Pareciera que es un ejercicio sencillo rememorar los acontecimientos más importantes ocurridos durante un año, muchos creerán que hacer una síntesis de lo que ha pasado en el mundo durante este periodo de tiempo es información estática, un mero estudio monográfico que carece de análisis. Sin embargo recordar lo acontecido en un año es un ejercicio de aprendizaje, donde observamos con cautela los aciertos, las situaciones y los errores que hemos vivido como sociedad internacional, y que se encuentran inmersos en una memoria histórica que todo individuo debe tener presente a la hora de emitir una opinión que tenga influencia en nuestra vida diaria.
2009 fue un año difícil para los mexicanos y para los ciudadanos del mundo, este año fue testigo de una de las crisis económicas más arduas, la cual se vio reflejada en el decremento y poco crecimiento económico de la mayoría de países del mundo (con algunas excepciones como China y algunos países del sudeste asiático). También nos pegó la crisis sanitaria de la influenza AH1N1, la cual agravó sus efectos como consecuencia del miedo, la especulación y desinformación que crearon los medios de comunicación y los distintos gobiernos que emprendieron medidas exageradas, incluso discriminatorias, cuando debían institucionalizarse disposiciones sencillas como lavarse las manos de manera seguida, no saludar de beso y dar seguimiento a fiebre mayor a los 38 grados.
Los que seguimos la noticia, más allá de una curiosidad intelectual, hemos sido testigos de eventos que dan sostén al argumento de que el mundo está desfasado, que todavía como sociedad internacional no hemos encontrado el equilibrio, pues estamos en medio de un proceso de ajuste, de nivelación de fuerzas. Lo vemos en casi todos los continentes, por ejemplo en Asia donde China es líder en cuestión de constancia de su crecimiento económico, pero ha vivido crisis sociales como las manifestaciones étnicas en Urumqi, las cuales cobraron centenales de vidas de las etnias Han y Uigur. Corea del Norte, pese a los “avances” en las negociaciones para desarticular sus “procesos” en misiles nucleares volvió a dar muestras de su desencanto contra EE.UU., justo cuando el ahora ganador del premio nobel a la paz, Barack Obama visitaba China con el objetivo de mejorar los términos comerciales, hoy deficitarios para el coloso de América.
Cerca de la región de Medio Oriente los conflictos siguen presentes, hemos escuchados de bombazos en Israel, Pakistán, India, Afganistán e Irak, estos dos últimos aún “ocupados” por la milicia que comandan los norteamericanos. La situación se recrudece si observamos que estos países -hostiles- son propietarios de armas nucleares (India, Pakistán e Israel), además todo parece indicar que Irán quiere unirse al club, pues se ha negado a detener su programa nuclear ante las múltiples demandas de Foros Internacionales como la Agencia Internacional de Energía Atómica, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en referencia a dar marcha atrás en sus intensiones de desarrollo nuclear.
En Europa hemos visto cierta tranquilidad y avances significativos en materia de políticas comunes como la consolidación del proceso de integración, el cual se refleja en la Carta de Derechos del euro ciudadano, y en la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, donde se le da personalidad jurídica a la UE. Todo esto en un ambiente de estancamiento económico y contradicciones en referencia a las relaciones de sus miembros con el todavía país más poderoso del mundo, EE.UU.
En nuestra región, América Latina, también hemos visto éxitos, quizá no tan vinculantes como los europeos, pero son avances sencillos en materia de integración. Desafortunadamente estos esfuerzos han sido consecuencia de disputas y reclamos entre distintos países, quienes han visto a la Comunidad Sudamericana de Naciones, a la Organización de Estados Americanos y a las distintas Convenciones, como foros para reclamar y exaltar las diferencias entre nuestros pueblos, como en el caso de las disputas entre Colombia y Venezuela por los vínculos de este último con las FARC, de Chile (que celebró elecciones en este mes) y Perú por la cuestión del espionaje o el caso del golpe de Estado en Honduras y las elecciones en aquel país, tópico que aún hoy no encuentra un consenso en las opiniones latinoamericanas.
También tenemos en la región a un Brasil que liderea en cuestión económica, que es un pionero en biocombustibles, que tiene un comercio diversificado, que paso de ser deudor a acreedor de los organismos financieros internacionales, y por si fuera poco ha ganado la elección para los juegos olímpicos de 2016 los cuales tendrán lugar en Rio de Janeiro, la ciudad del carnaval, la samba y las famosas favelas.
En referencia a México podemos decir que hemos sido bombardeados por una serie de acontecimientos simultáneos que han puesto ha prueba la efectividad del gobierno y de los mexicanos para tratar –al mismo tiempo- una crisis económica devastadora junto con una crisis sanitaria mundial que tuvo sus primeras manifestaciones en suelo mexicano, la influenza AH1N1. Estas crisis no es lo único que nos preocupa a los mexicanos, pues observamos un aumento en la violencia, producto de la tan aplaudida internacionalmente “guerra” contra el narco y el crimen organizado (estos si son sinónimos), la cual ha causado centenares de muertes en casi todo el territorio nacional, dejando en claro que la estrategia del gobierno no es desaparecer al crimen organizado, si no desgastarlo, para mejorar los márgenes de ganancia a la hora de una negociación por la paz de nuestro país.
También hemos sido testigos de la impunidad de nuestros servidores públicos, quienes encabezan la lista de “los más corruptos de América Latina” y están en niveles por debajo de Guatemala y el Salvador. Lo comprobamos en el fatal caso de la guardería ABC, donde aún no hay responsables ni detenidos, y aunque el gobierno federal crea que el tiempo hará que los mexicanos lo olvidemos, puede estar seguro de que no será así.
Tenemos una nueva mayoría en el congreso, el PRI volvió a San Lázaro gracias a los votos de algunos ciudadanos, quienes ante la ineficacia del gobierno actual, prefieren al “malo por conocido” que al “bueno por conocer”, todo esto en los inicios de la carrera para el 2012, por lo pronto ya quitaron varios de los candados que tenían los gobiernos estatales para el manejo de sus finanzas, esperemos que estos recursos sean utilizados para el desarrollo de sus Estados y no para amarrar la próxima elección.
No todo ha sido malas noticias, este 2009 celebramos cincuenta y dos años del inicio de una nueva era, con el lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, el Sputnik 1, también festejamos 20 años de la caída del muro de Berlín, hecho marcó el fin de la era bipolar y el comienzo de un acercamiento sin precedentes entre EE.UU. y Rusia, países que hoy en día tienen una relación bilateral más comunicada, envuelta en un ambiente de respeto y cordialidad, gracias a las intensiones de Medvédev y Obama para continuar el programa de reducción de ojivas nucleares y detener la construcción de un escudo antimisiles norteamericano, que se planeaba instalar en Europa del Este.
Cada final de año es un momento excelente para la reflexión, es una buena oportunidad para observar lo que ha acontecido y aprender de nuestros errores, aciertos y experiencias, recordemos que los grandes cambios sólo pueden ser empujados por la colectividad, por la suma de intensiones individuales y por la propuesta constructiva, como decía Albert Einstein, uno de los grandes pensadores del siglo pasado: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, la voluntad”. En nuestras manos está hacer del 2010 un mejor año, ojala así sea.
Agradecemos el apoyo y debate de nuestro colega internacionalista Helio P.A.
*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Información y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
2009 fue un año difícil para los mexicanos y para los ciudadanos del mundo, este año fue testigo de una de las crisis económicas más arduas, la cual se vio reflejada en el decremento y poco crecimiento económico de la mayoría de países del mundo (con algunas excepciones como China y algunos países del sudeste asiático). También nos pegó la crisis sanitaria de la influenza AH1N1, la cual agravó sus efectos como consecuencia del miedo, la especulación y desinformación que crearon los medios de comunicación y los distintos gobiernos que emprendieron medidas exageradas, incluso discriminatorias, cuando debían institucionalizarse disposiciones sencillas como lavarse las manos de manera seguida, no saludar de beso y dar seguimiento a fiebre mayor a los 38 grados.
Los que seguimos la noticia, más allá de una curiosidad intelectual, hemos sido testigos de eventos que dan sostén al argumento de que el mundo está desfasado, que todavía como sociedad internacional no hemos encontrado el equilibrio, pues estamos en medio de un proceso de ajuste, de nivelación de fuerzas. Lo vemos en casi todos los continentes, por ejemplo en Asia donde China es líder en cuestión de constancia de su crecimiento económico, pero ha vivido crisis sociales como las manifestaciones étnicas en Urumqi, las cuales cobraron centenales de vidas de las etnias Han y Uigur. Corea del Norte, pese a los “avances” en las negociaciones para desarticular sus “procesos” en misiles nucleares volvió a dar muestras de su desencanto contra EE.UU., justo cuando el ahora ganador del premio nobel a la paz, Barack Obama visitaba China con el objetivo de mejorar los términos comerciales, hoy deficitarios para el coloso de América.
Cerca de la región de Medio Oriente los conflictos siguen presentes, hemos escuchados de bombazos en Israel, Pakistán, India, Afganistán e Irak, estos dos últimos aún “ocupados” por la milicia que comandan los norteamericanos. La situación se recrudece si observamos que estos países -hostiles- son propietarios de armas nucleares (India, Pakistán e Israel), además todo parece indicar que Irán quiere unirse al club, pues se ha negado a detener su programa nuclear ante las múltiples demandas de Foros Internacionales como la Agencia Internacional de Energía Atómica, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en referencia a dar marcha atrás en sus intensiones de desarrollo nuclear.
