Las crisis globales son en todo momento fenómenos indeseables que alteran el entorno, expanden las grietas de los problemas mundiales, causan serios daños a los más necesitados y sin embargo representan el fin de un ciclo y el inicio de otro: un momento necesario para la transformación y un punto de inflexión preciso para el cambio en un contexto establecido.
La historia contemporánea brinda sostén al argumento anterior, las últimas dos grandes crisis mundiales han delineado las tendencias económicas que han seguido la mayoría de países. La primera, la de 1929/30, significó la llegada del “Modelo del estado de bienestar keynesiano” a la mayoría de países de Occidente, dejando en claro que el liberalismo económico ortodoxo perdía vigencia, que el Estado debía proveer de empleo a su ciudadanía y salvaguardar sus intereses con amplias políticas sociales.
La segunda crisis global que modificó el rumbo de las políticas económicas internacionales fue la de 1973, aquella crisis energética que fue alimentada por las diferentes tensiones políticas y terminó con el estado de bienestar keynesiano, dando lugar al Modelo económico neoliberal, mismo que se nutre de los postulados de dos premios nobel de economía: F.A. Hayek y Milton Friedman.
Particularmente la crisis financiera que ya pasó, puso en un serio debate la viabilidad del Modelo neoliberal, ya que el mismo ha sufrido una de sus máximas contradicciones: el país que exportó y refinó este modelo optó por brindar apoyo económico a sus empresas, rescató la Banca, posee acciones de decenas de unidades económicas que estuvieron en números rojos, y ha destinado más de setecientos mil millones de dólares para que la economía no colapse, evitando así un efecto domino en el tablero mundial.
Sabemos que la crisis financiera surgió como consecuencia de la especulación en el sector hipotecario norteamericano, el cual no brindó la información correcta a los inversores y derivó en una crisis global (cuyo último efecto se sintió en Grecia hace un par de semanas), con una caída en el ingreso real, el estancamiento económico y un aumento en los niveles de desempleo a nivel mundial. Esto significa que países como el nuestro no generaron riqueza, de forma que las altas tasas de desempleo y los despidos masivos son sinónimo de menor oportunidad para encontrar trabajo y mayor competencia entre los trabajadores, además de obstaculizar los esfuerzos mundiales para mejorar las condiciones de vida de la población del planeta como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Nos queda claro que las crisis no son permanentes; que la mejor manera de enfrentar una crisis fue estando conscientes de la realidad que ésta representa y no afrontarla con miedo, porque esa sensación humana tiende a cegar las propuestas, a crear una hipnosis que trunca, distorsiona y profundiza las problemáticas generadas por las crisis. Algún proverbio chino dice que toda crisis viene acompañada de oportunidad, que quienes sobreviven a las crisis gracias a su inventiva, a su creatividad se ven favorecidos en el momento en el que ésta pasa.
Hay que entender que el desarrollo no implica necesariamente un crecimiento económico, lo entendemos así porque es el dinero el que financia campañas de alfabetización, piso firme, construcción de escuelas e infraestructura, etc. Todos podemos favorecer a que en un momento de crisis, ese desarrollo sea posible, debemos ver al “estado estacionario de la economía” como una oportunidad para observar el panorama general, la organización de las cosas y para reorientar el rumbo, de tal forma que pondremos de manifiesto lo que funciona y podremos eliminar lo que no.
Aprendimos que es cuestión de actitud, y ningún evento, momento o crisis puede condicionar nuestra conducta, nuestra libertad de actuar, crear, innovar, proponer, y lanzar nuestros ideales a los distintos foros como una manifestación de que los ciudadanos del mundo no reconocemos fronteras en cuestión de problemáticas globales, lo que si reconocemos es la cooperación y la mutua responsabilidad de todos los Estados, de todos los gobiernos por actuar de manera vinculante, mediante la voz institucional de la sociedad civil internacional; nuestras autoridades, organismos y asociaciones para dar plena libertad a todos los seres humanos que se encuentran atrapados por los yugos de la pobreza, el hambre y el subdesarrollo.
ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 4 de junio 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 4 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 4 de junio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 6 de junio de 2010.
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