y EE.UU.
Esto tiene gran lógica. El golpe de Estado nos recuerda a los latinoamericanos los periodos de inestabilidad política que vivimos en el siglo pasado, hace alusión a la violación de garantías y libertades que sufrieron casi todos los pueblos de nuestra región.
Es un hecho que la defensa de valores comunes como la democracia, la libertad de prensa y los derechos humanos, siempre encontraran consenso, son elementos universales que compartimos todos sin distinción de nacionalidades o creencias.
Donde no se encontró consenso es en el medio para ponerle fin a la crisis política. Hoy en día, a seis meses del gobierno del presidente Porfirio Lobo todavía no se siente en Honduras la reconciliación nacional, pues existen aún grupos de poder que apoyan a Manuel Zelaya, quien está exiliado en República Dominicana, en espera de que se deroguen todos los cargos en su contra (traición a la patria, malversación de fondos, etc.). Por si fuera poco, los espacios vacios dejados por la debilidad institucional han sido aprovechados por el crimen organizado, por lo que Honduras recurrido a Colombia en busca de asesoría.
A nivel internacional observamos mayores avances. Hoy en día Honduras ha normalizado relaciones con 86 de los 103 países con los que tenía vínculos diplomáticos y consulares, hace un par de días nombró embajadores para España, Francia y Canadá. El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), lo ha autorizado para participar en las reuniones del organismo regional, manifestando su reconocimiento al gobierno de Honduras.
Se especula que a finales de Julio el país centroamericano podría volver al organismo hemisférico más importante: la OEA, con esto tendría la aceptación de algunos Estados como Nicaragua que prefieren seguir a la colectividad antes de actuar unilateralmente. Los países del Unión Sudamericana de Naciones, en especial Brasil han condicionado el re-ingreso de Honduras a la OEA, bajo el argumento de que el depuesto Zelaya vuelva sin ningún cargo judicial y se le respeten sus garantías ciudadanas.
Los hechos han pasado, no se puede dar vuelta a esta página de la historia de Honduras, lo mejor que puede pasarle al pueblo hondureño es que el presidente Lobo alcance mayor nivel de aceptación, que los grupos pro y vs Zelaya se den cuenta que su enemistad sólo perjudica al país, que el mismo ex presidente reconozca al nuevo gobierno y se haga a un lado. Pareciera que Zelaya es el único que no quiere la estabilidad, ya pasó mucho tiempo para seguir con su ambición personal, como dijo Jacques Rousseau “La soberanía reside en el pueblo” y parece que la voluntad de los hondureños se ha manifestado.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 30 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 3 de julio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 3 de julio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 3 de julio de 2010

