El viernes y el sábado de la semana pasada, la literatura universal perdió dos grandes exponentes, el portugués José Saramago quien dejó este mundo el 18 de junio a los 87 años de edad, en medio de la polémica por sus desencuentros con la iglesia católica y el mexicano Carlos Monsiváis, quien pereció a los 72 años y era considerado el último escritor público del México Contemporáneo, ya que gracias a sus entrevistas, críticas y participaciones públicas podía ser ubicado por cualquier connacional. Ambos escritores cruzaron la parábola que “corta la distancia que separa lo efímero de lo eterno”.
En este mundo hay pocos que se dedican al enriquecimiento del lenguaje, al derrame de la imaginación; al uso del mismo para narrar. Imaginemos qué sería del lenguaje sin los grandes autores, qué pasaría si la muerte –como en aquella novela de Saramago- en vez de estar en huelga se tornara por llevarse a todos los intelectuales, a todos los escritores. Cómo actuaría la masa social ante un evento de tanta extrañes, qué palabras perecerían sin los relatos y cuentos, ¿acaso se prohibirían los libros como en aquella novela fantástica de Ray Bradbury donde se castigaba con fuego a todo aquel que tuviera algún legado literario en su casa? Esa pregunta podrían resolverla sin tanto apuro, de forma sofisticada los autores de cuyos honores nos encargamos ahora. Porque en la especulación literaria, siempre hay algo de verdad y mucho de misterio.
De Saramago extrañaremos su dura personalidad, su narrativa hipnotizante, las horas de desvelo en una lectura sencilla llena de frases de aprendizaje. Los de habla portuguesa deben darle los honores al único Premio Nobel en su lengua, a aquel escritor luso que decía que “La vida es una orquesta que siempre está tocando, afinada, desafinada, un titanic que siempre se hunde y siempre regresa a la superficie.”
Saramago conoció a la muerte de forma anticipada, como uno de sus protagonistas en la novela “Las intermitencias de la muerte”, ahí reconoció que: “Todo es provincial, todo precario, todo pasa sin remedio, los dioses, los hombres, lo que fue ya se acabó, lo que es no lo será siempre, y hasta yo, muerte, acabaré cuando no tenga a quien matar.”
Parafraseando el mismo libro del autor portugués: la muerte no respeta a nadie, es divina y pretende ser ajena a lo mortal. Como quisiéramos los amantes de la literatura universal que en vez de estas frases sólo pudiéramos leer: “Al día siguiente no murió nadie”, enunciado con el que inicia y termina el homenaje a la huesuda.
De Monsiváis nos hará falta su mirada crítica, su fuerza de opinión, su cordura y puntualidad en temas de interés de la nación. Extrañaremos su memoria incansable, la cita exacta de aquel filósofo alemán, el sociólogo ruso, el viejo pensador chino, el filósofo árabe o el politólogo francés. Una brillantes tan certera y un uso del lenguaje tan liviano que podía entretenernos hablando de sus gatos, sus fieles compañeros. Cuando se llega a esos niveles, cualquier tópico puede adquirir importancia en la voz y letras del autor.
Era sin duda un hombre imaginativo, un cronista y ensayista de fino lenguaje; de intachable sintaxis; un duro y atinado crítico político. Podía reírse de los gobernantes con visión limitada, y hacerles una sátira en su presencia sin que ellos lo entendieran.
Como Octavo Paz, fue un hombre que observó la transformación del país, que vivió y narró la modernización de esta joven nación, táctico con la cultura universal, fue un escritor que enriqueció el brebaje cultural de México.
Afortunadamente para los mortales, las letras de estos hombres perduraran con el lenguaje. No nos han dado a conocer todo, aún dejan misterio en su mundo literario, en aquellos párrafos ocultos en los sentimientos y emociones que escribieron; en su lealtad a la lengua.
Lo dijo aquel poeta anónimo: “así como celebraron mi nacimiento, celebren mi muerte, que sean mis letras los fervientes recuerdos que les queden de mi, que sean mis poemas, cartas y diarios la parte de espíritu que se quede en la tierra, pues debo confesar que viví más en mis textos, en mis ideas, que lo que mi cuerpo tuvo la oportunidad de disfrutar en vida”.
Que entretenida y ocupada estará la muerte, cuanto por preguntar, por aprender, tanta cultura y puntos de vista por exprimir. Hay que hacerles los correctos honores en letras, así como vivieron de la A la Z, dialogando con los lectores y su conciencia, viviendo eternamente, siendo inmortales. Enterremos el recuerdo de aquellos que perdieron el miedo de externar su opinión libremente, démosles la oportunidad de enviar sus mensajes aún no descifrados desde sus textos, leámoslos entonces para conocerlos mejor.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 22 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 21 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 22 de junio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 22 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 22 de junio de 2010
martes, 22 de junio de 2010
Familia, Política y negocios
Pareciera que es normal decir que existe cierto número de familias que controlan la economía y polarizan el poder político, que aquella es una condición sine quanon de los países latinoamericanos, pero eso no lo hace una condición correcta. Parafraseando a John Stuart Mill: todo aquello que es habitual parece natural, pero a veces lo que es aceptable como una costumbre universal, no lo es para las leyes de justicia y equidad del hombre.
Por ejemplo, hablemos de Chile, del país con las mejores reformas a nivel económico de la década pasada, aquel Estado con más de 16 millones de habitantes, con buenos estándares de vida, una democracia que lleva más de 20 años de consolidarse, con un episodio de dictadura y revueltas, donde todavía existen clases, elites y agentes económicos que polarizan el poder y ven a la política como una herramienta para alcanzar sus fines económicos, en vez de verla como un deber patriótico.
