sábado, 8 de octubre de 2011

Ellos también son el presente de México

Ha quedado más que claro que los jóvenes formamos parte del presente de la vida nacional. Ha sido una exigencia que se ha alimentado del espíritu, impulso y energía que los jóvenes han demostrado sobre la base del esfuerzo y la dedicación. Gracias a ello hemos logrado difundir la idea de que la juventud constituye uno de los pilares para el crecimiento y desarrollo de cualquier nación. Este sentimiento de presencia, de representación busca fomentar mayores oportunidades para este grupo de edad (15 a 29 años), el cual se ubica en un momento poblacional muy particular para el país: Aprovechar el bono demográfico puede ser la última oportunidad que tengamos para impulsar un crecimiento sostenido, es el camino más sencillo para alcanzar el desarrollo.

Sin embargo, el hacer esta afirmación no debe significar que los demás grupos de edad no existan o tengan menor importancia. Tanto los adultos que son el grupo poblacional que domina las principales posiciones de poder y riqueza, hasta los niños y adultos mayores son el presente de México y viven como los jóvenes problemáticas particulares que los imposibilitan de tener mejores condiciones de vida.

En esta ocasión, aprovechando la conmemoración del “Día del Abuelo” hablaremos de nuestros adultos mayores, quienes se perciben como el pasado del país, pero que pueden jugar un mayor papel en esta difícil tarea de gobernar un país que parece ingobernable.

Los datos del último Censo de Población y Vivienda, realizado por el INEGI, nos brindan una gráfica poblacional referente a los adultos mayores, la cual nos indica que para 2010 había en México poco más de 10 millones de habitantes mayores de 60 años, el 53% eran mujeres (5.375 millones) y 47% eran hombres (4.679 millones). Para términos prácticos 9 de cada 100 mexicanos son adultos mayores. Esta población guarda un legado muy importante para el país ya que el 9.5% de ellos habla alguna lengua indígena, mientras que a nivel nacional sólo el 6.5% de la población mayor de tres años posee esta cualidad lingüística.

También es muy importante reconocer la participación de los adultos mayores en la economía, ya que casi el 32% de ellos (3.193 millones) forman parte de la Población Económicamente Activa, siendo que el 96% de éstos se encuentran ocupados en alguna actividad productiva. El resto de esta población tiene la condición de Población no Económicamente Activa, pues se dedican a labores del hogar o están jubilados principalmente.

En este tenor, al observar los datos referentes a las condiciones de derechohabiencia a los servicios de salud, o sea quienes cuentan con seguridad social, podemos decir que el 71.4% es derechohabiente a alguna institución pública (IMSS, ISSSTE o Seguro Popular, etc.) o a alguna privada. Sin embargo el 28%, unos 2.8 millones no cuentan con alguna protección social, lo cual no es para nada una condición optima.

En materia de migración sabemos que son el grupo poblacional con menor intensidad para mudarse de entidad, ya que el 97.7% dijo vivir en la misma residencia en 2005, el 1.5% mencionó estar en una entidad diferente a la actual y tan sólo el 0.4% dijo estar en EE.UU., el país que concentra mayor número de connacionales en el extranjero.

Los grandes pendientes que tenemos la sociedad con este grupo de edad son diversos, aún hoy en día existen mitos acerca de la mano de obra de los adultos mayores, además se dice erróneamente que carecen de capacidad para aprender los nuevos conocimientos que de los avances tecnológicos derivan, sin embargo sólo el 20% de ellos tiene alguna limitación en las actividades que realiza, la mayoría constituyen cuestiones físicas (caminar, escuchar y ver), no mentales.

Albert Einstein decía que “el conocimiento es experiencia, lo demás es sólo información”. Quién mejor para aconsejarnos que un adulto mayor, el beneficio se expande si es de nuestra familia, pues ellos constituyen la memoria vivencial de generaciones pasadas y definen quienes somos.

Desaprovechar su experiencia y conocimiento ha sido un gran error que hemos cometido en el país, devaluar sus meritos como agentes de cambio, quizá culpándolos de los errores pasados, es condenarnos a vivir con una falsa moral. Las naciones más desarrolladas apoyan a sus adultos mayores, las familias más unidas son aquellas que tienen un fuerte vínculo con sus fundadores. Hoy somos un país de jóvenes, en la medida en que apoyemos y respetemos a los más longevos encontraremos el respeto y el apoyo de las generaciones futuras, quienes sin lugar a dudas reflejan en potencia tanto lo bueno como lo malo que ven las sociedades actuales.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos y medios informativos:

  • El Imparcial. 3B. Opinión. Oaxaca, Oaxaca. 30 de agosto de 2011.
  • Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 30 de agosto de 2011.
  • Gráfico de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz 30 de agosto de 2011.
  • Periódico Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro, 1 de septiembre de 2011.
  • Periódico Punto Medio. Mérida Yucatán. 29 de agosto de 2011.
  • La Revista Peninsular. Mérida Yucatán, 29 de agosto de 2011.

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