Abrir los ojos

Volvemos a la cita de Stuart Mill: todo aquello que es habitual parece natural, pero a veces lo que es aceptable como una costumbre universal, no es lo correcto. Nos hemos acostumbrado a creer que el perfil del político común se caracteriza por ser: corrupto, tramposo, hábil, mañoso, falso, movido, ligero en la negociación, etc. Creemos que sólo ven a la política para impulsar sus objetivos personales y materiales. Que la política es una farándula donde sólo los populares tienen derecho a sobrevivir, donde ganará aquel que le invierta más al cuidado de su imagen, aquel que llegue a la gente a través de mensajes publicitarios; el que dé más estampitas, playeras, gorras, pulseritas, etc.
No debemos quedarnos en este análisis simple, no es correcto estancarnos en la idea de que la política debe ser un juego sucio; un ejercicio lleno de actos sin moral, de fraudes y gandulerías.
Para poder analizar y hacer propuestas productivas debemos salirnos del entorno, como decía Edgar Morin, es necesario ser observadores de 2º grado para visualizar un panorama más amplio que nos permita argumentar con hechos y comparaciones qué tan bien o mal estamos.
Parece que es normal conformarnos con decir: ¡es que así somos los mexicanos!, pero en realidad no somos así, ¿o sí? De ser correcta esta afirmación no tiene cabida ningún reclamo ante el gobierno, ante la corrupción y la impunidad. De ser así es basta con que el sistema sobreviva corrupto, pero feliz.
Muchos políticos se ganan a la gente (votantes) atendiendo sus necesidades primarias, poniendo al desarrollo económico en segundo término, debido a los altos costos que involucran; hacer mejores hospitales, construir caminos, brindar servicios básicos de calidad (agua, alcantarillado, electricidad), mejorar la educación, en pocas palabras hacer la vida más digna para los que menos tienen y más fluida y prospera para los acomodados.
Eso pasa a segundo término cuando se recibe la bomba de agua, el impermeabilizante, la concesión, los permisos, la chambita para el hijo, sobrino o primo, etc. Todo esto, porque muchos mexicanos creen que es la mejor forma de sacarle provecho a la política sin participar en ella, o que, “¿pues cuánto vale mi voto?”
Erróneamente, pensamos en que es la única manera en la que podremos ganar algo en la apuesta electoral, pues hemos dejado de creer que verdaderamente nuestros gobernantes impulsaran un cambio que derive en mejoras materiales para los ciudadanos, con leyes y normas que se cumplan, pero sobre todo con un sistema de rendición de cuentas que derogue-.borre-saque del camino a aquellos gobernantes que no sean efectivos.
Muchas veces la política se vuelve un espectáculo, donde los “polacos” no son más que actores que reflejan un ser utópico que no es real. Es una batalla de popularidad más que una contienda electoral; hasta los niños saben los nombres de los candidatos, los ven como héroes o villanos, pues viven dentro del circulo mediático que inunda sus ciudades con eslogan y promocionales por todas partes.
Cabe en este espacio aquella cita del presidente chileno Jorge Alessandri, quien decía: “Lucharé porque se restablezca el viejo concepto que hizo grande a nuestro país; a la vida pública se va a servir y no a buscar honores ni mucho menos beneficios.”
“La patria es primero”, reza la frase de Vicente Guerrero en la tribuna del salón de sesiones del Senado de la República, donde se discuten controversias afines a las próximas elecciones, donde se vislumbra lo dividido que estamos, insistimos, es el ejemplo perfecto de la búsqueda del poder sobre cualquier medio.
Lo que ignoramos es que el gobierno debe ser el principal impulsor del desarrollo, son ellos quienes deben invitar a la inversión, asesorar a los empresarios, educar, llevar los servicios básicos, en términos prácticos mejorar la calidad de vida.
Aquello no es imposible, ejemplos en el mundo hay muchos, está China que comenzó a despegar después de la Segunda Guerra Mundial con Mao, Corea del Sur que hasta hace 3 décadas era un país que tenía peores estadísticas económicas en comparación con México, Chile, una de las economías más libres del mundo; el éxito económico de la década pasada, Brasil, quien nos ha desplazado como los líderes de AL, que negocia un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, que albergará el próximo mundial en 2014 y las Olimpiadas en 2016, Irlanda que fue puntero en cuestión de crecimiento económico en la UE. Para aprender de la experiencia del mundo hay ejemplos suficientes.
No hemos aprendido que la verdadera competencia está allá afuera, más allá de nuestras fronteras, que es necesario unirnos al interior del país y superar las disputas por el poder. Vayamos en el mismo barco que engalane una bandera de democracia, libertad, igualdad y justicia, con un rumbo fijo: el desarrollo de México.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 29 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 30 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 29 de junio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 29 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 29 de junio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 29 de junio de 2010.