Si observamos el escenario político de aquel país, veremos que los dos candidatos más fuertes de la pasada elección forman parte de esta élite de familias gobernantes: Eduardo Frei que fue presidente y cuyo padre también gobernó el país, y Sebastián Piñera, actual presidente que no puede negar sus nexos con el “gobierno militar” de Pinochet, al ser su propio hermano el máximo baluarte de la Capitalización Individual del Fondo de Pensiones, José Piñera. Él es culpable de que el Estado haya derogado su responsabilidad social con los jubilados, dejándole aquella tarea a los entes privados y de que haya aumentado la edad de jubilación en casi toda América Latina.
Otro ejemplo que figura en la política chilena es Arturo Alessandri, un político que perdió la elección contra Frei en 1993, y que desciende de dos presidentes chilenos: su abuelo Arturo Alessandri Palmas (1920-1924) y su padre Jorge Alessandri (1958-1964), así como de un gran número de diputados, ministros y senadores en Chile.
Lo malo de que las familias vean a la política como un negocio es que muchas veces no buscan el bienestar del pueblo, el cual es la máxima exigencia que debe hacerse un gobierno democrático, sino que velan por el interés familiar, que siempre será más importante. Además niegan o discriminan el ascenso de nuevas personalidades que seguramente cambiarían el rumbo del país. Recordemos que uno de los principios de la democracia es la igualdad de oportunidades, de forma que todos los ciudadanos de un Estado pueden aspirar a algún cargo público sin distinción de clases o apellidos.
Pese a ser un país dominado por familias y elites políticas, Chile es un Estado con buenas estadísticas: un PIB de 245 mil millones de dólares, un PIB per capita de 15 mil dólares, altos estándares de vida, una balanza comercial positiva por 8 mil millones de dólares, etc. De manera que podemos decir que el pueblo chileno se ha beneficiado del trabajo de sus gobernantes, pese a que la diferencia de clases es clara.
En México no sé si podamos decir lo mismo respecto a nuestras elites. Éstas no han compartido lo suficiente para que el país se desarrolle. Al grado que muchos jóvenes perciben a la política o al crimen (que no son sinónimos) como los únicos canales para ascender estaños en la sociedad.
Sí estamos generando empleos, pero temporales, además de que la mayoría de veces no son acordes a las demandas ciudadanas, sobre todo de los egresados de escuelas profesionales, quienes muchas veces encuentran en el subempleo o en el empleo informal la única alternativa para tener una vida digna.
Algunos políticos no se dan cuenta de que la política no es un negocio, no debe ser considerada como un medio para alcanzar la riqueza, pues ser servidor público es eso, servir al pueblo, trabajar para el pueblo, no debe ser visto como una gloria personal o una empresa para la cual no hay que reinvertir ni un centavo.
Paradójicamente esta lección la podemos leer en la legenda que acompaña la estatua de Jorge Alessandri en Santiago de Chile, donde dice: “Lucharé porque se restablezca el viejo concepto que hizo grande a nuestro país; a la vida pública se va a servir y no a buscar honores ni mucho menos beneficios.”
Hoy en día está de moda que familias enteras ingresen a la política y lo vean como el negocio familiar, aquello sólo puede ser positivo si como en el caso de Chile encontramos resultados a favor del país, pero dudamos mucho que alguna vez veamos “arcas llenas” para los gobiernos electos, y que estas se retribuyan a la población en general, como ocurre en Chile con los trabajos de reconstrucción del país, los cuales fueron posibles gracias al ahorro que dejo Bachelet de casi 20 mil millones de dólares para la administración de Piñera.
Contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 12 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 12 de junio 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 12 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 12 de junio de 2010
Por ejemplo, hablemos de Chile, del país con las mejores reformas a nivel económico de la década pasada, aquel Estado con más de 16 millones de habitantes, con buenos estándares de vida, una democracia que lleva más de 20 años de consolidarse, con un episodio de dictadura y revueltas, donde todavía existen clases, elites y agentes económicos que polarizan el poder y ven a la política como una herramienta para alcanzar sus fines económicos, en vez de verla como un deber patriótico.
Si observamos el escenario político de aquel país, veremos que los dos candidatos más fuertes de la pasada elección forman parte de esta élite de familias gobernantes: Eduardo Frei que fue presidente y cuyo padre también gobernó el país, y Sebastián Piñera, actual presidente que no puede negar sus nexos con el “gobierno militar” de Pinochet, al ser su propio hermano el máximo baluarte de la Capitalización Individual del Fondo de Pensiones, José Piñera. Él es culpable de que el Estado haya derogado su responsabilidad social con los jubilados, dejándole aquella tarea a los entes privados y de que haya aumentado la edad de jubilación en casi toda América Latina.
Otro ejemplo que figura en la política chilena es Arturo Alessandri, un político que perdió la elección contra Frei en 1993, y que desciende de dos presidentes chilenos: su abuelo Arturo Alessandri Palmas (1920-1924) y su padre Jorge Alessandri (1958-1964), así como de un gran número de diputados, ministros y senadores en Chile.
Lo malo de que las familias vean a la política como un negocio es que muchas veces no buscan el bienestar del pueblo, el cual es la máxima exigencia que debe hacerse un gobierno democrático, sino que velan por el interés familiar, que siempre será más importante. Además niegan o discriminan el ascenso de nuevas personalidades que seguramente cambiarían el rumbo del país. Recordemos que uno de los principios de la democracia es la igualdad de oportunidades, de forma que todos los ciudadanos de un Estado pueden aspirar a algún cargo público sin distinción de clases o apellidos.
Pese a ser un país dominado por familias y elites políticas, Chile es un Estado con buenas estadísticas: un PIB de 245 mil millones de dólares, un PIB per capita de 15 mil dólares, altos estándares de vida, una balanza comercial positiva por 8 mil millones de dólares, etc. De manera que podemos decir que el pueblo chileno se ha beneficiado del trabajo de sus gobernantes, pese a que la diferencia de clases es clara.
