A veces quiero volver a las ataduras de la esclavitud del hombre, pero sé que es el camino más débil y cobarde.
IPA
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Abro el paréntesis. La venganza es un sentimiento común en los seres humanos, todos en algún momento hemos sentido la necesidad de regresar el dolor y daño a aquellos que nos han molestado, que han ultrajado nuestro estatus quo, que nos hicieron sufrir de manera consciente o inconsciente.
Eso es la venganza, una acción que surge de un dolor que no nos deja en paz, que nos ciega. Mi madre hoy me dijo que hay mucha gente mala en este mundo, ahora lo creo. Siempre he sido un hombre que promulga las buenas relaciones, que está a favor de los buenos oficios, que piensa las cosas antes de ejercer alguna acción arriesgada, pero hoy, al ver una criatura indefensa asediada por la espalda tuve que respirar profundo y dejar de pensar en el cuerpo estéril de un ente que vivió, salto, gozó y vino al mundo para abandonarlo en muy poco tiempo.
Siempre he pensado que debo vivir tranquilo, pues sólo dios sabe el día de mi muerte y yace escrito en el libro de mi destino, pero hoy después de albergar tanta tristeza e impotencia creí ver mi futuro difuso, creí que aquella masa de materia inerte sería razón suficiente para comenzar a cavar mi propia tumba y comenzar una venganza voraz. Afortunadamente pude relajarme.
Osho, uno de los filósofos más controvertidos de nuestro tiempo afirma que la meditación necesita de un momento en silencio, del goce del mismo en la noche o en la madrugada, de forma que, lenta, muy lentamente uno puede llegar a reconocer el silencio que “se impregna en nuestro ser interno”.
Lo que busca encontrar Osho con la meditación va más allá de curar una venganza. La meditación hace que la mente se relaje, por lo que se permite la renovación de la energía espiritual, el almacenamiento y el análisis profundo y detallado de los pensamientos. Este hecho conmina a una mejor concentración, por lo que las intenciones emocionales se vuelven más claras y los problemas de la vida cotidiana se resuelven de mejor manera.
Ahora que he reflexionado sobre algunas cosas, para mi tristes, me pregunto ¿Qué tan válida es la libre venganza cuando uno mismo de forma inconsciente es culpable de los cargos?, ¿Cuántos culpables existen en el destino de un ser sin consciencia, que viajó por lugares sin querer hacerlo y murió creyendo que su mundo era el más enorme, el más hermoso, por eso no podía permanecer en un lugar?
Pienso que el entorno siempre buscó sobreponerse a él; limitándolo, ordenándole reglas de conducta, imponiendo su establisment. Un individuo sólo puede sobreponerse a esto si vence los obstáculos internos y equilibra su vida con el exterior, por lo cual tendrá una doble ganancia en su mundo y para el universo.
Nuestro personaje –ahora reverenciado- no lo logró. Sin embargo no será vengado bajo la premisa de que uno ejerce su libertad dejando de lado las normas de conducta del hombre, ya que estoy consciente de que es muy difícil manejar la libertad sin convertirla en libertinaje, en algo desquiciado y caótico.
Diógenes (Leoncio), tu fuiste libre al extremo, no conociste ataduras y dejaste ver que la sociedad no es real, que la crea el hombre al estar dormido, al vivir en un caos, al tener fe en lo profano, “porque el hombre no es capaz de tener libertad sin convertirla en desenfreno.”
Has dejado en mi una lección importante: aún no soy un hombre libre. Todavía existen en mi leyes y preceptos morales que no me dejan despertar. Pienso que la misma humanidad todavía no está lista para una verdadera evolución del ser, para ser libre. Los hombres nos hemos acostumbrado a vivir en el caos, a ordenar lo material y lo mental, de tal forma que nos esclavizamos estudiando constantemente líneas cognoscitivas perfectamente delineadas, paradigmas que nos dicen qué hacer ante circunstancias inéditas, etc., mantengo el paréntesis abierto.
“Ahora que soy libre, que fue liberada mi conciencia es cuando más pérdido me siento, puesto que tengo una dependencia a creer en algo para ser feliz, es por ello que estuve perdido en un laberinto, me liberé sin conocer las consecuencias de la libertad”. Cierro el paréntesis.
Ignacio Pareja
A la memoria del libre
ResponderEliminarRebeca like it!
ResponderEliminarUn ser libre, esta atado al orden en que vive la humanidad, siento que no vivimos tanto en el caos, es más, la vida se va simplificando día a día, volviéndonos ciegos ante la complejidad de la vida, llevándonos a una inteligencia ciega, pues muchas veces creemos tener la razón cuando sólo conocemos una mínima parte de un hecho, el ser libre nacho, implica complejidad que no es lo mismo que completud, es saber que formamos parte de un todo y que ese todo forma parte de nosotros mismos, y sí, tienes razón, no estamos listos para ser completamente libres pues no tomamos en cuenta lo complejo de la vida, somos tan simples que vivimos ensimismados, creando y adaptando mundos a nuestra conveniencia, olvidando que somos parte del todo y que dependemos de ello, todo lo queremos simple, todo lo bueno pa nosotros, olvidando que todo lo que hagamos ahora, repercutirá en nosotros mismos tarde o temprano, y nos preguntamos ¿por qué la venganza? se nos ha olvidado que nuestro narcisismo ha hecho quizá daño a gente que nos estima, se nos ha olvidado que la vida es un espiral perfecto en donde en algún punto vamos a ver el pasado de lejos, pero ahí estará reprochándonos el haber lastimado a alguien…
ResponderEliminarMeditación y la sutil manera del silencio de gritar nuestros errores es aquello que debemos tomar en cuenta para comenzar un nuevo día, libres de ataduras morales que reprimen mas la libertad, pero llenos de ética para saber, que lo que hagamos no perjudicara a nadie, siendo éticos cuando empecemos a sentir la nausea al momento de decidir…
No remito mis palabras a un ser que quiere ser libre, quizá vaya más allá, quizá traspase la línea de individuo para llegar a institución; sin olvidar que la percepción de mi argumento puede variar según la referencia de quien lo lee, pues la libertad por el sólo hecho de ser libre es compleja..
Tengo tres recomendaciones para usted respecto a esto:
El existencialismo es un humanismo: Jean Paul Sartre
Introducción al pensamiento complejo: Edgar Morín
La era del vacío: Ensayo sobre el individualismo contemporáneo, capitulo II: Narciso o la estrategia del vacio. Gilles Lipovetsky