En Europa hemos visto cierta tranquilidad y avances significativos en materia de políticas comunes como la consolidación del proceso de integración, el cual se refleja en la Carta de Derechos del euro ciudadano, y en la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, donde se le da personalidad jurídica a la UE. Todo esto en un ambiente de estancamiento económico y contradicciones en referencia a las relaciones de sus miembros con el todavía país más poderoso del mundo, EE.UU.
En nuestra región, América Latina, también hemos visto éxitos, quizá no tan vinculantes como los europeos, pero son avances sencillos en materia de integración. Desafortunadamente estos esfuerzos han sido consecuencia de disputas y reclamos entre distintos países, quienes han visto a la Comunidad Sudamericana de Naciones, a la Organización de Estados Americanos y a las distintas Convenciones, como foros para reclamar y exaltar las diferencias entre nuestros pueblos, como en el caso de las disputas entre Colombia y Venezuela por los vínculos de este último con las FARC, de Chile (que celebró elecciones en este mes) y Perú por la cuestión del espionaje o el caso del golpe de Estado en Honduras y las elecciones en aquel país, tópico que aún hoy no encuentra un consenso en las opiniones latinoamericanas.
También tenemos en la región a un Brasil que liderea en cuestión económica, que es un pionero en biocombustibles, que tiene un comercio diversificado, que paso de ser deudor a acreedor de los organismos financieros internacionales, y por si fuera poco ha ganado la elección para los juegos olímpicos de 2016 los cuales tendrán lugar en Rio de Janeiro, la ciudad del carnaval, la samba y las famosas favelas.
En referencia a México podemos decir que hemos sido bombardeados por una serie de acontecimientos simultáneos que han puesto ha prueba la efectividad del gobierno y de los mexicanos para tratar –al mismo tiempo- una crisis económica devastadora junto con una crisis sanitaria mundial que tuvo sus primeras manifestaciones en suelo mexicano, la influenza AH1N1. Estas crisis no es lo único que nos preocupa a los mexicanos, pues observamos un aumento en la violencia, producto de la tan aplaudida internacionalmente “guerra” contra el narco y el crimen organizado (estos si son sinónimos), la cual ha causado centenares de muertes en casi todo el territorio nacional, dejando en claro que la estrategia del gobierno no es desaparecer al crimen organizado, si no desgastarlo, para mejorar los márgenes de ganancia a la hora de una negociación por la paz de nuestro país.
También hemos sido testigos de la impunidad de nuestros servidores públicos, quienes encabezan la lista de “los más corruptos de América Latina” y están en niveles por debajo de Guatemala y el Salvador. Lo comprobamos en el fatal caso de la guardería ABC, donde aún no hay responsables ni detenidos, y aunque el gobierno federal crea que el tiempo hará que los mexicanos lo olvidemos, puede estar seguro de que no será así.
Tenemos una nueva mayoría en el congreso, el PRI volvió a San Lázaro gracias a los votos de algunos ciudadanos, quienes ante la ineficacia del gobierno actual, prefieren al “malo por conocido” que al “bueno por conocer”, todo esto en los inicios de la carrera para el 2012, por lo pronto ya quitaron varios de los candados que tenían los gobiernos estatales para el manejo de sus finanzas, esperemos que estos recursos sean utilizados para el desarrollo de sus Estados y no para amarrar la próxima elección.
No todo ha sido malas noticias, este 2009 celebramos cincuenta y dos años del inicio de una nueva era, con el lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, el Sputnik 1, también festejamos 20 años de la caída del muro de Berlín, hecho marcó el fin de la era bipolar y el comienzo de un acercamiento sin precedentes entre EE.UU. y Rusia, países que hoy en día tienen una relación bilateral más comunicada, envuelta en un ambiente de respeto y cordialidad, gracias a las intensiones de Medvédev y Obama para continuar el programa de reducción de ojivas nucleares y detener la construcción de un escudo antimisiles norteamericano, que se planeaba instalar en Europa del Este.
Cada final de año es un momento excelente para la reflexión, es una buena oportunidad para observar lo que ha acontecido y aprender de nuestros errores, aciertos y experiencias, recordemos que los grandes cambios sólo pueden ser empujados por la colectividad, por la suma de intensiones individuales y por la propuesta constructiva, como decía Albert Einstein, uno de los grandes pensadores del siglo pasado: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, la voluntad”. En nuestras manos está hacer del 2010 un mejor año, ojala así sea.
Agradecemos el apoyo y debate de nuestro colega internacionalista Helio P.A.
*Internacionalista, idealista y libre promotor del cambio.
Información y contacto: ignacio_pareja@yahoo.com.mx
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