sábado, 6 de noviembre de 2010

Los pros y contras del Chilean Way

En un ejercicio sencillo por establecer relaciones causales nos dimos cuenta de que existe una ecuación que puede derivar en el anhelo más buscado en la región latinoamericana: el desarrollo económico.
En este sentido y tomando como referencia distintos ejemplos internacionales, pudimos notar que elementos como la transparencia, la democracia, la rendición de cuentas (variables políticas), si se acompañan con un buen nivel de educación y salud (como demandas sociales), con un crecimientos económico sostenible y un comercio exterior diverso y competitivo nos dan como resultado una idea de lo que sería el desarrollo generalizado tan deseado por los latinoamericanos.
Uno de los pocos países que en América Latina alberga varios de los elementos de nuestra ecuación es la República de Chile, un Estado que ha regresado a los reflectores internacionales después del rescate de los 33 mineros de la mina de San José, mismo que le dio al presidente Piñera una nueva opción para el eslogan de la imagen del país en el exterior, “do it in the chilean way” (hazlo a la chilena).
Aquellas palabras en inglés guardan una relación más estrecha con el pensamiento anglosajón de lo que muchos pudieran imaginar, la relación yace en el origen del chile de hoy; de aquel milagro económico de la década de los noventa; de aquel pueblo que pudo resurgir de los escombros del terremoto en febrero de 8.8 grados en escala de Richter; de aquel gobierno que rescató a los mineros que sobrevivieron gracias a los protocolos de seguridad y cuya noticia cruzó el mundo en cuestión de segundos, siendo la mejor estrategia publicitaria que cualquier gobierno pudiese tener para llevar los reflectores mundiales a su suelo.
En este tenor la pregunta obligada es ¿cuál es el origen de este “Chilean way”? Los estudiosos del país sudamericano sostienen que lo que hoy nos muestra Chile como su mejor cara surgió a mediados de la década de los setenta, cuando se instauró por la fuerza de un golpe de Estado un Modelo de desarrollo basado en los principios y fundamentos de la teoría neoliberal, que no era nada popular en ese entonces, pero que permitió a los Chicago Boys (de la mano de Milton Friedman) crear una estrategia impulsada desde el Estado, donde cabría una alianza con la iniciativa privada para hacer más competitivos a sus sectores productivos, para generar nuevos productos, para promover la estabilidad política, una variable indispensable para la atracción de capitales foráneos y así contribuir a la apertura de nuevos mercados.
Esta estrategia amplió sus horizontes implementando la diversificación comercial, de tal suerte que a partir de los noventa el país sudamericano ha aprovechado los Tratados de libre comercio y Asociación económica que tiene con importantes actores mundiales como Estados Unidos, China, Japón (sus principales socios) así como Corea del Sur, La Unión Europea y casi todos los países de América Latina.
Sin embargo, consideramos que los éxitos de Chile no sólo se reflejan en cuestión económica. Sabemos que en materia de corrupción y transparencia, pese a que tiene poco tiempo como un país democrático (desde 1990), de acuerdo con el Índice Percepción de Corrupción que realiza la Organización Transparencia Internacional, Chile se ubicó en 2010 en el lugar 21, por encima de países como Bélgica, EE.UU. y Francia, mientras que México ocupó el lugar 98 por debajo de Yibuti, Gambia, Sri Lanka, países que han vivido al corto plazo periodos de tensión territorial, golpes de Estado y desequilibrios políticos.
Esto es importante también para el éxito de un Modelo de desarrollo, puesto que no podemos anhelar un modelo económico exitoso si tenemos altos niveles de corrupción y poca credibilidad institucional, ambos elementos importantes para el buen funcionamiento de una economía.
En este sentido el desarrollo no es más que una cuestión de voluntades e intereses, donde todos los actores de un Estado (sociedad, empresa, gobierno) reconocen que el progreso económico es la mejor ecuación para las ganancias de todos, derogando aquella vieja idea de sometimiento sobre la base de la ignorancia, que muchos países latinoamericanos heredamos de la conquista española.
No obstante, no todos los aspectos del “Chilean way” son positivos. Por un lado están los efectos que tuvo, en un primer momento, la imposición de un nuevo modelo en la economía del país, donde hubo desestabilización y una transformación del sector productivo nacional. Mientras que, por otro lado, están los efectos del Modelo sobre la población, sobre todo durante los primeros años de instauración del mismo, donde la sociedad se vio obligada a vivir bajo los lineamientos neoliberales prematuramente (flexibilización del trabajo, fondo de pensiones, etc.).
Por otro lado, podemos decir que la economía chilena depende del uso intensivo de sus recursos naturales, los cuales ha logrado procesar para que tengan mayor valor, pero no le generan ganancias suficientes para transformar la orientación de su sector exportador hacia productos con un mayor valor agregado, como los tecnológicos que no requieren del uso intensivo de los recursos naturales.
El mayor crítico del Chilean way es justamente el pueblo chileno, quienes tienen mayores niveles de exigencia en materia de transporte, salud y educación, donde queda mucho por mejorar aún. Lo más peligroso es que el Chilean way se quede como una promesa, una aspiración que no termina de consumarse después de casi 4 décadas y que ha producido duras consecuencias para la sociedad chilena, sin alcanzar aún el desarrollo.

© Ignacio Pareja Amador, publicado en los periódicos y medios informativos:
Medio Informativo Sucesos Digital. 2 de Noviembre de 2010. Monterrey, Nuevo León.
El Imparcial. 3B. Opinión. Oaxaca, Oaxaca. 2 de Noviembre de 2010.
Medio Informativo Imagen Poblana, Puebla, Pue. Sección Opinión. 2 de Noviembre 2010.
Gráfico de Martínez de la Torre. Martínez de la Torre, Veracruz. 2 de Noviembre de 2010.
Periódico Punto Medio, Sección Opinión. Mérida Yucatán, Campeche. 2 de Noviembre de 2010.
Revista Peninsular. Mérida Yucatán, 5 de Noviembre de 2010.
Diario El informativo de Sabanalarga. Atlántico. Colombia. Columna de Opinión. 2 de Noviembre de 2010.
Diario El Informador. Santa Marta, Colombia. 4 de Noviembre de 2010.
Blog chileanway.com. 8 de Noviembre de 2010.

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