¿Cuáles son las cualidades que debe tener un
lugar para ser considerado adecuado para el desarrollo de las personas? De
acuerdo con la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) algunas
variables posibles para responder a esta pregunta son: educación, empleo,
ingreso, seguridad, salud, medio ambiente, compromiso cívico, acceso a los
servicios, y vivienda.
Estas variables fueron elegidas por dicha
organización internacional en su último informe titulado “OCDE bienestar
regional: una medición más cercana a la vida”. El objetivo de esta valiosa
herramienta estadística es permitir la comparación en cuanto al nivel de vida
que proporcionan las 362 regiones elegidas por el estudio a sus habitantes.
La “homologación” de datos estadísticos permite
un acercamiento sin precedentes a la realidad que se vive en las diversas
regiones del mundo, brindando información con mayor valor multidimensional, en
comparación con las estadísticas tradicionales del bienestar, tales como el
crecimiento económico, el ingreso per capita o el Producto Interno Bruto (PIB).
Vale la pena aclarar también que los
indicadores, en este caso de bienestar, son valores subjetivos que el
investigador u organización le brindan a determinada medición de la realidad,
de forma que su función es hacer evidente ciertos elementos particulares que le
interesa destacar a quien los construye.
Algunos resultados del mencionado informe son
altamente relevadores. De las 10 regiones con mejor promedio en las variables
mencionadas, hay 6 regiones (Estados) pertenecientes a Australia, dos a EE UU y
dos a Noruega. Estas regiones promediaron (en escala del 1 al 10) entre 8.3 y
9.6 de calificación de acuerdo a las 9 variables seleccionadas por el estudio.
Destaca de estos resultados el Territorio de la
Capital de Australia (la región con las mejores calificaciones de la medición)
el cual promedia 9.6 en cuanto a las variables de bienestar, alcanzado
calificaciones de 10 en ingreso, seguridad, y compromiso cívico, además de
tener altas calificaciones en salud (9.9) y acceso a los servicios (9.6).
He tenido la oportunidad de visitar Canberra,
que funge como la capital de Australia y es además el centro urbano más
importante de esta región seleccionada por la OCDE, y puedo atestiguar que
cuenta con excelentes condiciones de seguridad, transporte, servicios públicos,
compromiso cívico y logística gubernamental.
Sin embargo, la percepción que tiene la
población que habita en aquella ciudad denota la necesidad de atraer más
eventos de esparcimiento y desarrollo cultural, siendo que la ciudad se percibe
como “aburrida” debido a que las actividades de administración pública dominan
los quehaceres diarios.
Además es una ciudad artificial, que no se
generó debido a las dinámicas propias de la sociedad australiana, sino que se
constituyó como un acuerdo entre las dos ciudades más grandes de Australia
(Sydney y Melbourne) para erigir una capital meramente administrativa cerca de
ambos territorios, evitando así un posible conflicto entre ambas metropolís.
Por otro lado, dicho estudio muestra que las
regiones con menores niveles de bienestar están en su mayoría en México, donde
se ubican los últimos 14 lugares de la medición. Incluso, la gran mayoría de entidades
federativas del país comparten los menores promedios con algunas regiones de
Turquía.
Para el caso de México destacan las bajas
calificaciones que se tienen en términos de seguridad, acceso a servicios,
vivienda, ingreso y compromiso cívico, las cuales no alcanzaron ni siquiera un 1
de calificación. Por otro lado, los rubros con mayor calificación fueron el
Empleo (6.8) y el cuidado del medio ambiente (5.7). Como resultado, el promedio
del país es de 1.7, la más baja de todos los miembros de la OCDE.
En el caso de Chile, que es el otro país
latinoamericano miembro de esta organización, las cosas son distintas, ya que
promedia una calificación de 5.5, lo que lo posiciona en el lugar 23 de la
medición, por encima de países como la República Checa, Estonia, Portugal y
Grecia, teniendo sus calificaciones más altas en materia de seguridad (8.8),
compromiso cívico (8.7) y cuidado del medio ambiente (8.1), pero con bajas
calificaciones en materia de ingreso (0.0), acceso a servicios (1.4) y vivienda
(1.8).
Es importante tomar en cuenta que esta
comparación no es a nivel global, sino que solamente se tomaron en cuenta
regiones dentro de los 34 miembros de la OCDE, que son en su mayoría países
industrializados. Sin embargo, la distinción por región hace aún más evidente
la necesidad que tienen tanto México como Chile en avanzar más allá de los rubros
tradicionales que se relacionan con las variables macroeconómicas.
Cuando ambos países ingresaron a la OCDE, eligieron
medirse con las grandes potencias mundiales. Chile ha avanzado, pero en el caso
de México van dos décadas sin lograr mejoras en su posición, quizás es momento
de revisar la estrategia, reajustarla y hacerla más incluyente.
Fuente de información: http://www.oecdregionalwellbeing.org/index.html
© Ignacio Pareja Amador, publicado en diversos
periódicos y medios informativos en Latinoamérica. Octubre 2014
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