En México no sé si podamos decir lo mismo respecto a nuestras elites. Éstas no han compartido lo suficiente para que el país se desarrolle. Al grado que muchos jóvenes perciben a la política o al crimen (que no son sinónimos) como los únicos canales para ascender estaños en la sociedad.
Sí estamos generando empleos, pero temporales, además de que la mayoría de veces no son acordes a las demandas ciudadanas, sobre todo de los egresados de escuelas profesionales, quienes muchas veces encuentran en el subempleo o en el empleo informal la única alternativa para tener una vida digna.
Algunos políticos no se dan cuenta de que la política no es un negocio, no debe ser considerada como un medio para alcanzar la riqueza, pues ser servidor público es eso, servir al pueblo, trabajar para el pueblo, no debe ser visto como una gloria personal o una empresa para la cual no hay que reinvertir ni un centavo.
Paradójicamente esta lección la podemos leer en la legenda que acompaña la estatua de Jorge Alessandri en Santiago de Chile, donde dice: “Lucharé porque se restablezca el viejo concepto que hizo grande a nuestro país; a la vida pública se va a servir y no a buscar honores ni mucho menos beneficios.”
Hoy en día está de moda que familias enteras ingresen a la política y lo vean como el negocio familiar, aquello sólo puede ser positivo si como en el caso de Chile encontramos resultados a favor del país, pero dudamos mucho que alguna vez veamos “arcas llenas” para los gobiernos electos, y que estas se retribuyan a la población en general, como ocurre en Chile con los trabajos de reconstrucción del país, los cuales fueron posibles gracias al ahorro que dejo Bachelet de casi 20 mil millones de dólares para la administración de Piñera.
Contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 12 de junio de 2010.
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Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 12 de junio de 2010
Una decisión correcta
Imaginemos que vivimos en un país donde el 50% de la población depende de la ayuda humanitaria; de los alimentos que se envían desde las Misiones de Naciones Unidas y que cada día son más difíciles de llevar a su destino. Que no podemos salir a trabajar porque la economía está estancada, nuestro país no produce riqueza alguna; no hay empleadores, empresas o inversionistas que arriesguen su capital en nuestra nación. Imaginemos que es peligroso salir a las calles por nuestra condición racial o étnica, que tenemos enemigos acérrimos sin conocer las causas, que no hay gobierno, sólo dictadores cuyo único objetivo es perpetuarse en el poder y enriquecerse a costa del país. ¿Qué haríamos en esos casos?, ¿podríamos como sociedad unirnos para restaurar el orden al interior de nuestro país o dependeríamos de un agente externo que nos apoyara en esta importante labor?
El órgano facultado para coordinar estas misiones es el Consejo de Seguridad de la ONU (CSONU) quien mediante sus grupos de trabajo busca restaurar el orden, vigilar y sancionar a quienes lo quebrantan, así como procurar que el estado de derecho sea una situación permanente en los países que así lo requieren. Básicamente estamos hablando de emplear todo un aparato de ingeniería civil para crear un gobierno, redactar leyes, celebrar elecciones, reconciliar a la sociedad y dotar de soberanía y reconocimiento a los nuevos grupos en el poder.
Como lo vimos en la colaboración anterior, nuestro país participa actualmente como miembro no permanente del CSONU, su actuación se ha basado en los canales del dialogo antes que la fuerza; en el respeto por los derechos humanos, pero sobre todo por las garantías que brinda el derecho internacional humanitario, el cual podemos definir como las leyes y los reglamentos que protegen a los civiles, sobre todo a los grupos vulnerables en tiempos de guerra. Nuestro país ha demostrado que tiene como convicción mostrarse como un actor independiente, justo, equitativo, pero sobre todo participativo, lo cual puede mejorar su relación con otros países, sin buscar confrontaciones con EE.UU.
Hace algunos de días tanto México como otros once miembros del CSONU emitieron nuevas sanciones dirigidas a Irán, derivadas de su polémico programa nuclear. En respuesta, la embajada iraní en nuestro país externó su desaprobación con respecto al voto mexicano, arguyendo que esperaban que nuestra delegación aprovechara el ambiente del bicentenario, el ambiente en pro de la independencia para mostrarse en contra de una resolución que fue impulsada directamente por EE.UU. y sus aliados.
Hasta el momento en que se escribe esta colaboración no se tiene aún una respuesta por parte de la Cancillería mexicana, ¿por qué? Suponemos que analizan cómo decirle a Irán que somos un país que está a favor del Derecho Internacional (DI), de la mediación y la negociación para resolver los conflictos, pues no hay en la resolución indicio de algún de ataque armado u ocupación, en pocas palabras, que no lo hicimos como subordinados, sino que creemos en las sanciones para disuadir cualquier intensión por parte de un país de obtener un arma nuclear.
Quizá hemos olvidado que México tiene una excelente reputación e imagen en materia de proscripción de las armas nucleares en la región latinoamericana, no por nada tenemos el honor de contar con un premio nobel a la paz, Alfonso García Robles, quien tuvo la iniciativa de negociar y promover el Tratado de Tlatelolco a finales de los sesenta para hacer de América Latina la primer zona libre de armas nucleares.
El actuar de México fue correcto. No sólo velamos por el interés del país, haciendo uso del derecho y de sanciones impuestas sobre la base del consenso y la legalidad, sino que no afectamos nuestra relación con EE.UU., y los demás miembros permanentes, quienes votaron igual que México. Es cierto, esta decisión se puede leer entre líneas como un acto de seguimiento, sobre todo porque Brasil votó en contra de la misma, dejando claro que no está de acuerdo con las principales potencias del mundo, pero aquello no nos resta independencia.
