La hora del planeta es una iniciativa de la WWF (World Wildlife Fund) que inició en 2007 en Australia con cerca de 2 millones de seguidores. Ésta consistió en apagar las luces de varias poblaciones del país con el objetivo de hacer un llamado a la comunidad internacional acerca de la voluntad del pueblo australiano para buscar soluciones al cambio climático. En 2008 el evento tomó tintes internacionales, de tal forma que la idea se propagó por más de 350 ciudades en el mundo, donde participaron más de cien millones de personas.
La iniciativa, sin lugar a dudas tenía que trascender: mañana 28 de marzo a las 8:30 pm, tenemos en México y en el mundo (aproximadamente 74 países) una cita con la reflexión acerca del daño que el hombre le está causando a la tierra, donde podremos intuir la manera en la que viviríamos sin la electricidad, pero sobre todo será un tiempo donde recapacitaremos acerca el rol que jugamos como seres pensantes de extraordinarias invenciones y la manera en la que podemos revertir el problema haciendo un balance entre las necesidades de la tierra y las nuestras.
Lo importante de estos 60 minutos no será la energía que se ahorre a causa del apagón masivo sino el demostrarnos que somos una comunidad unida por un problema común, que rebasa toda frontera política, barrera social o conflicto económico.
La hora del planeta debe ser solamente el primer paso para un plan estructurado, donde se evalúe la situación de nuestra “tierra” y se propongan medidas vinculantes que no resuelvan de forma total el problema –ya que eso significaría un esfuerzo imposible para los seres humanos de hoy- sino que de marcha a un proceso ponderado a través de los años, donde todos los componentes de una sociedad resulten beneficiados. A este respecto destacará la actuación de Naciones Unidas, de los gobiernos, pero sobretodo de las empresas y sus consumidores, quienes no debemos dejar de consumir, sino orientar nuestro consumo hacia productos de empresas ecológicamente responsables.
Mañana viviremos un triunfo grandioso para la humanidad, un tema sin duda universal, seremos testigos de cómo una buena iniciativa –coordinada por un Organismo No Gubernamental- puede hacer que gobiernos de todos los niveles se unan con empresas y pueblos para sentir la oscuridad y dar dos pasos importantes: uno pequeño hacia tras en el deterioro del planeta y otro inmenso hacia adelante que de garantía de la voluntad de los pueblos para resolver el problema del cambio climático.
En hora buena, honor a quien honor merece. Una felicitación a la WWF.
Ignacio Pareja