Pocos mexicanos lo saben, pero desde enero de 2009 nuestro país ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSONU), de manera que a finales de este año tendrá que dejarlo y concluir su cuarta participación en el mismo.
El CSONU desde sus inicios se concibió como el órgano político más importante del mundo, debido a que se le encargó la tarea más trascendente para la humanidad entera: preservar la paz y la seguridad internacionales.
México, consciente de la responsabilidad que implica formar parte de este órgano tan polémico y significativo, ha participado como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad en cuatro ocasiones. La primera en 1946 en los albores de Naciones Unidas, la segunda en el bienio de 1980-1981 durante la guerra fría, la tercera en el periodo de 2002-2003, justo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y ahora lo hace para el bienio 2009-2010.
En la antesala del comienzo de la participación de México en el CSONU, creímos que nuestro país ingresaba al máximo órgano político por dos razones: como una “convicción” aprovechando las bases de nuestra constitución política por su apoyo al derecho internacional y a la solución pacífica de las controversias, y para no quedarse atrás, debido a que “otros” países emergentes han tenido una activa participación en dicho órgano. Sin embargo olvidamos que una razón de similar importancia era potencializar a México como un actor independiente, justo, equitativo, pero sobre todo participativo, que podría liderar la región latinoamericana con base en propuestas novedosas y con ello acercarse de mejor manera a “otros” países, para limar en cierto grado la dependencia que tenemos con nuestro vecino del norte en varios rubros, no sólo en la economía.
Nuestra participación en este importante órgano se inscribe en un momento en el que se ha transformado el concepto de seguridad, misma que era entendida bajo un precepto preventivo o defensivo, siempre con un enfoque bélico y que hoy en día ha cambiado, definiéndose como el combate a todos aquellos elementos que pongan en jaque el equilibrio de la institución estatal.
De esta forma se sostiene la necesidad de atender otros asuntos determinantes de la seguridad internacional que incluyen factores clave para lograr la estabilidad y la paz mundial como: la pobreza, el desarrollo económico, el medio ambiente, el tráfico de armas, los derechos humanos, el terrorismo, el crimen transnacional, etc.
Justamente en este mes, México presidirá por séptima ocasión en su historia el CSONU. Dentro de los temas de la Agenda están: el ataque de Israel al barco que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, los niños en los conflictos armados, las sanciones de los cinco miembros permanentes para Irán, como consecuencia de su negativa para abandonar su polémico Programa Nuclear y lo relativo a la crisis coreana (tema que tratamos hace poco en esta columna).
A penas en abril, nuestro país debatió acerca de la situación política en los países del Sahara Occidental, Haití y Somalia, preside el grupo de trabajo sobre niños y conflictos armados, respaldó la propuesta de incluir la perspectiva del género como un elemento importante en el concepto de la seguridad multidimensional, la cual se define como una necesidad de atender asuntos que pueden poner en peligro la seguridad de un país. México condenó que se viole el embargo de armas en Côte d'Ivoire, además de reiterar su compromiso con la Reforma al CSONU para hacerlo más transparente e incluir el tema de la rendición de cuentas.
Gracias a estas acciones podemos darnos cuenta de que nuestro país está participando de forma activa en los distintos foros internacionales, pero lo hace de una manera distinta a cómo funciona al interior. La política exterior debe ser un reflejo de la política interna de un país, no puede considerarse un ideal de lo que queremos ser (y no somos); si pedimos rendición de cuentas a nivel internacional debemos corresponder con una reforma similar a nivel interno, si secundamos la importancia de la equidad de género debemos respetar y fomentar los derechos de las mujeres, si criticamos las elecciones en algunos países de África debemos revisar nuestro sistema electoral y las irregularidades que acontecen en cada elección. Aún tenemos muchas lecciones que aprender, lástima que estamos a medio año de concluir nuestra participación. ¿Habrá tiempo para debatir y generar resoluciones sobre temas de interés para México como el Crimen Organizado Trasnacional o para pensar en mandar soldados mexicanos a las fuerzas de paz de Naciones Unidas o para acercarnos a Brasil aprovechando el escenario multilateral? En tan sólo seis meses lo sabremos, habrá que esperar.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 8 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 8 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 8 de junio 2010.
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 6 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 8 de junio de 2010
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