Lo que hay que tener en claro es que pese a que tenemos nexos diplomáticos con Irán, nuestra política exterior se ha caracterizado por basarse en las normas del DI, subrayando que estamos en contra de cualquier indicio o sospecha de desarrollo de armamento nuclear por parte de algún país del mundo y a favor de la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica, organismo que tiene toda nuestra confianza para hacer las labores de investigación respecto al Programa Nuclear Iraní.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 15 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 15 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 15 de junio 2010.
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 16 de junio de 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 15 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 15 de junio de 2010
El órgano facultado para coordinar estas misiones es el Consejo de Seguridad de la ONU (CSONU) quien mediante sus grupos de trabajo busca restaurar el orden, vigilar y sancionar a quienes lo quebrantan, así como procurar que el estado de derecho sea una situación permanente en los países que así lo requieren. Básicamente estamos hablando de emplear todo un aparato de ingeniería civil para crear un gobierno, redactar leyes, celebrar elecciones, reconciliar a la sociedad y dotar de soberanía y reconocimiento a los nuevos grupos en el poder.
Como lo vimos en la colaboración anterior, nuestro país participa actualmente como miembro no permanente del CSONU, su actuación se ha basado en los canales del dialogo antes que la fuerza; en el respeto por los derechos humanos, pero sobre todo por las garantías que brinda el derecho internacional humanitario, el cual podemos definir como las leyes y los reglamentos que protegen a los civiles, sobre todo a los grupos vulnerables en tiempos de guerra. Nuestro país ha demostrado que tiene como convicción mostrarse como un actor independiente, justo, equitativo, pero sobre todo participativo, lo cual puede mejorar su relación con otros países, sin buscar confrontaciones con EE.UU.
Hace algunos de días tanto México como otros once miembros del CSONU emitieron nuevas sanciones dirigidas a Irán, derivadas de su polémico programa nuclear. En respuesta, la embajada iraní en nuestro país externó su desaprobación con respecto al voto mexicano, arguyendo que esperaban que nuestra delegación aprovechara el ambiente del bicentenario, el ambiente en pro de la independencia para mostrarse en contra de una resolución que fue impulsada directamente por EE.UU. y sus aliados.
Hasta el momento en que se escribe esta colaboración no se tiene aún una respuesta por parte de la Cancillería mexicana, ¿por qué? Suponemos que analizan cómo decirle a Irán que somos un país que está a favor del Derecho Internacional (DI), de la mediación y la negociación para resolver los conflictos, pues no hay en la resolución indicio de algún de ataque armado u ocupación, en pocas palabras, que no lo hicimos como subordinados, sino que creemos en las sanciones para disuadir cualquier intensión por parte de un país de obtener un arma nuclear.
Quizá hemos olvidado que México tiene una excelente reputación e imagen en materia de proscripción de las armas nucleares en la región latinoamericana, no por nada tenemos el honor de contar con un premio nobel a la paz, Alfonso García Robles, quien tuvo la iniciativa de negociar y promover el Tratado de Tlatelolco a finales de los sesenta para hacer de América Latina la primer zona libre de armas nucleares.
El actuar de México fue correcto. No sólo velamos por el interés del país, haciendo uso del derecho y de sanciones impuestas sobre la base del consenso y la legalidad, sino que no afectamos nuestra relación con EE.UU., y los demás miembros permanentes, quienes votaron igual que México. Es cierto, esta decisión se puede leer entre líneas como un acto de seguimiento, sobre todo porque Brasil votó en contra de la misma, dejando claro que no está de acuerdo con las principales potencias del mundo, pero aquello no nos resta independencia.
Lo que hay que tener en claro es que pese a que tenemos nexos diplomáticos con Irán, nuestra política exterior se ha caracterizado por basarse en las normas del DI, subrayando que estamos en contra de cualquier indicio o sospecha de desarrollo de armamento nuclear por parte de algún país del mundo y a favor de la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica, organismo que tiene toda nuestra confianza para hacer las labores de investigación respecto al Programa Nuclear Iraní.
Comentarios y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 15 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 15 de junio de 2010.
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Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 16 de junio de 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 15 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 15 de junio de 2010
México en el Consejo de Seguridad/Nuestro Asiento no permanente
Pocos mexicanos lo saben, pero desde enero de 2009 nuestro país ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSONU), de manera que a finales de este año tendrá que dejarlo y concluir su cuarta participación en el mismo.
El CSONU desde sus inicios se concibió como el órgano político más importante del mundo, debido a que se le encargó la tarea más trascendente para la humanidad entera: preservar la paz y la seguridad internacionales.
México, consciente de la responsabilidad que implica formar parte de este órgano tan polémico y significativo, ha participado como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad en cuatro ocasiones. La primera en 1946 en los albores de Naciones Unidas, la segunda en el bienio de 1980-1981 durante la guerra fría, la tercera en el periodo de 2002-2003, justo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y ahora lo hace para el bienio 2009-2010.
En la antesala del comienzo de la participación de México en el CSONU, creímos que nuestro país ingresaba al máximo órgano político por dos razones: como una “convicción” aprovechando las bases de nuestra constitución política por su apoyo al derecho internacional y a la solución pacífica de las controversias, y para no quedarse atrás, debido a que “otros” países emergentes han tenido una activa participación en dicho órgano. Sin embargo olvidamos que una razón de similar importancia era potencializar a México como un actor independiente, justo, equitativo, pero sobre todo participativo, que podría liderar la región latinoamericana con base en propuestas novedosas y con ello acercarse de mejor manera a “otros” países, para limar en cierto grado la dependencia que tenemos con nuestro vecino del norte en varios rubros, no sólo en la economía.
Nuestra participación en este importante órgano se inscribe en un momento en el que se ha transformado el concepto de seguridad, misma que era entendida bajo un precepto preventivo o defensivo, siempre con un enfoque bélico y que hoy en día ha cambiado, definiéndose como el combate a todos aquellos elementos que pongan en jaque el equilibrio de la institución estatal.
