miércoles, 24 de marzo de 2010

La hora del planeta: oscuridad para la reflexión.

Pocas veces una iniciativa ciudadana, emanada de una organización civil, tiene la capacidad de hacer actuar a determinado gobierno en pro de sus intereses. Son menos frecuentes aquellas iniciativas que rebasan las fronteras nacionales y conminan a gobiernos de distintos países a coordinarse para cumplir objetivos no individuales, sino globales.
El hecho de que un grupo de ciudadanos tenga la capacidad de exhortar a los gobiernos reviste una importancia particular, ahora, si le sumamos que este exhorto es un llamado de lo que comienza a conocerse como “la colectividad mundial” veremos que es un logro sin precedentes.
Esto es “La hora del planeta”, una iniciativa de la World Wildlife Fund (WWF) que inició en 2007 en Australia con cerca de 2 millones de seguidores. Ésta consistió en apagar las luces de varias poblaciones del país durante una hora, con el objetivo de hacer un llamado a la comunidad internacional acerca de la voluntad del pueblo australiano para buscar soluciones al cambio climático. En 2008 el evento tomó tintes internacionales, de tal forma que la idea se propagó por más de 350 ciudades en el mundo, donde participaron más de cien millones de personas.
Hace un año, tanto México como 88 países asistieron a una cita el 28 de marzo, apagando las luces de importantes monumentos como las pirámides de Egipto, la Torre Eiffel e incluso, en nuestra capital el Palacio Nacional, la Diana, el Ángel de la Independencia, etc.
Para este año, de acuerdo con datos de los organizadores se espera que más de mil millones de personas participen en el movimiento, que acontecerá el próximo 27 de marzo a las 8:30 pm.
Los ciudadanos del mundo tenemos una cita con la reflexión acerca del daño que el hombre le está causando a la tierra, donde podremos intuir la manera en la que viviríamos sin la electricidad, pero sobre todo, será un tiempo donde recapacitaremos sobre el rol que jugamos como seres pensantes de extraordinarias invenciones y la manera en la que podemos revertir el problema; haciendo un balance entre las necesidades de la tierra y las nuestras. Lo importante de estos 60 minutos no será la energía que se ahorre a causa del apagón masivo, sino el demostrarnos que somos una comunidad global unida por un problema común, que rebasa toda frontera política, barrera social o conflicto económico.
La hora del planeta debe ser solamente el primer paso para un plan estructurado, donde se evalúe la situación de nuestra “tierra” y se propongan medidas vinculantes que no resuelvan de forma total el problema –ya que eso significaría un esfuerzo imposible para los seres humanos de hoy- sino que de marcha a un proceso ponderado a través de los años, donde todos los componentes de una sociedad resulten beneficiados. A este respecto destacará la actuación de Naciones Unidas, de los gobiernos, pero sobretodo de las empresas y sus consumidores, quienes no debemos dejar de consumir, sino orientar nuestro consumo hacia productos de empresas ecológicamente responsables.

La pasada Conferencia Internacional sobre cambio climático, celebrada en Copenhague (diciembre de 2009), expuso la preocupación de los gobiernos por la tangible realidad del cambio climático. Sin embargo, el debate, que sigue vigente, se centra en varias cuestiones como las responsabilidades de los principales emisores de CO2, la responsabilidad de las economías emergentes (que serán las que producirán mayores emisiones al mediano y largo plazo), y la carga que generara un acuerdo vinculante para los países pobres, que no pueden alcanzar la meta del crecimiento económico sin producir contaminantes, por lo que requieren ayuda para transformar sus sectores productivos y para acoplarse a los cambios en las temperaturas mundiales.
En realidad la Conferencia no tuvo grandes resultados, ya que no fue posible crear una legislación vinculante sobre qué mecanismos emplear para reducir las emisiones, sino que países como EE.UU., China y las economías emergentes acordaron simplemente reducir sus emisiones sin medidas específicas, sin un procedimiento homogéneo, en pocas palabras, lo harán por voluntad, pero sin firmar un compromiso.
El próximo sábado viviremos un triunfo grandioso para la humanidad, un tema sin duda universal. Seremos testigos de cómo una buena iniciativa –coordinada por un Organismo No Gubernamental- puede hacer que gobiernos de todos los niveles se unan con empresas y pueblos para sentir la oscuridad y dar dos pasos importantes: uno pequeño hacia tras en el deterioro del planeta y otro inmenso hacia adelante que de garantía de la voluntad de los pueblos para resolver el problema del cambio climático, esperamos que al corto plazo esta voluntad global se manifieste en las acciones de nuestros gobiernos locales. En hora buena, honor a quien honor merece: una felicitación a la WWF.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en:
Periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 23 de marzo, 2010/ Diario “Imagen Poblana”, Puebla, México. 23 de marzo, 2010/Periódico “Sucesos Monterrey”, Nuevo León, México. 23 de marzo de 2010./Periódico Punto y medio. 26 de marzo de 2010. Merida Yucatán. Diarios Primera Hora, Ultima Hora y Ahora. Tamaulipas, México. 26 de Marzo de 2010.

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