martes, 9 de febrero de 2010

Insertar a México en el mundo. II Parte.

En la colaboración pasada hicimos un breve análisis de las debilidades y fortalezas de México, con el fin de establecer algunos escenarios para una buena inserción de nuestro país en el Sistema Internacional, un anhelo que tenemos los mexicanos y que puede ser una herramienta importante en nuestro largo camino hacia el desarrollo.
Resaltamos que, podemos encontrar algunas potencialidades significativas en la ubicación geográfica del país, en su población y en sus recursos naturales. También mostramos tres debilidades del país: la primera la norteamericanización de nuestras ideas de mercado, o sea tenemos una tendencia a ver como único trampolín de desarrollo a la economía de EE.UU. La segunda es en cuestión de producción, puesto que producimos y exportamos en mayor medida bienes con bajo valor agregado y hemos sido rebasados en muchas áreas por los competidores asiáticos. La última se refiere a la “lejanía” de México con el resto del mundo, cuestión por la cual mostramos la alternativa de aumentar la integración con América del Norte, donde podría alcanzarse un desarrollo en el país si nuestros socios y vecinos (Canadá y EE.UU.) compartieran el costo junto con nosotros.
La segunda alternativa de México no contradice ni se contrapone a la primera. La estrategia está orientada en buscar una –verdadera cooperación- con ciertos países y regiones en temas determinados.
Muchas veces se critica a la cooperación, por la falta de compromiso de las partes y los resultados tan pequeños que generan, pero tenemos –como país- la posibilidad de aprovechar los espacios que genera la globalización, de tal forma que, poco a poco podremos generar sinergias pequeñas que se convertirán en un gran éxito como proyecto nacional.
Parecería que esta alternativa es un tanto idealista y bastante simple, pero estamos conscientes de las condiciones del país: de la cuestión del bajo presupuesto gubernamental para el desarrollo, de la pobreza, del atraso en varios rubros, de la corrupción, etc. pero también sabemos que gracias a sus potencialidades, México puede acercarse a ciertas naciones en rubros de gran envergadura como los siguientes:
• Cooperación en materia de administración de modelos económicos.
Esta alternativa nos conduce a reforzar el vínculo a nivel nacional entre académicos y gobierno, buscando la inserción de las nuevas percepciones acerca de la viabilidad y evolución de Modelos económicos que han sido exitosos, como el modelo de los países del sureste asiático, Irlanda, la India, y más cercanos Chile y Brasil.
• Cooperación en materia de energéticos.
Es una afirmación –conocida- que la sangre del sistema capitalista es el petróleo. México es un país de mediano potencial en este aspecto y ha reformado al sistema de administración de PEMEX, tema de gran efervescencia que se debatió en el Senado. Uno de los temas que se tocó en mayor medida en estos foros fue el de la refinación y los subsidios a la gasolina. Estos debates podrían enriquecerse si México volteará a los ejemplos exitosos en este aspecto y buscará asesoría en estas problemáticas, sobre todo en los países de gran producción petrolera como Arabia Saudita, Irán o Rusia.
Los biocombustibles son otra alternativa viable, más no son la panacea. Nuestro país, que no es autosuficiente en cuestión de alimentos (un bien básico), puede optar por la investigación y producción de ciertos biocombustibles, bajo la advertencia de que es necesario evaluar seriamente qué tanto sacrificará el país, si produce soja, maíz, etc. para alimentar a las maquinas en vez de alimentar a su pueblo.
• Cooperación en marcos multilaterales.
Nuestro país debe buscar volver a los foros multilaterales para reaparecer en el diseño del escenario internacional. La participación activa en ciertas convenciones e incluso en la reforma a Naciones Unidas son de vital importancia, hay que hacer que la buena reputación de México se reconozca por sus buenos oficios y propuestas novedosas, tener una política exterior pasiva refleja nuestras debilidades en la arena internacional.
• Atracción de inversión.
México es uno de los principales receptores de inversión extranjera del mundo. Si bien es cierto, el gobierno no puede utilizar estos montos para el desarrollo de campos específicos (escuelas, viviendas, servicios básicos, etc.) si puede orientar la inversión a sectores estratégicos para el desarrollo del país como la generación de tecnología, la investigación de especies vegetales, etc., esto mediante la promoción en el extranjero (que llegó un poco tarde con la creación de PROMEXICO en 2007) y ciertos beneficios fiscales a las empresas que desarrollen investigación.
A manera de conclusión, podemos decir que una alternativa integral para hacer que México se inserte de forma adecuada al mundo es una cuestión de basta complejidad y profundidad, la primera alternativa, que publicamos en la colaboración pasada, surge como resultado de las dinámicas de regionalismo que se han venido gestando, mismas que se dice, seguirán presentes y se reforzaran.
La segunda alternativa, que puede ser considerada más amplia, busca insertar a México bajo un esquema step by step (paso a paso) con el fin de que pequeños objetivos particulares lleven a una meta general; el mejoramiento de los niveles de vida de la población y el anhelado desarrollo económico del país.

*Internacionalista, idealista y libre promotor del desarrollo.
Información y contacto: elartedelouniversal.blogspot.com

© Ignacio Pareja Amador, publicado en el periódico "El Imparcial". Oaxaca, México. 9 de febrero, 2010





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