De esta forma se sostiene la necesidad de atender otros asuntos determinantes de la seguridad internacional que incluyen factores clave para lograr la estabilidad y la paz mundial como: la pobreza, el desarrollo económico, el medio ambiente, el tráfico de armas, los derechos humanos, el terrorismo, el crimen transnacional, etc.
Justamente en este mes, México presidirá por séptima ocasión en su historia el CSONU. Dentro de los temas de la Agenda están: el ataque de Israel al barco que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, los niños en los conflictos armados, las sanciones de los cinco miembros permanentes para Irán, como consecuencia de su negativa para abandonar su polémico Programa Nuclear y lo relativo a la crisis coreana (tema que tratamos hace poco en esta columna).
A penas en abril, nuestro país debatió acerca de la situación política en los países del Sahara Occidental, Haití y Somalia, preside el grupo de trabajo sobre niños y conflictos armados, respaldó la propuesta de incluir la perspectiva del género como un elemento importante en el concepto de la seguridad multidimensional, la cual se define como una necesidad de atender asuntos que pueden poner en peligro la seguridad de un país. México condenó que se viole el embargo de armas en Côte d'Ivoire, además de reiterar su compromiso con la Reforma al CSONU para hacerlo más transparente e incluir el tema de la rendición de cuentas.
Gracias a estas acciones podemos darnos cuenta de que nuestro país está participando de forma activa en los distintos foros internacionales, pero lo hace de una manera distinta a cómo funciona al interior. La política exterior debe ser un reflejo de la política interna de un país, no puede considerarse un ideal de lo que queremos ser (y no somos); si pedimos rendición de cuentas a nivel internacional debemos corresponder con una reforma similar a nivel interno, si secundamos la importancia de la equidad de género debemos respetar y fomentar los derechos de las mujeres, si criticamos las elecciones en algunos países de África debemos revisar nuestro sistema electoral y las irregularidades que acontecen en cada elección. Aún tenemos muchas lecciones que aprender, lástima que estamos a medio año de concluir nuestra participación. ¿Habrá tiempo para debatir y generar resoluciones sobre temas de interés para México como el Crimen Organizado Trasnacional o para pensar en mandar soldados mexicanos a las fuerzas de paz de Naciones Unidas o para acercarnos a Brasil aprovechando el escenario multilateral? En tan sólo seis meses lo sabremos, habrá que esperar.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 8 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 8 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 8 de junio 2010.
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 6 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 8 de junio de 2010
El CSONU desde sus inicios se concibió como el órgano político más importante del mundo, debido a que se le encargó la tarea más trascendente para la humanidad entera: preservar la paz y la seguridad internacionales.
México, consciente de la responsabilidad que implica formar parte de este órgano tan polémico y significativo, ha participado como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad en cuatro ocasiones. La primera en 1946 en los albores de Naciones Unidas, la segunda en el bienio de 1980-1981 durante la guerra fría, la tercera en el periodo de 2002-2003, justo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y ahora lo hace para el bienio 2009-2010.
En la antesala del comienzo de la participación de México en el CSONU, creímos que nuestro país ingresaba al máximo órgano político por dos razones: como una “convicción” aprovechando las bases de nuestra constitución política por su apoyo al derecho internacional y a la solución pacífica de las controversias, y para no quedarse atrás, debido a que “otros” países emergentes han tenido una activa participación en dicho órgano. Sin embargo olvidamos que una razón de similar importancia era potencializar a México como un actor independiente, justo, equitativo, pero sobre todo participativo, que podría liderar la región latinoamericana con base en propuestas novedosas y con ello acercarse de mejor manera a “otros” países, para limar en cierto grado la dependencia que tenemos con nuestro vecino del norte en varios rubros, no sólo en la economía.
Nuestra participación en este importante órgano se inscribe en un momento en el que se ha transformado el concepto de seguridad, misma que era entendida bajo un precepto preventivo o defensivo, siempre con un enfoque bélico y que hoy en día ha cambiado, definiéndose como el combate a todos aquellos elementos que pongan en jaque el equilibrio de la institución estatal.
De esta forma se sostiene la necesidad de atender otros asuntos determinantes de la seguridad internacional que incluyen factores clave para lograr la estabilidad y la paz mundial como: la pobreza, el desarrollo económico, el medio ambiente, el tráfico de armas, los derechos humanos, el terrorismo, el crimen transnacional, etc.
Justamente en este mes, México presidirá por séptima ocasión en su historia el CSONU. Dentro de los temas de la Agenda están: el ataque de Israel al barco que transportaba ayuda humanitaria a Gaza, los niños en los conflictos armados, las sanciones de los cinco miembros permanentes para Irán, como consecuencia de su negativa para abandonar su polémico Programa Nuclear y lo relativo a la crisis coreana (tema que tratamos hace poco en esta columna).
A penas en abril, nuestro país debatió acerca de la situación política en los países del Sahara Occidental, Haití y Somalia, preside el grupo de trabajo sobre niños y conflictos armados, respaldó la propuesta de incluir la perspectiva del género como un elemento importante en el concepto de la seguridad multidimensional, la cual se define como una necesidad de atender asuntos que pueden poner en peligro la seguridad de un país. México condenó que se viole el embargo de armas en Côte d'Ivoire, además de reiterar su compromiso con la Reforma al CSONU para hacerlo más transparente e incluir el tema de la rendición de cuentas.