Un mundo desfasado

Los que seguimos la noticia más allá de una curiosidad intelectual, hemos sido testigos de eventos que dan sostén al argumento de que el mundo está desfasado, que todavía como sociedad internacional no hemos encontrado el equilibrio, pues estamos en medio de un proceso de ajuste, de nivelación de fuerzas.
Lo vemos en casi todos los continentes, por ejemplo en Asia donde China es líder en cuestión de crecimiento económico, pero ha vivido crisis sociales como las manifestaciones étnicas en Urumqi, las cuales cobraron centenales de vidas de las etnias Han y Uigur. Corea del Norte, pese a los avances en las negociaciones para desarticular sus proyectos de misiles nucleares volvió a dar muestras de su desencanto contra Corea del Sur al hundir el Cheonan, un buque sudcoreano donde fallecieron 46 tripulantes.
Cerca de la región de Medio Oriente los conflictos siguen presentes, hemos escuchados de bombazos en Israel, Pakistán, India, Afganistán e Irak, estos dos últimos aún “ocupados” por la milicia que comandan los norteamericanos.
La situación se recrudece si observamos que estos países -hostiles- son propietarios de armas nucleares (India, Pakistán e Israel), además todo parece indicar que Irán quiere unirse al club, pues se ha negado a detener su programa nuclear ante las múltiples demandas de la Agencia Internacional de Energía Atómica, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en referencia a dar marcha atrás en sus intensiones de desarrollo nuclear.
En Europa hemos visto cierta tranquilidad y avances significativos en materia de políticas comunes como la consolidación del proceso de integración, el cual se refleja en la Carta de Derechos del euro ciudadano, y en la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, donde se le da personalidad jurídica a la UE. Todo esto en un ambiente de estancamiento económico y contradicciones en referencia a las relaciones de sus miembros con el todavía país más poderoso del mundo, EE.UU.
En nuestra región, América Latina, también hemos visto éxitos, quizá no tan vinculantes como los europeos, pero son avances sencillos en materia de integración. Desafortunadamente estos esfuerzos han sido consecuencia de disputas y reclamos entre distintos países, quienes han visto a la Comunidad Sudamericana de Naciones, a la Organización de Estados Americanos y a las distintas Cumbres, como foros para reclamar y exaltar las diferencias entre nuestros pueblos
También tenemos en la región a un Brasil que liderea en cuestión económica, es un pionero en biocombustibles, tiene un comercio diversificado. Un país que paso de ser deudor a acreedor de los organismos financieros internacionales, y por si fuera poco ha ganado la elección para los juegos olímpicos de 2016, los cuales tendrán lugar en Rio de Janeiro, la ciudad del carnaval, la samba y las famosas favelas.
En referencia a México podemos decir que hemos sido bombardeados por una serie de acontecimientos simultáneos que han puesto a prueba la efectividad del gobierno y de los mexicanos para tratar –al mismo tiempo- una crisis económica devastadora junto con una crisis sanitaria mundial. Estas crisis no es lo que más nos preocupa a los mexicanos, pues observamos un aumento en la violencia, producto de la tan aplaudida internacionalmente “guerra” contra el narco y el crimen organizado, la cual ha causado centenares de muertes en casi todo el territorio nacional.
También hemos sido testigos de la impunidad de nuestros servidores públicos, quienes encabezan la lista de “los más corruptos de América Latina” y están en niveles similares a Guatemala y el Salvador. Lo comprobamos en el fatal caso de la guardería ABC, donde aún no hay responsables, ni detenidos, y aunque el gobierno federal crea que el tiempo hará que los mexicanos lo olvidemos, puede estar seguro de que no será así.
A esto podemos sumarle “la guerra sucia” que ha dado muestras de lo que viviremos hasta las elecciones del 4 de Julio, exhibiendo que los políticos no tienen interés por cuidar las formas y los protocolos, sino que ven al poder como el único fin que puede justificarse por cualquier medio.
Estamos justo a mitad del año, es un momento excelente para la reflexión, es una buena oportunidad para observar lo que ha acontecido y aprender de nuestros errores, aciertos y experiencias, recordemos que los grandes cambios sólo pueden ser empujados por la colectividad, por la suma de intensiones individuales y por la propuesta constructiva, como decía Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, la voluntad”.

ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 28 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 26 de junio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 26 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 26 de junio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 27 de junio de 2010.