De acuerdo con Naciones Unidas en el mundo vivimos más de 1050 millones de jóvenes (510 millones de mujeres y 540 millones de hombres), uno de cada cinco habitantes del planeta tiene entre 15 y 24 años, razón por la cual representamos casi el 18% de la población mundial.
El pasado 12 de Agosto celebramos el Día Internacional de la Juventud, un evento que tiene por objetivo promover la unión de los jóvenes, para demandar a distintos actores civiles y políticos, acciones y compromisos claves para aumentar la capacidad y la participación de los jóvenes en materia de asuntos que nos competen.
Por esa razón, el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon dio inicio al Año Internacional de la Juventud bajo el lema “Dialogo y Mutuo entendimiento”, asegurando que durante este año Naciones Unidas se enfocará en: “aumentar el compromiso e inversión destinados a los jóvenes; fomentar la participación y asociaciones de jóvenes e impulsar del entendimiento intercultural”.
Sabemos gracias a las estadísticas del organismo que el 87% de los jóvenes del mundo viven en países en desarrollo, o sea que casi 9 de cada 10 personas jóvenes habitan en países como el nuestro, donde tienen que enfrentar difíciles retos como el acceso limitado a recursos materiales, cuidado de la salud, educación, capacitación, empleo, etc.
El continente que mayor porcentaje de jóvenes alberga es Asia, donde se concentran el 60% del total, América Latina (AL) tiene el 10%. Sin embargo, los jóvenes representamos el 20% de la población de nuestra región. Por lo cual es imprescindible que se tomen en cuenta políticas de juventud en la agenda de nuestros países.
En este sentido será interesante seguir los resultados de la Conferencia Mundial de la Juventud, a celebrarse en México del 23 al 27 del presente, donde seguramente se expondrán varios diagnósticos de las condiciones en las que viven los jóvenes en el mundo, así como las distintas problemáticas a las que se enfrentan al vivir en su mayoría en países en desarrollo.
La situación de los jóvenes en el país anfitrión de la Conferencia es similar al fenómeno que se experimenta en el mundo. De acuerdo con el INEGI poco más de la cuarta parte de la población del país es joven (26.2%), de manera que somos 28.1 millones de personas entre 15 y 29 años. Según las estimaciones el crecimiento del número de jóvenes se mantendrá hasta 2015, cuando alcanzará su máximo nivel para después descender.
Muchos de estos jóvenes forman parte de la llamada “generación Ni-Ni”, la cual concentra entre 7 y 8 millones que no estudian, ni trabajan, que son un problema de interés nacional; terreno fértil para la delincuencia, las adicciones y otros inconvenientes sociales. Simplemente en 2008, de acuerdo con el INEGI, “el total de presuntos responsables de la comisión de un delito del fuero común (del ámbito local) fue de 177 mil 261, de los cuales 47.4 % son jóvenes; en el fuero federal ascendieron a 34 mil 856 [,] de éstos 41.4 % fueron personas de 15 a 29 años”.
Otra característica de los jóvenes es que su tasa de desempleo es del doble que la de la población en general, lo cual provoca poco o nulo interés en los asuntos públicos, la política o en las asociaciones civiles. El hecho de que la estadística del desempleo sea tan alta conlleva un elemento de desesperanza, que por supuesto afecta la labor creativa, propositiva, crítica que todo joven debe desarrollar por el bien del país. Algunos jóvenes optan por la imitación de sus mayores, quienes buscan ser “más vivos” para sobresalir en un entorno laboral hostil.
En AL, pese a los problemas derivados de la falta de empleo; de la carencia de servicios; de la discriminación por falta de experiencia, contamos con el bono demográfico, una estadística que puede beneficiarnos, al tener mayores niveles de mano de obra que otros países del mundo.
Necesitamos una región de jóvenes emprendedores, vanguardistas, disciplinados con el trabajo, delineados por las normas, los valores democráticos y la “meritocracia”. Es necesario, pese a las estadísticas, cambiar nuestra percepción y dejar la desesperanza atrás; ser proactivos, o sea aumentar nuestras iniciativas de participación política y asumir la responsabilidad de nuestros actos. Los jóvenes debemos reconocernos como un grupo que tiene la fuerza, la energía, pero sobre todo la voluntad para cambiar las penosas realidades de nuestros Estados.
Quienes vivimos en países en desarrollo, tenemos la gran responsabilidad de cumplir con las aspiraciones y anhelos de muchas generaciones que han luchado por alcanzar el progreso y no lo han logrado, debemos por lo tanto apoyarnos en esta titánica tarea, porque cuando se fusiona la fuerza y la energía de los jóvenes con la experiencia de los adultos, esa sinergia intergeneracional puede traer excelentes resultados para el desarrollo de nuestras naciones.
Somos la generación más comunicada, la más informada, la más globalizada. México necesita de una juventud valiente, emprendedora, curiosa, informada, que aprenda de la experiencia de sus ancestros y padres, que pierda el miedo a preguntar, a develar aquellos misterios que muchos dan por verdades absolutas. Pues como me aconsejaba el abuelo “hay que ser valientes, fuertes, cometer errores, ser atrevidos, curiosos, emprendedores, pues sólo en la juventud se puede ser majadero con la vida”.
Apoyamos de forma abierta a todos aquellos que se preocupan por mejorar el entorno, a quienes no ven limites para colaborar por un mejor país: un agradecimiento especial a la Fundación Black Coffee Gallery, a la Fundación Carmen Vive, a Eco Babu, al grupo SIFE-UTM, y a todos los cómplices del proyecto Efectos Secundarios.
© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos y medios informativos:
El Imparcial. 3B. Opinión. Oaxaca, Oaxaca. 17 de Agosto de 2010.
Diario de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 17 de Agosto de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 17 de Agosto 2010.
Periódico Pueblo Guerrero, Chilpancingo Gro. 17 de Agosto de 2010.
Diario La Tarde. Columnas de Opinión. Cuenca, Ecuador. 18 de Agosto de 2010.
Diario El informativo de Sabanalarga. Atlántico. Colombia. Columna de Opinión. 16 de Agosto de 2010.
La Jornada. Managua Nicaragua. Opinión. 17 de Agosto de 2010.
Revista Peninsular. Mérida Yucatán, 23 de agosto de 2010
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