Gracias a estas acciones podemos darnos cuenta de que nuestro país está participando de forma activa en los distintos foros internacionales, pero lo hace de una manera distinta a cómo funciona al interior. La política exterior debe ser un reflejo de la política interna de un país, no puede considerarse un ideal de lo que queremos ser (y no somos); si pedimos rendición de cuentas a nivel internacional debemos corresponder con una reforma similar a nivel interno, si secundamos la importancia de la equidad de género debemos respetar y fomentar los derechos de las mujeres, si criticamos las elecciones en algunos países de África debemos revisar nuestro sistema electoral y las irregularidades que acontecen en cada elección. Aún tenemos muchas lecciones que aprender, lástima que estamos a medio año de concluir nuestra participación. ¿Habrá tiempo para debatir y generar resoluciones sobre temas de interés para México como el Crimen Organizado Trasnacional o para pensar en mandar soldados mexicanos a las fuerzas de paz de Naciones Unidas o para acercarnos a Brasil aprovechando el escenario multilateral? En tan sólo seis meses lo sabremos, habrá que esperar.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 8 de junio de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 8 de junio de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 8 de junio 2010.
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Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 8 de junio de 2010
Reflexiones post-crisis
Las crisis globales son en todo momento fenómenos indeseables que alteran el entorno, expanden las grietas de los problemas mundiales, causan serios daños a los más necesitados y sin embargo representan el fin de un ciclo y el inicio de otro: un momento necesario para la transformación y un punto de inflexión preciso para el cambio en un contexto establecido.
La historia contemporánea brinda sostén al argumento anterior, las últimas dos grandes crisis mundiales han delineado las tendencias económicas que han seguido la mayoría de países. La primera, la de 1929/30, significó la llegada del “Modelo del estado de bienestar keynesiano” a la mayoría de países de Occidente, dejando en claro que el liberalismo económico ortodoxo perdía vigencia, que el Estado debía proveer de empleo a su ciudadanía y salvaguardar sus intereses con amplias políticas sociales.
La segunda crisis global que modificó el rumbo de las políticas económicas internacionales fue la de 1973, aquella crisis energética que fue alimentada por las diferentes tensiones políticas y terminó con el estado de bienestar keynesiano, dando lugar al Modelo económico neoliberal, mismo que se nutre de los postulados de dos premios nobel de economía: F.A. Hayek y Milton Friedman.
Particularmente la crisis financiera que ya pasó, puso en un serio debate la viabilidad del Modelo neoliberal, ya que el mismo ha sufrido una de sus máximas contradicciones: el país que exportó y refinó este modelo optó por brindar apoyo económico a sus empresas, rescató la Banca, posee acciones de decenas de unidades económicas que estuvieron en números rojos, y ha destinado más de setecientos mil millones de dólares para que la economía no colapse, evitando así un efecto domino en el tablero mundial.
Sabemos que la crisis financiera surgió como consecuencia de la especulación en el sector hipotecario norteamericano, el cual no brindó la información correcta a los inversores y derivó en una crisis global (cuyo último efecto se sintió en Grecia hace un par de semanas), con una caída en el ingreso real, el estancamiento económico y un aumento en los niveles de desempleo a nivel mundial. Esto significa que países como el nuestro no generaron riqueza, de forma que las altas tasas de desempleo y los despidos masivos son sinónimo de menor oportunidad para encontrar trabajo y mayor competencia entre los trabajadores, además de obstaculizar los esfuerzos mundiales para mejorar las condiciones de vida de la población del planeta como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Nos queda claro que las crisis no son permanentes; que la mejor manera de enfrentar una crisis fue estando conscientes de la realidad que ésta representa y no afrontarla con miedo, porque esa sensación humana tiende a cegar las propuestas, a crear una hipnosis que trunca, distorsiona y profundiza las problemáticas generadas por las crisis. Algún proverbio chino dice que toda crisis viene acompañada de oportunidad, que quienes sobreviven a las crisis gracias a su inventiva, a su creatividad se ven favorecidos en el momento en el que ésta pasa.
Hay que entender que el desarrollo no implica necesariamente un crecimiento económico, lo entendemos así porque es el dinero el que financia campañas de alfabetización, piso firme, construcción de escuelas e infraestructura, etc. Todos podemos favorecer a que en un momento de crisis, ese desarrollo sea posible, debemos ver al “estado estacionario de la economía” como una oportunidad para observar el panorama general, la organización de las cosas y para reorientar el rumbo, de tal forma que pondremos de manifiesto lo que funciona y podremos eliminar lo que no.
Aprendimos que es cuestión de actitud, y ningún evento, momento o crisis puede condicionar nuestra conducta, nuestra libertad de actuar, crear, innovar, proponer, y lanzar nuestros ideales a los distintos foros como una manifestación de que los ciudadanos del mundo no reconocemos fronteras en cuestión de problemáticas globales, lo que si reconocemos es la cooperación y la mutua responsabilidad de todos los Estados, de todos los gobiernos por actuar de manera vinculante, mediante la voz institucional de la sociedad civil internacional; nuestras autoridades, organismos y asociaciones para dar plena libertad a todos los seres humanos que se encuentran atrapados por los yugos de la pobreza, el hambre y el subdesarrollo.
ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 4 de junio 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 4 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 4 de junio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 6 de junio de 2010.
La historia contemporánea brinda sostén al argumento anterior, las últimas dos grandes crisis mundiales han delineado las tendencias económicas que han seguido la mayoría de países. La primera, la de 1929/30, significó la llegada del “Modelo del estado de bienestar keynesiano” a la mayoría de países de Occidente, dejando en claro que el liberalismo económico ortodoxo perdía vigencia, que el Estado debía proveer de empleo a su ciudadanía y salvaguardar sus intereses con amplias políticas sociales.
La segunda crisis global que modificó el rumbo de las políticas económicas internacionales fue la de 1973, aquella crisis energética que fue alimentada por las diferentes tensiones políticas y terminó con el estado de bienestar keynesiano, dando lugar al Modelo económico neoliberal, mismo que se nutre de los postulados de dos premios nobel de economía: F.A. Hayek y Milton Friedman.
