Es un tipo sencillo, un ex sindicalista que ha llevado a su país a ser uno de los principales protagonistas de la arena mundial. Es un hombre sensato, inteligente, que no busca engrandecer su nombre con declaraciones vacías, sino con acciones contundentes.
La revista Times y diversos medios de comunicación global lo han catalogado como uno de líderes mundiales con más influencia en el mundo. Gobierna desde 2003 el quinto país más poblado del planeta; el quinto más grande; el noveno más rico.
Para este momento ustedes ya saben a quién nos referimos, efectivamente estamos hablando de Luis Inacio “Lula” da Silva.
“Lula” es un hombre que puede considerarse integró, ha rechazado una nueva reelección, pues cree en los principios de democracia e igualdad. Hace algunos meses el Programa Mundial de Alimentos (PMA) lo reconoció como el Campeón Mundial en la lucha contra el Hambre, gracias a sus esfuerzos por mitigar la desigualdad y por sus apoyos a los menos necesitados en el país amazónico.
A nivel internacional también se le reconoce como un importante mediador, debido a su apoyo hacia los países subdesarrollados, principalmente a los Africanos. La política exterior brasileña es sumamente activa, la agenda internacional del presidente lo ha llevado a visitar en el año corriente Rusia, Qatar, Irán, Portugal y España, con cada país tiene temas particulares de suma importancia que tratar; estos van desde la cooperación en materia de hidrocarburos y energías alternativas, hasta la crisis económica mundial, el papel de las potencias emergentes, la reforma de Naciones Unidas y el más polémico el Programa Nuclear de Irán.
El que es considerado hoy en día el líder más influyente del mundo, ha ganado para Brasil la sede del mundial de futbol en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016, pero su principal objetivo, la última herencia que quiere dejarle a su país antes de salir del cargo a finales de diciembre del presente año, es un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El ejemplo de “Lula” nos deja como lección principal que la personalidad y el carisma de un líder es preponderante, aún más cuando influye en el gobierno para ejercer esfuerzos extra-ordinarios, que no sólo cumplan con la tarea de administrar los bienes públicos y resolver las cuestiones de Estado, sino que dirijan sus esfuerzos y energías en el desarrollo de estrategias concretas, en apoyar el crecimiento de ciertos sectores, en innovar en políticas públicas contra la pobreza, lo cual será sinónimo de una excelente imagen a nivel internacional y una aprobación constante de los connacionales. Más de un presidente latinoamericano debería aprender de esta experiencia.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos y medios informativos:
Diario El informativo de Sabanalarga. Atlántico. Colombia. Columna de Opinión. 28 de Septiembre de 2010.
La Jornada. Managua Nicaragua. Opinión. 29 de Septiembre de 2010.
Diario El Heraldo. Tegucigalpa, Honduras. 2 de Octubre de 2010
Diario El Informador. Santa Marta, Colombia. 30 de Septiembre de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario