jueves, 6 de mayo de 2010

Detrás de la Ley Arizona

El American Dream of life es un ideal de vida, no una característica física. La nacionalidad hoy en día también lo es; en una época como la que estamos viviendo es casi imposible reconocer el origen de una persona sólo con mirarlo.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su preámbulo establece un elemento intrínseco en todo ser humano: el reconocimiento de la dignidad y de los derechos iguales e inalienables de todo ciudadano del planeta. Este mismo documento, que se firmara el 10 de diciembre de 1945, en su artículo 2 dice que “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
Sin embargo, el artículo que más llama la atención, en este caso un hueco legislativo que dejaron a la interpretación los redactores de la Declaración, fue el artículo 13, donde se establece que “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”. Además que “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
Sobre la base de este artículo se encuentra el amparo de los migrantes, pero pese a que la Declaración tiene un ámbito de aplicación universal, es uno de los documentos internacionales que menos se cumplen en el mundo.
Con la Ley Arizona no sólo se violan los artículos anteriores, sino se manifiesta una estrategia hostil de un Estado de la Unión Americana hacia los pueblos de América Latina en general.
Sin duda, será difícil ubicar a los mexicanos (indocumentados) de los mexico-americanos pues son completamente iguales, incluso los latinos en general compartimos tantos rasgos físicos que entre nosotros nos reconocemos como “paisanos” de una misma región y origen. Hoy en día ha quedado obsoleta la idea de que a una persona se le reconoce su nacionalidad sólo por su físico.
Entonces, ¿por qué los mexicanos miramos hacia el norte que no comparte características con nosotros? Quizá porque en el sur aún no tienen un desarrollo suficiente para apalancarnos, porque nuestros hermanos de Sudamérica se empujan poco a poco y avanzan, pero aún hoy, el desarrollo es un proceso todavía lejano.
El tema de la migración internacional es un dilema incluso para los latinos estadunidenses, muchos de los cuales apoyan varias propuestas del Partido Republicano para frenar la migración, por el miedo que representan más latinos en un lugar donde la oferta de empleos es limitada.
Es importante tener presente que la ley no es impulsada sólo por la gobernadora Brewer, sino por un grupo de políticos, empresarios y miembros de la sociedad civil que la respaldan, y la apoyaron al momento de plantear la ley; en EE.UU. existen fuertes grupos político-empresariales que son altamente conservadores y racistas.
Hace un par de días se hicieron enmiendas a la ya famosa “Ley Arizona”, se ha “suavizado”, de manera que las personas ya no podrán ser identificados por su condición racial, sino que se les identificará hasta el momento en que comentan alguna infracción a la ley, pero mantiene las sanciones hacia los contratistas de migrantes; la ley pretende aislarlos para que no tengan otra alternativa más que volver a sus países o abaratar a niveles mínimos el precio de su trabajo, pese a que ellos necesitan de la mano de obra migrante para mantener a flote su economía.
El presidente Barack Obama ha aplazado la reforma migratoria, ¿por qué? Porque quizá lo que ocurre en Arizona no es un suceso aislado; el racismo y la xenofobia aún sigue latente en la comunidad blanca de EE.UU., en todas esas personas que soportan las candidaturas de los republicanos, incluso en aquellos mexico-americanos que no quieren abrir a la competencia puestos laborales que les costó mucho ganar. ¿Cuál será el motivador económico de este asunto?
En EE.UU. todavía están valorando qué tan importante es la mano de obra migrante para la economía estadunidense. Sabemos por las leyes económicas, que cada restricción al trabajo indocumentado es sinónimo de reducción del salario pagado, debido al riesgo que representa contratar mano de obra ilegal. Quizá esa es la estrategia de las empresas y del gobierno norteamericano; pagar sueldos de miseria que no se sostienen sobre la base de la productividad, ni de la seguridad social, sino que lo hacen sobre la base del miedo y la incertidumbre de un grupo de hombres, mujeres, jóvenes y niños que han huido de su patria con el afán de mejorar sus niveles de vida, una tarea que no sólo les corresponde a ellos, sino que es el objetivo fundamental de cualquier Estado.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos:
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión.4 de mayo 2010.Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 5 de mayo de 2010.
Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 5 de mayo de 2010.
Sucesos Monterrey. Monterrey Nuevo León. 4 de mayo de 2010.


No hay comentarios:

Publicar un comentario