Particularmente la crisis financiera que ya pasó, puso en un serio debate la viabilidad del Modelo neoliberal, ya que el mismo ha sufrido una de sus máximas contradicciones: el país que exportó y refinó este modelo optó por brindar apoyo económico a sus empresas, rescató la Banca, posee acciones de decenas de unidades económicas que estuvieron en números rojos, y ha destinado más de setecientos mil millones de dólares para que la economía no colapse, evitando así un efecto domino en el tablero mundial.
Sabemos que la crisis financiera surgió como consecuencia de la especulación en el sector hipotecario norteamericano, el cual no brindó la información correcta a los inversores y derivó en una crisis global (cuyo último efecto se sintió en Grecia hace un par de semanas), con una caída en el ingreso real, el estancamiento económico y un aumento en los niveles de desempleo a nivel mundial. Esto significa que países como el nuestro no generaron riqueza, de forma que las altas tasas de desempleo y los despidos masivos son sinónimo de menor oportunidad para encontrar trabajo y mayor competencia entre los trabajadores, además de obstaculizar los esfuerzos mundiales para mejorar las condiciones de vida de la población del planeta como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Nos queda claro que las crisis no son permanentes; que la mejor manera de enfrentar una crisis fue estando conscientes de la realidad que ésta representa y no afrontarla con miedo, porque esa sensación humana tiende a cegar las propuestas, a crear una hipnosis que trunca, distorsiona y profundiza las problemáticas generadas por las crisis. Algún proverbio chino dice que toda crisis viene acompañada de oportunidad, que quienes sobreviven a las crisis gracias a su inventiva, a su creatividad se ven favorecidos en el momento en el que ésta pasa.
Hay que entender que el desarrollo no implica necesariamente un crecimiento económico, lo entendemos así porque es el dinero el que financia campañas de alfabetización, piso firme, construcción de escuelas e infraestructura, etc. Todos podemos favorecer a que en un momento de crisis, ese desarrollo sea posible, debemos ver al “estado estacionario de la economía” como una oportunidad para observar el panorama general, la organización de las cosas y para reorientar el rumbo, de tal forma que pondremos de manifiesto lo que funciona y podremos eliminar lo que no.
Aprendimos que es cuestión de actitud, y ningún evento, momento o crisis puede condicionar nuestra conducta, nuestra libertad de actuar, crear, innovar, proponer, y lanzar nuestros ideales a los distintos foros como una manifestación de que los ciudadanos del mundo no reconocemos fronteras en cuestión de problemáticas globales, lo que si reconocemos es la cooperación y la mutua responsabilidad de todos los Estados, de todos los gobiernos por actuar de manera vinculante, mediante la voz institucional de la sociedad civil internacional; nuestras autoridades, organismos y asociaciones para dar plena libertad a todos los seres humanos que se encuentran atrapados por los yugos de la pobreza, el hambre y el subdesarrollo.
ignacio_pareja@yahoo.com.mx
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 4 de junio 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 4 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 4 de junio de 2010
Diarios: Primera Hora, Última Hora y Ahora. Nuevo Laredo, Tamaulipas. 6 de junio de 2010.
viernes, 4 de junio de 2010
¿Para qué nos cuentan?
Este 31 de mayo arrancó el Censo Nacional de Población y Vivienda en su edición 2010. Este complejo ejercicio estadístico tiene como objetivo “producir información sociodemográfica y económica básica” la cual permitirá mantenernos actualizados a los mexicanos en aspectos propios de las características de la población como la distribución de la misma en el territorio nacional, la composición de acuerdo a la edad o el sexo, y la más importante, el tamaño de la población.
Este conteo sirve para que el gobierno tenga la información necesaria para conocer de manera más clara la realidad nacional y con ello poder desarrollar estrategias y programas de políticas públicas que estén conforme a los datos estadísticos.
De acuerdo con el presidente del INEGI (institución que organiza el Censo), el doctor Eduardo Sojo, este conteo “es el mayor esfuerzo […] en nuestro país para generar información”. En México hemos ejercido la labor censal desde hace más de cien años, ya que el primer conteo nacional ocurrió en 1885, y desde 1900 se ha llevado a cabo cada diez años, con excepción del Censo de 1920 que se celebró un año más tarde.
El aprendizaje acerca del contenido, extensión y ejecución del cuestionario básico y de los datos que de éste derivan ha ido evolucionando junto con la sociedad. Por ejemplo, a mediados del siglo pasado se adhirió el tema de la vivienda y tres décadas más tarde la información de los hogares.
Hoy en día la innovación estadística radica en información acerca de los teléfonos móviles que existan en las viviendas y el servicio de internet. Además se informará acerca del contexto: si hay banqueta en la calle, arboles, pavimento, rampa de discapacitados, eso habla a final de cuentas de los cuidados y servicios que brindan las administraciones públicas locales, sean municipales, o estatales. Con ello podremos medir el nivel de desarrollo de ciertas localidades y su compromiso con el medio ambiente y con la población con capacidades distintas. Por ello, el director del organismo autónomo confía en que este Censo será el que mayor diversidad de información dará en la historia de México.
Sin embargo, este Conteo ocurre en un momento “especial” del acontecer nacional; la inseguridad provocada por la guerra contra el crimen organizado, razón por la cual, varias entidades federativas arrancaron el Censo de Población con operativos conjuntos de seguridad, eso no ocurrió en el año 2000 o en 1990. Además habrá especial cuidado en el manejo y confidencialidad de la información, para asegurarse de que no caigan en manos equivocadas (como ya ha ocurrido recientemente con otras instituciones públicas).
¿Por qué son importantes los Censos para la población en general? Más allá de la información que puede ser útil al gobierno para formular políticas públicas, los conteos nacionales nos ayudan a conocer la realidad nacional desde una óptica estadística, nos apoyan en la contextualización de nuestro país en conjunto, con ello podemos saber el lugar que jugamos y que jugaremos en la arena internacional.
