lunes, 23 de junio de 2014

Irak, la supervivencia de un Estado

La supervivencia de un Estado se basa principalmente en la afinidad de sus componentes más básicos: el territorio, el gobierno, la población y el reconocimiento internacional. De éstos, tanto la población como el reconocimiento representan las variables más importantes, ya que ambas son altamente persuasibles por otros agentes cuyos intereses pueden afectar la estabilidad del país.
Para cualquier gobierno es imprescindible tener el control de todas las variables que intervienen en la ecuación del Estado, de manera que quien lo encabece debe pensar de forma estratégica, tomando en cuenta que, para mantener alineados un considerable número de voluntades se necesita compartir un objetivo común, que bien puede interpretarse mediante el anhelo de tener una convivencia pacifica, el combate de un enemigo tradicional o el estar subordinados ante la voluntad de un solo individuo.
La falta de este objetivo en común puede explicar las razones por las cuales Rusia pudo anexarse la península de Crimea, arguyendo la existencia de cierta afinidad cultural, representada por la herencia del lenguaje, un elemento que han sabido exportar los rusos a otras determinaciones geográficas como Mongolia, con lo cual se deja abierto el paréntesis respecto a las intenciones de dominio del país mas grande del mundo.
La tibia respuesta de EE UU hacia este tipo de eventos, aunado a su retirada paulatina de Medio Oriente, han contribuido a que la afinidad cultural resurja como una importante amalgama para la estabilidad o inestabilidad de las naciones en aquella parte del mundo.
El ejemplo mas emblemático es Irak, un Estado conformado principalmente por tres etnias altamente distantes entre sí: los sunitas, los chiitas y los kurdos, cuyo elemento de unión hasta antes de la intervención norteamericana era la dictadura de Saddam Hussein.
Después de que los líderes del mundo libre “liberaran” de Hussein a los herederos de la cuna de la civilización, introduciéndolos al paradigma de la democracia, Irak ha sufrido las consecuencias de los desacuerdos y los choques que derivan de tener una gran cantidad de intereses encontrados dentro de una sola idea de Estado, de manera que los líderes de las etnias se han manifestado en favor de una nueva configuración geográfica para Irak, arguyendo que existían mejores condiciones antes de la llegada de la democracia.
Ante este escenario de inestabilidad, es importante preguntarse ¿Cómo está hoy en día Irak en términos sociales, económicos y políticos? Irak es un país de poco mas de 32 millones de personas cuya composición étnica es árabe (75-80%) y kurda (15-20%) principalmente. Es un país netamente musulmán, donde 6 de cada 10 habitantes son chiítas, mientras que un tercio de su población son sunitas.
En términos económicos Irak ha mantenido un crecimiento del 7.2% en los últimos cinco años (2009-2013 FMI). Su inflación esta perfectamente controlada (2%), aunque su tasa de desempleo es alta (16%). No es un país pobre, pues cuenta con superávit comercial de aproximadamente 30 mil millones de dólares, los cuales obtiene de su mayor producto de exportación; el petróleo, que le representan 9 de cada 10 dólares que entran al país. Sus principales socios comerciales son EE UU, India y China quienes concentran mas del cincuenta por ciento de las exportaciones iraquíes y quienes son los tres mayores consumidores de energéticos a nivel mundial.
Es interesante notar que desde la intervención norteamericana en 2003, este país ha tenido un crecimiento económico promedio por encima del 6.5 por ciento (FMI), lo cual nos puede indicar dos cosas: que su actividad económica no se ha visto amenazada por la inestabilidad política que sufre desde entonces el país, o, que su actividad económica esta perfectamente protegida, de manera que lo que ocurre en las ciudades iraquíes no tiene ningún efecto en las plataformas petroleras, en los puertos o en las refinerías.
Tanto la cartografía, como las relaciones comerciales y la composición de su población son buenos referentes para tener una noción del estado de las relaciones internacionales de Irak. Este país se localiza prácticamente en el corazón de Medio Oriente, colindando con Estados altamente inestables como Irán, Jordania y Siria, pero también con otros que son “cercanos” a Occidente como Arabia Saudita, Turquía y Kuwait.
Como si fuera un tablero de ajedrez, Irak ha vuelto a ser el epicentro del enfrentamiento de sectas cuyas diferencias van mas allá de su propia cultura, pues se enfocan a sus alianzas políticas y a los efectos positivos que derivarían de dominar el territorio iraquí. Una Irak chiita es peligrosa para Arabia Saudita y para los Kurdos, pero cercana a Irán y a los rebeldes sirios. Una Irak sunita representaría un enorme peligro para Teherán. Un país inestable, que afecte los intereses de los amantes del petróleo, es indeseable para los más poderosos, cuya intervención solo profundizaría las cicatrices que tiene la población iraquí, el único agente sin capacidad de decisión y desafortunadamente el gran actor afectado.

Fuentes de información: The World Factbook CIA y Fondo Monetario Internacional.


© Ignacio Pareja Amador, publicado en diversos periódicos y medios informativos en Latinoamérica. Junio 2014.

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