Los datos le sirven a empresas, instituciones públicas, a los Consejos Estatales de Población, a Organismos Internacionales, ONG’s, etc. Nos sirven a los analistas para aclarar nuestra visión de forma panorámica acerca de los avances y retrocesos en la calidad de vida de la población, nos permiten en general a los mexicanos hacer comparativos en tres tiempos distintos con las mismas variables estadísticas: cómo estábamos, cómo estamos y cómo estaremos.
Estas tres preguntas son muy importantes, por ejemplo, para la evaluación del trabajo de los gobiernos, pues nos permiten generar un diagnóstico de los cambios, avances y retrocesos que han derivado en la población a partir de la instauración de políticas específicas. Los datos del Censo son la herramienta ideal para sostener un argumento sobre la base de los hechos, más allá de la retorica, por ello fue preponderante descentralizar al INEGI del gobierno, para darle la autonomía necesaria y la capacidad de brindar datos que pueden demostrar la ineficacia de las distintas administraciones públicas.
El Censo requiere de un despliegue impresionante de personal, en esta ocasión de cerca de 180 mil personas, de una estrategia coordinada entre los encuestadores, sus supervisores y los trabajadores del INEGI. Se generará una base de datos de gran magnitud que nos servirá a muchos mexicanos a seguir estudiando nuestro país, con el complejo afán de concebir un programa exhaustivo con base en estos datos, que puede derivar en políticas de diverso índole en pro del desarrollo del país. Participemos de manera objetiva en este importante ejercicio estadístico del 31 de mayo al 25 de junio.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Sucesos Monterrey. Monterrey Nuevo León. 31 de mayo de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 1 de junio 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 1 de junio de 2010.
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 1 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 1 de junio de 2010
Este conteo sirve para que el gobierno tenga la información necesaria para conocer de manera más clara la realidad nacional y con ello poder desarrollar estrategias y programas de políticas públicas que estén conforme a los datos estadísticos.
De acuerdo con el presidente del INEGI (institución que organiza el Censo), el doctor Eduardo Sojo, este conteo “es el mayor esfuerzo […] en nuestro país para generar información”. En México hemos ejercido la labor censal desde hace más de cien años, ya que el primer conteo nacional ocurrió en 1885, y desde 1900 se ha llevado a cabo cada diez años, con excepción del Censo de 1920 que se celebró un año más tarde.
El aprendizaje acerca del contenido, extensión y ejecución del cuestionario básico y de los datos que de éste derivan ha ido evolucionando junto con la sociedad. Por ejemplo, a mediados del siglo pasado se adhirió el tema de la vivienda y tres décadas más tarde la información de los hogares.
Hoy en día la innovación estadística radica en información acerca de los teléfonos móviles que existan en las viviendas y el servicio de internet. Además se informará acerca del contexto: si hay banqueta en la calle, arboles, pavimento, rampa de discapacitados, eso habla a final de cuentas de los cuidados y servicios que brindan las administraciones públicas locales, sean municipales, o estatales. Con ello podremos medir el nivel de desarrollo de ciertas localidades y su compromiso con el medio ambiente y con la población con capacidades distintas. Por ello, el director del organismo autónomo confía en que este Censo será el que mayor diversidad de información dará en la historia de México.
Sin embargo, este Conteo ocurre en un momento “especial” del acontecer nacional; la inseguridad provocada por la guerra contra el crimen organizado, razón por la cual, varias entidades federativas arrancaron el Censo de Población con operativos conjuntos de seguridad, eso no ocurrió en el año 2000 o en 1990. Además habrá especial cuidado en el manejo y confidencialidad de la información, para asegurarse de que no caigan en manos equivocadas (como ya ha ocurrido recientemente con otras instituciones públicas).
¿Por qué son importantes los Censos para la población en general? Más allá de la información que puede ser útil al gobierno para formular políticas públicas, los conteos nacionales nos ayudan a conocer la realidad nacional desde una óptica estadística, nos apoyan en la contextualización de nuestro país en conjunto, con ello podemos saber el lugar que jugamos y que jugaremos en la arena internacional.
Los datos le sirven a empresas, instituciones públicas, a los Consejos Estatales de Población, a Organismos Internacionales, ONG’s, etc. Nos sirven a los analistas para aclarar nuestra visión de forma panorámica acerca de los avances y retrocesos en la calidad de vida de la población, nos permiten en general a los mexicanos hacer comparativos en tres tiempos distintos con las mismas variables estadísticas: cómo estábamos, cómo estamos y cómo estaremos.
Estas tres preguntas son muy importantes, por ejemplo, para la evaluación del trabajo de los gobiernos, pues nos permiten generar un diagnóstico de los cambios, avances y retrocesos que han derivado en la población a partir de la instauración de políticas específicas. Los datos del Censo son la herramienta ideal para sostener un argumento sobre la base de los hechos, más allá de la retorica, por ello fue preponderante descentralizar al INEGI del gobierno, para darle la autonomía necesaria y la capacidad de brindar datos que pueden demostrar la ineficacia de las distintas administraciones públicas.
El Censo requiere de un despliegue impresionante de personal, en esta ocasión de cerca de 180 mil personas, de una estrategia coordinada entre los encuestadores, sus supervisores y los trabajadores del INEGI. Se generará una base de datos de gran magnitud que nos servirá a muchos mexicanos a seguir estudiando nuestro país, con el complejo afán de concebir un programa exhaustivo con base en estos datos, que puede derivar en políticas de diverso índole en pro del desarrollo del país. Participemos de manera objetiva en este importante ejercicio estadístico del 31 de mayo al 25 de junio.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Sucesos Monterrey. Monterrey Nuevo León. 31 de mayo de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 1 de junio 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 1 de junio de 2010.
El Imparcial. Oaxaca, Oaxaca. 1 de junio de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 1 de junio de 2010
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